El Cocuyo
Reynaldo Mozo Zambrano | @reymozo
Fotos por Iván Reyes

Disminuye la violencia criminal y aumenta la policial. Durante estas primeras dos semanas de la cuarentena impuesta por el gobierno de Nicolás Maduro, ha disminuido la violencia criminal pero ha aumentado la de los cuerpos de seguridad del Estado, según afirma Roberto Briceño León, director del Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV).

“Lo que uno puede notar durante  este periodo de la cuarentena es que la violencia por parte de los delincuentes ha disminuido y ha aumentado la violencia de los cuerpos policiales, al menos hasta este momento de la cuarentena”, dijo Briceño León en una entrevista para Efecto Cocuyo.

El director del OVV señala que no quiere decir que esta baja en la violencia delictiva se vaya a mantener así. Esto puede cambiar de manera extrema, pero no por acciones individuales sino por una respuesta de orden social que se pueda generar.

Violencia policial en Zulia

“En el estado Zulia durante los primeros días de la cuarentena se registraron 18 homicidios; de estos, 17 fueron cometidos por cuerpos policiales bajo la categoría de resistencia a la autoridad. Solo una de esas víctimas fue asesinada por un grupo delictivo”, detalla; es decir un aumento de la violencia policial.

Aunque no hay posibilidades de que aumenten los índices delictivos durante el periodo de cuarentena a los que están sometidos los 23 estados del país y el Distrito Capital, según las estimaciones de Briceño León, hay otros delitos que pudieran incrementar como el robo de comida, saqueo, el hurto y la rebelión o enfrentamiento con las fuerzas policiales.

“Deberían disminuir los delitos como  secuestro. En una situación de esta naturaleza donde hay cuarentena y poca gente en la calle intentar un secuestro es demasiado riesgoso para los grupos delincuenciales, es un delito que  disminuiría”, afirma el sociólogo.

Otros de los delitos que pudiera aumentar durante el aislamiento social para prevenir la propagación del COVID-19,  son los vinculados a la violencia familiar por los conflictos del confinamiento o por las carencias de alimentos en las familias.

Sin embargo, el experto opina que es posible que haya una mayor eficacia por parte de los cuerpos de seguridad del Estado porque la gente está inmovilizada en sus casas. Aunque advierte que la situación se pudiera complicarse si se diera una revuelta popular.

Delincuentes pueden cambiar tácticas

Pero, aunque es probable que los delitos como secuestro disminuyan por la cuarentena social, los delincuentes pueden cambiar sus tácticas para continuar con sus operaciones.

Briceño León explica que hay una probabilidad de que los delitos se incrementen en las zonas cercanas a las viviendas de los delincuentes. Esto quiere decir que pudiera aumentar los hechos delictivos en barriadas o zonas aledañas donde operen las bandas, porque durante el confinamiento el traslado de un extremo de la ciudad a otro se complica al igual que los traslados de zonas rurales a otras.

“Tendrá a recortarse el radio de acción del delito con lo cual se generarán otros conflictos en términos de las propias comunidades, bien sea porque se pueden dar nuevamente enfrentamientos entre bandas de un lado”, expresa el sociólogo.

Protocolos de seguridad ciudadana

Ante la pandemia provocada por el COVID-19, Briceño León indica que no existen protocolos especiales de seguridad para atender una emergencia de estas características. El director del OVV asegura que los mayores protocoles de seguridad en épocas de confinamiento están dados en las familias y en los vecindarios.

Es importante que las personas que viven en edificios fortalezcan acuerdos con sus juntas de condominios para generar mecanismos de notificación, en el caso de que entre al conjunto residencial una persona sospechosa o que ocurra una situación irregular.

“Es importantes establecer un control de las puertas y otros accesos, e incluso de las respuestas que puedan darse entre los vecinos. Esto aplica para conjuntos (residenciales) cerrados o para los casos de los barrios, los vecinos de unas veredas o de escaleras (en barrios)”, dice el sociólogo.

Entre otras de las recomendaciones que hace Briceño León está el intercambio de números telefónicos con los vecinos de edificios, conjunto residenciales o casas.

“Hay edificios donde las personas no se conocen, no conocen a sus vecino o incluso conociéndolos  no conocen el número telefónico. Es importante que se intercambien los números de teléfonos y se establezcan mecanismos de comunicación y alarma entre ellos”.

Ciudadanía indefensa

El director del Observatorio Venezolano de Violencia advierte que por el confinamiento, las posibilidades de denuncias tras ser víctima de un delito son mínimas porque realmente no existen los mecanismos. “Ni siquiera es fácil la movilización, ni llegar a los lugares donde se tiene que presentar la denuncia”.

Para Briceño León, el ciudadano se encuentra más desamparado. Ya que en una sociedad como la venezolana las personas tienen una sensación de que los cuerpos de seguridad protegen a los funcionarios y políticos de gobiernos y no a la población común.

“La sensación de indefensión se incrementa. La gente se siente indefensa ante cualquier acción del crimen, aunque digo, puede estar más limitada. Se siente indefensa ante el poder arbitrario de las autoridades y se siente indefensa e incapaz de pediré protección o justicia”, ante la violencia policial que se ha visto.

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