Prensa OVV Mérida

En el Informe Anual Regional de Violencia, presentado por el Observatorio Venezolano de Violencia en Mérida (OVV Mérida) -documento en el que se caracterizan los hechos de violencia a lo largo de 2023- se evidencia la disminución de la tasa de muertes violentas en Mérida, pero a la vez se advierte el aumento del registro de muertes en averiguación.

La lucha contra la violencia ocupa la atención de la sociedad moderna. Tanto es así que el éxito social y político parece estar vinculado al hecho de cuánto suban o bajen las tasas de muertes violentas o la manifestación de delitos. En este sentido, la realidad de países como El Salvador, cuyo gobierno celebra el haber pacificado las calles, o Ecuador, en donde se desatada una cruzada gubernamental contra el hampa organizada, son sólo parte de los ejemplos cotidianos del humano interés en las distintas manifestaciones de la violencia.

Pasa lo mismo en Venezuela: la sociedad se pregunta ¿Estamos avanzando o retrocediendo en cuanto a atender el impacto delictivo? Para acercarse a las respuestas, siempre son útiles los estudios que se esfuerzan en caracterizar, mediante procedimientos verificables, el estado de nuestra violencia.

Precisamente, allí radica la importancia del Informe Anual Regional de Violencia del Observatorio Venezolano de Violencia en Mérida (OVV Mérida), presentado el pasado 18 de enero de 2024 ante los medios de comunicación de esta entidad andina.

Los investigadores del OVV Mérida afirman que el objetivo del citado documento no sólo es dar a conocer las distintas manifestaciones de violencia que tuvieron lugar, durante 2023, en el ámbito merideño, sino que “se pretende ofrecer a las autoridades, organizaciones de la sociedad civil y ciudadanía en general; una información amplia y confiable sobre la violencia, y generar discusiones y reflexiones sobre esta problemática en la entidad”.

En este Informe Regional 2023 de la Violencia, mediante tasas, porcentajes y otras cifras, se dio respuesta a varias de las inquietudes que suelen rodear a esta materia. El dato más resaltante fue comprobar que en Mérida disminuyó la tasa de muertes violentas, lo que llevó a este estado a ubicarse en el puesto 20 (de 24 entidades) del ranking nacional. Es decir, una excelente noticia en función de las expectativas sociales.

No obstante, el informe contextualiza cada dato en la compleja trama de los factores de la violencia, y por ello también dejó establecido el preocupante primer lugar que a escala nacional ocupa Mérida como la entidad con el mayor porcentaje de muertes en averiguación, es decir, de aquellos decesos de los que no existe una causa plenamente determinada por parte de las autoridades. Son muertes encerradas entre signos de interrogación.

Estamos bien, pero estuvimos mejor

Para el equipo de investigación, los merideños deben aplaudir el hecho de que, por la disminución de la tasa de muertes violentas, en este momento la entidad se inserta en el grupo de las “menos violentas” de Venezuela. Como ya se apuntó, de 24 entidades, Mérida está en el puesto 20, todo un avance si se toma en cuenta que en 2022 este territorio andino había ascendido al puesto 14, lo cual marcó una notable desmejora en aquel entonces.

“Sin embargo, durante varios años antes del 2021, Mérida siempre se mantuvo entre el último y penúltimo lugar, posiciones que no ha vuelto a ocupar”, contextualizó el OVV Mérida. Todo lo cual se resume en que la tendencia a la baja en la tasa de muertes violentas coloca a esta entidad andina en un buen sitial, pero sin llegar aún al mejor momento que fue ser el estado menos violento de toda Venezuela. A pesar de ello, hay que destacar que la tasa de 2023 es inferior a la estimada en años anteriores (2017-2022), lo que ocurre es que en 2023 otras entidades registraron tasas inferiores a la de Mérida: Apure, Portuguesa, Nueva Esparta y Táchira.

Detallando este punto de la caída en la tasa de muertes violentas y su comparación con años precedentes, el informe revela que el estado Mérida, entre 2017-2020, se mantuvo en el ranking nacional como una de las entidades con menor tasa de muertes violentas de Venezuela, oscilando entre el puesto 23 y 24 con valores entre 18 y 31 muertes violentas por cada 100 mil habitantes (que suele abreviarse como MV100m/h). Luego, en 2021 eso cambió y subió al puesto 18, propensión al ascenso que se observó también en 2022 al ubicarse en el puesto 14. A pesar de ello, en 2023 bajó posiciones al ubicarse en el puesto 20, situándose otra vez entre el grupo de entidades menos violentas del país.

En esta línea cronológica, en 2022 se estimó la tasa en 28,8 MV100m/h, mientras que para el pasado año 2023 el indicador arrojó un valor de 17,9 MV100m/h, lo que significa una disminución de 37,8%.

Para el OVV Mérida “es oportuno aclarar que esta tasa se obtiene de la sumatoria de otro conjunto de tasas estimadas por cada 100 mil habitantes, es decir, tasa de homicidios, tasa de muertes por intervenciones policiales (MIP) y tasa de muertes en averiguación; por lo que su comportamiento al ascenso o descenso va a depender, a su vez, del comportamiento específico de estos indicadores”. Las dos primeras tasas vienen cayendo de forma significativa en los últimos años, pero la última (la de averiguación) no ha experimentado la misma tendencia.

La “averiguación” es una gran duda

Más allá de la baja en las tasas de muertes violentas, un factor que pudiera estar ocasionando una distorsión en ese y en otros renglones de la violencia interpersonal, para el caso merideño, es el de las muertes en averiguación que persisten en este territorio, el cual coloca a Mérida en el primer lugar en toda Venezuela con el mayor porcentaje de estos decesos en relación con la totalidad de muertes violentas que se registran dentro del estado.

En este punto se debe reiterar que los datos que nutren el renglón de muertes violentas surge de la sumatoria de tres aspectos específicos: homicidios, muertes por intervención policial y muertes en averiguación. En 2023 Mérida sumó en total 151 fallecidos estimados de forma violenta, cantidad que proviene de 17 homicidios, 5 muertes por intervención policial y una abultada cantidad de 129 decesos que siguen en averiguación.

Explicó el equipo del OVV Mérida que, para obtener estos datos, “se emplearon y procesaron cifras de delitos de violencia interpersonal y autoinfligida provenientes, por una parte, de una base de datos de cifras oficiales no públicas, y, por otra, del monitoreo de los medios de comunicación de circulación regional”.

Estima la investigación y la interpretación de los datos presentados en el informe que el elevado porcentaje de muertes en averiguación podría explicarse a manera de conjetura, en parte, por la manera como se están registrando las muertes violentas por los patólogos forenses que llenan los certificados de defunción. Al respecto, el grupo de investigación considera que, adicionalmente, “es muy probable que en buena medida el incremento de las muertes en averiguación se esté dando por un aumento de casos de presuntos suicidios, donde un número dado de casos no llegan a ser esclarecidos por las autoridades médico-legales hasta el momento del registro de las estadísticas, quedando ‘ocultos’ en esa categoría”.

Sea como fuere, lo cierto es que, de 151 muertes violentas estimadas en 2023 en suelo merideño, 129 siguen anotadas en el inquietante renglón de muertes en averiguación, lo que revela porcentualmente que en 85,4% -es decir en casi 9 de cada 10- de estas muertes se desconoce la intencionalidad, un aspecto que deja el resto de las cifras de muertes violentas bajo la posibilidad cierta de estar siendo subestimadas en el contexto general.