Prensa OVV Zulia
Entre 2022 y lo que va de 2023 la región zuliana ha sido testigo de distintos actos de violencia e intimidación que demuestran la reaparición de la extorsión como un delito predominante en más de la mitad de los 21 municipios que conforman al Zulia.
El delito de extorsión gravita como tipo penal, en aquella acción consistente en obligar a otro con violencia o intimidación y ánimo de lucro a realizar u omitir un acto o negocio jurídico en perjuicio propio o de tercero, obteniendo así, quien lo ejecuta, dinero u otro beneficio.
Su substrato conductual es la noción de coacción, que viene a ser la fuerza o violencia que ejecuta el sujeto activo del mismo sobre alguna persona (sujeto pasivo) para obligarla a que haga algo.
En los años 70 la extorsión era un fenómeno eminentemente de ocurrencia en la frontera colombo-venezolana en el eje zuliano de los municipios Rosario de Perijá, Machiques de Perijá y Jesús María Semprum, colindantes con los departamentos colombianos del Cesar y Norte de Santander. De allí que el ganadero venezolano que hacia vida productiva en esa zona limítrofe era obligado a pagar la “protección” para evitar ser secuestrado, ya sea por la guerrilla colombiana (ELN y FARC) o grupos estructurados de delincuencia organizada de un lado o del otro.
De modo que con el correr de los años, se pasó a una etapa de mudanza territorial y expansión de la actividad extorsiva, ya que ésta se mudó del campo a la ciudad. Las primeras víctimas fueron los ganaderos, después los empresarios citadinos de diversos ramos económicos de Maracaibo y otras ciudades y pueblos de la entidad zuliana.
Para Jorge Govea Cabrera, coordinador del Observatorio Venezolano de Violencia, en el Zulia (OVV Zulia), la extorsión urbana comenzó en el Zulia en los años 80 teniendo como ejecutantes a los miembros de la banda delincuencial de Antonio Meleán, mejor conocido como Antonito, quien lideró por muchos años la organización criminal “Los Meleán”. “Todo un clan familiar de amplia y recordada actuación delictiva, que inauguró el hurto y robo de vehículos con fines de extorsión, es decir, para proceder a devolver a su legítimo dueño el automóvil, éste tenía que pagar una cantidad de dinero fijada por los delincuentes. Pero resultó que en el año 2008 ese jefe máximo fue asesinado por otro miembro del grupo delictivo por diferencias entre ellos y allí comienza una etapa de decaimiento de la actividad extorsiva”, explicó Govea.
En el 2018, una década después, que arranca una etapa de amplia expansión, es cuando nuevamente la extorsión reaparece como un delito predominante con un marcado y objetivo ascenso en su cometimiento en más de la mitad de los 21 municipios que conforman al Zulia. “Sólo que ahora ejecutado prolíficamente por diversidad de GEDO de relativa reciente conformación y así llegamos al presente año 2023 donde observamos que tal ilícita conducta no se ha detenido y, por el contrario, en su práctica se ha vuelto más generalizada y violenta con saldos de homicidios, heridos y lesionados aún mayor”, explicó el coordinador del OVV Zulia.
Ese retorno de la extorsión a la palestra de los delitos cometidos en el Zulia -acotó- tiene como telón de fondo un trío de razones, a saber: la caída abismal de la economía del país a partir del 2017 que desplazó al hurto y el robo como delitos principales, en segundo lugar la dolarización informal que se opera en la economía nacional, ya que un alto nivel de transacciones comerciales de todo tipo se empiezan a celebrar teniendo como dinero al dólar americano que hace apetecible que los delincuentes vayan tras los empresarios que lo manejan como moneda corriente. Por último, las instituciones policiales y de seguridad no se han detenido a analizar la mutación en las acciones delictivas que apuntan cada vez más a las dinámicas de la extorsión.
¿Cómo operan los GEDO extorsionistas?
Las bandas delincuenciales comienzan las extorsiones haciendo llegar a las víctimas escogidas, de acuerdo al perfil, amenazas que pueden ir desde la llamada telefónica, mensajes de audio y escritos vía la plataforma WhatsApp, contacto a través de los cuales señalan a la víctima la cantidad de dinero que deben entregar, a cambio de dejar que sigan realizando con normalidad sus quehaceres acostumbradas, bajo amenazas de atentar contra la integridad física de la víctima escogida, sus familiares, o su patrimonio.
Igualmente hacen uso de panfletos extorsivos dejados o entregados en los negocios y residencias de los empresarios. Igualmente envían videos y fotos de sus propiedades. Entre las acciones se observa la; quema de vehículos y embarcaciones lacustres de aquellos que se dedican a la pesca, además de ejecutar disparos a viviendas y empresas. “Pero allí no termina todo, también en las propiedades pueden colocar artefactos con gases nocivos a la salud, explosivos y hasta envío de corona de flores mortuorias con la inscripción QEPD que alude obviamente al posible asesinato de las víctimas”, asegura Govea.
