Prensa OVV Trujillo

En una investigación cualitativa que recién culminó el equipo del Observatorio Venezolano de Violencia en Trujillo (OVV Trujillo), sobre violencia, desigualdad social y género, en el marco de una investigación nacional, se indagó sobre la percepción de mujeres víctimas, victimarias, a través de grupos focales y entrevistas a expertas y funcionarias que atienden casos de violencia en la entidad. En el informe presentado el pasado miércoles 15 de noviembre de 2022, se ofreció una mirada hacia el rol de la mujer como victimaria o agresora. Dentro de los hallazgos se encontró que la solicitud de atención psicológica para mujeres violentadas, va en aumento.

El estudio también arrojó que no existe en Trujillo un programa integral de atención que garantice el debido tratamiento y seguimiento a las secuelas que deja la violencia de género, la delincuencial y la policial, tanto a víctimas, como a victimarias.

Johny Humbría, coordinador del OVV Trujillo explicó que de los resultados se deduce que en la entidad hay mujeres que son agresivas por diversas razones, entre las que destacan el ejercicio de poder y las condiciones socioeconómicas. Desde la perspectiva de las personas consultadas, mujeres y hombres tienen las mismas oportunidades.

Principales conclusiones

La percepción de los consultados en la investigación es que las mujeres son más violentas que los hombres y que la crisis existente, amplió la brecha de desigualdad de género preexistente en el país, haciendo a las mujeres más vulnerables financiera, social y políticamente.

Atribuyen la violencia de la mujer, a la monotonía en el hogar, a la falta de recreación y a su situación económica. Igualmente arroja el estudio, que una de las motivaciones de las mujeres victimarias, es el hecho de querer tener el poder, el hecho de querer ser la dominante.

Dentro de los hallazgos, se detectó un incremento de los casos de mujeres agresoras, sin embargo, el estudio señala que muchas veces el hombre es la víctima y lo oculta por pena, por evitar ser motivo de burla frente a la sociedad, comenzando por el cuerpo de seguridad que participe en el procedimiento. “Las agresiones de mujeres contra hombres, poco se registran y la hipótesis que se maneja, es porque las leyes en la mayoría de las ocasiones protegen a la mujer”, señala el estudio.

Con relación a la violencia intrafamiliar, el estudio determinó que en el hogar, las mujeres son más violentas cuando ellas asumen la responsabilidad de la mayor carga familiar. Otro aspecto resaltante es que algunas mujeres se involucran con grupos delincuenciales para salir de la pobreza.

Con respecto a la violencia ejercida por las mujeres funcionarias de cuerpos de seguridad, el estudio determinó que abusan del poder, porque se sienten protegidas por su uniforme.

Apoyo psicológico y Desigualdad

Cuando se indagó sobre el apoyo financiero del estado para atender el problema de la violencia en la entidad trujillana, se concluyó que es muy bajo, prevaleciendo una escasa sensibilidad en cuanto al apoyo psicológico que debe prestársele a las víctimas de violencia de género, de violaciones sexuales, a los niños, niñas y adolescentes (NNA) agredidos e inclusive a las victimarias. En consecuencia, explica Johny Humbría, deben existir programas de atención psicológica y programas de prevención y formación, que permitan minimizar la determinación del riesgo que presenta la víctima con la finalidad de realizar las recomendaciones de seguridad adecuadas para el resguardo de su vida e integridad física como la de sus familiares.

Cuando se abordó el tema de la desigualdad de género, el estudio arrojó que la crisis amplió la brecha de desigualdad pre existente en el país, haciendo a las mujeres más vulnerables.

Pensar en la educación

Para Humbría la educación formal y no formal, son determinantes para frenar la violencia en los hogares venezolanos, que es donde se comienzan a vislumbrar los primeros síntomas de violencia, por tanto, no se puede seguir aislando la violencia de la educación. “De allí que observa con muchas expectativas, como la UNESCO sigue coordinando con la comunidad internacional el cumplimiento de las metas educativas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 a través de alianzas, orientación política, desarrollo de capacidades, monitoreo y promoción con el marco de Acción- Educación 2030, como hoja de ruta”.

Sin embargo -aseguró Humbría-, debemos profundizar en acciones concretas y las escuelas son las llamadas a coadyuvar en contrarrestar la violencia, estableciendo alianzas con otras instituciones con la finalidad de minimizar el incremento de este flagelo en sus planteles. “Es allí donde la escuela puede incorporar a la familia a través de programas de formación y capacitación no formal, dictando charlas a los padres y representantes sobre la violencia y cómo prevenir y atender casos los diferentes casos”.

“Abordar este tipo de educación no formal, debe constituirse como una política de estado, puesto la Constitución venezolana la contempla, incorporando como tema transversal los derechos humanos”, finalizó Humbría.