Prensa OVV Zulia

Durante el 2020, el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) realizó un estudio en el país sobre la percepción ciudadana de la violencia y la letalidad policial. Los resultados no fueron nada alentadores para quienes son los encargados de brindar seguridad a la población: 7 de cada 10 personas no confían en la protección de los cuerpos policiales.

En 2021, el panorama no ha cambiado mucho. Recientemente, en el estado Zulia, la encuestadora Salas de Opinión y Análisis realizó una medición donde se evaluaba la confianza de la ciudadanía hacia las instituciones. En este estudio, los cuerpos policiales quedaron en el último lugar con 0,8%; mientras que, en el otro extremo y con la mayor confianza, se ubicó la iglesia católica. Ante la interrogante de cuáles de los actores genera mayor desconfianza en la población, los cuerpos policiales se llevaron el primer lugar con 55,6% y la iglesia católica quedó como la institución que genera menos desconfianza en la población con 2%.

Para Jorge Govea, nuevo coordinador del OVV Zulia, la confianza es lo que permite vivir en sociedad, sin mayores alteraciones, y eso sucede en el ámbito económico, político y, por supuesto, en el de la seguridad, de allí que la ciudadanía, al desconfiar de la institución que le debe proveer de seguridad, puede recurrir a mecanismos que no son los idóneos y que están fuera de la norma. “Podemos ir a un proceso de anarquía donde la ciudadanía, al desconfiar de los cuerpos policiales y ver que es muy poco lo que se puede lograr en cuanto al combate de la inseguridad, puede pensar en hacer justicia por modo propio, como ya sucede en muchos casos. Estas acciones, obviamente, no son las alternativas legales, pero la gente pareciera no tener de otra”. Desatacó Govea.

El representante del OVV Zulia, considera que, en la relación del Estado con la sociedad, una de las instituciones fundamentales es la policial, pues es la garante de los valores de convivencia, de atención de los conflictos, de contención de la violencia, de persecución del delincuente y de bajar los niveles de los delitos. “Si la policía tiene esa función y no la cumple, la sociedad se barbariza y se convierte en una guerra de todos contra todos. Lo primero que debe tener una institución policial es autoridad moral, que sea incorruptible, y estar al servicio de los ciudadanos, pero no es así; ellos están al servicio de intereses personales y de quienes la integran. No contamos con una policía que nos proteja”.

En todos los estudios que hemos revisado -asegura Govea- nos hablan de que los ciudadanos están ganados al combate de la delincuencia y aspiran tener confianza en los cuerpos policiales y, si eso sucede, las cifras de los delitos bajarían enormemente, prácticamente llegarían a unos niveles muy bajos. Esto -continúa- se lograría con la participación ciudadana. “En el Zulia se tuvo la experiencia de los comités de seguridad vecinal, que ayudaron mucho, en su momento, y contribuyeron a minimizar los índices delictivos en la región. Después de ese esfuerzo no se ha hecho prácticamente nada, todo ha quedado en intento, en esfuerzos fallidos. El gran tema es que la institución pasó a ser usada de modo personalista por quien gobierna, independientemente de la tendencia política; es decir, se pone al servicio de un proyecto político e ideológico que no es el fundamento de una policía”. Explicó Govea.

Finalmente, para Govea los cuerpos policiales tienen que re institucionalizarse y eso pasa por no estar al servicio de alguna autoridad, sino al servicio de la ciudadanía. Esto -aseguró- es el gran reto que deben asumir las nuevas autoridades gubernamentales en el estado Zulia, en cuyo proceso debe trabajarse para reconquistar la confianza de los zulianos en sus cuerpos policiales, con lo cual se empezaría a cambiar la imagen a quienes son garantes de la seguridad ciudadana.