Con relación a las notas extorsivas que dejan los delincuentes en los negocios o casas de las víctimas, Govea reprodujo, dos publicadas en medios de comunicación digitales de Maracaibo. “Que fue Maritza, por aquí el Melón y el Pipo, mija esto es solo un aviso si no te comunicas con nosotros te mato a quien sea de la familia tuya o te mato a alguien allí en el negocio te estamos llegando por las buenas plata o muertos”. Eso fue en una panadería en el municipio San Francisco, en fecha 4 de abril de 2022. “Por aquí JL y W. Aquí les dejo este regalo, el que no se alinee conmigo le va a pasar lo mismo. El Triunfo, Pollo Richard, La Firestone, depósitos de Los Árabes, los Auto Periquitos y demás. Todo aquel que no se ponga firme, va pa’ esa”. Esta fue otra entregada en un Bodegón (licorería) en el sector Haticos de Maracaibo, el 27 de abril de 2022.
En cuanto a otros GEDO que se dedican a la extorsión, además de los dos ya referidos, se han logrado identificar los siguientes: El Bram, El Caracas, El Adriancito, El Conas, El Enano, El Gran Yiyi, El Satanás, El Mauricio, Guaro Masanto y Yeico Masacre. En total son 12 grupos delictivos dedicados a la extorsión en diversos municipios del estado Zulia.
La extorsión a otro nivel: el letal
En el cometimiento del delito de extorsión, está siempre patente la posibilidad de la represalia o el “desquite fatal”, o sea, el asesinato de la persona directamente extorsionada, lo cual puede llegar también a ocurrir con algunos de sus familiares o allegados más cercanos o simplemente empleados de una determinada empresa o algunos casos clientes de las empresas, sencillamente por no avenirse a pagar a los delincuentes la “vacuna”, la “colaboración”, la “protección” o también llamada la “cuota”, estipulada por ellos.
Durante el año 2022 se patentizó con el seguimiento y estudio continuamente de este delito en el Zulia, que las organizaciones criminales, asesinaron a 8 personas, donde uno sólo de ellos fue por la explosión de una granada y los otros 7 por disparos con armas de fuego.
Para los primeros 7 meses del presente año 2023, han sido 17 las víctimas asesinadas por los extorsionistas, de las cuales una lo fue por lanzamiento de granada y las restantes 16 por el uso de arma de fuego.
Cambio de patrones
Aunque la actividad extorsionadora, sin lugar a dudas, está dirigida contra los empresarios, los delincuentes han optado por atacar letalmente a los empleados y clientes de los negocios. Ello puede ser explicado por el hecho de que los empresarios han aprendido a tomar medidas de protección mejorando su seguridad y la de sus familiares. De allí que los delincuentes optaron por ir contra los trabajadores de los negocios citadinos y también de las unidades productivas del campo, e incluso contra 2 choferes de unidades autobuseras.” Así tenemos que en el 2022 fueron asesinados 6 empleados y entre los meses de enero a julio de 2023 también mataron a 6 más para 12 en total, que pasaron a engrosar la lista de víctimas letales de este delito en el Zulia. Entonces, podemos imaginarnos claramente y, sin ningún problema, el estado de conmoción social que tales conductas delictivas provocaron en la sociedad zuliana”, explicó Govea.
A modo de cierre, el coordinador del OVV Zulia, explicó que durante el período comprendido entre los 12 meses del año 2022 y los primeros 7 meses del corriente año 2023, el total de asesinados fue de 25 personas. Este lapso implica 19 meses continuos, lo que representa 1,32 homicidios por cada mes transcurridos del intervalo referido.
Destacó que los municipios con más muertes por extorsión fueron La Cañada de Urdaneta con 4 casos, Maracaibo con 3, Rosario de Perijá con 3 y Lagunillas con 2 casos, representando estas entidades municipales 12 casos del total de 25.
“Sin lugar a dudas la extorsión es un delito que ha impactado y trastocado de manera significativa la vida social y económica de los zulianos y particularmente de los empresarios que manejan dólares americanos. La extorsión, en tierra zuliana, se ha convertido, pues, en una de las principales fuentes de ingresos de bandas y grupos del crimen organizado, después del narcotráfico” explicó Govea.
Finalmente señaló Jorge Govea, como coordinador del OVV Zulia que las bandas y megabandas se adaptaron a la actual realidad social y económica del país, de allí que entre los factores que facilitan la extorsión, está insuficiencia o la falta de capacidad de los cuerpos policiales y de seguridad para atender este tipo de delito que trae graves consecuencias en lo económico como en la vida e integridad de las familias y personas.