El servicio de ferrocarril sigue sobresaturado y los enfrentamientos entre usuarios son una constante
Un timbre agudo de voz que se cuela a través de los megáfonos advierte la llegada del tren a la estación de ferrocarril Libertador Simón Bolívar, situada en La Rinconada de Caracas. Los usuarios pierden el control y en pocos segundos saltan las barandas que delimitan las colas, en un intento violento por abordar alguno de los cuatro coches del transporte.
Pocos usuarios mantienen la calma. Dos niños caen como paquetes, mientras sus madres se disputan un asiento a golpes como si se tratara de un trofeo. La presencia de funcionarios es abrumadora, pero es poco lo que pueden hacer para controlar la furia de cientos de trabajadores, que se la ingenian entre empujones para tomar el transporte y llegar lo más pronto posible a sus casas.
Quienes frecuentan el servicio aseguran que el Instituto de Ferrocarriles del Estado no se ha esforzado por atender la crisis de movilidad que afronta el sistema, constituido por 41,4 kilómetros de vía férrea.
Ha pasado casi un año de un incidente que puso en evidencia la violencia que parece signar al ferrocarril. El 18 de octubre de 2012, un grupo de usuarios arremetió contra las instalaciones de la estación Cúa, luego de que se registrara un prolongado retraso del tren. Los habitantes del Tuy advierten que las autoridades aún no han resuelto las carencias del servicio.
Marlene Díaz, que es usuaria del IFE y reside en Ocumare, relata que el ferrocarril continúa funcionando con retrasos en horas pico. “En la mañana, el tren no se da abasto con la cantidad de personas que intentan trasladarse desde Cúa o Charallave a Caracas”, dijo.
Luis Maldonado, representante del Sindicato de Trabajadores de Ferrocarriles de Venezuela, precisó que de los 13 trenes del sistema solo 11 están operativos. Recordó que los otros 2 dejaron de funcionar tras la colisión ocurrida en septiembre de 2011, que cobró la vida de un operador y dejó 18 heridos de gravedad.
Agregó que actualmente los trenes operan con 4 coches, para una capacidad de 1.000 usuarios por viaje. El tema de seguridad no ha sido precisamente el fuerte de los funcionarios que han estado a la cabeza del servicio. Recordó que desde su inauguración, en 2006, el Instituto de Ferrocarriles del Estado ha sido administrado por Michel Douaihy, Franklin Pérez Colina, Juan García Toussaint y Francisco Torrealba, quien tomó las riendas el 6 de mayo de este año.
En relación con los incidentes violentos, el supervisor agregado de la Policía Nacional Bolivariana en La Rinconada, José Malavé, destacó que en promedio el sistema registra 10 riñas diarias en la mañana. Mientras que horas de la noche, por lo menos 8 peleas son protagonizadas por los usuarios.
Campaña sin resultado. Los viajeros desestiman la campaña “Yo Soy un Usuario Pilas” que el instituto desarrolló luego de los actos vandálicos de hace un año, para mitigar la violencia.
Luis Román, quien laboró por 25 años como supervisor de control en el Metro, asegura que el ferrocarril de los Valles del Tuy heredó las carencias del servicio subterráneo de Caracas, debido al incremento de la economía informal en los coches.
Mario Vegas es uno de los cientos de vendedores que acude a diario al servicio para vender caramelos “a bolívar”. Vega, quien asegura que pertenece al círculo de comerciantes informales, autobautizados como “charleros”, relata que en el tren existen por lo menos 100 personas asociadas a ese grupo que ronda las estaciones para vender chucherías.
Para usuarios como Juan Molinas, el incremento de la economía informal y la mendicidad en los trenes es un fenómeno que se ha desatado por la complicidad de los usuarios, que son atrapados por las historias trágicas o tentados por las chucherías. “Esta situación es un irrespeto que se presta para cometer fechorías. Muchos de los vendedores podrían ir a otro lugar a trabajar”, dijo.
Los viajeros también elevan sus quejas por el sobreprecio en la venta de las fichas para tomar los trenes. Aseguran que aun cuando el precio oficial es de 2,6 bolívares, los operadores de las taquillas no regresan el cambio, lo cual supone un excedente de 0,40 céntimos por cada boleto vendido.
“Queremos saber dónde va a parar todo ese dinero. Quién se queda con él”, expresó Santiago Molina.
Exaltación
Para el sociólogo e investigador de la Universidad Central de Venezuela, Agustín Blanco Muñoz, lo que ocurre en el IFE no es distinto a otras manifestaciones de violencia de la población. “Vivimos un tiempo caracterizado por la exaltación y exasperación que altera la conducta”. A su juicio, el ambiente de escasez e inseguridad desencadena expresiones de angustia hasta generar agresiones entre los usuarios.
El director del Observatorio Venezolano de Violencia, Roberto Briceño León, indicó que las limitaciones del IFE promueven la competencia entre los viajeros y que la carencia de normas facilita el desorden en las instalaciones.
El psicólogo Freddy González, de la Fundación para el Desarrollo de la Familia, advierte que el clima de angustia ocasiona irritación y estrés que pueden causar enfermedades. “El mal servicio también puede generar un deterioro constante en las relaciones familiares de quienes lo usan”, dijo.
Sin cambios
El traspaso de la administración del tren del Tuy al Metro de Caracas tampoco parece haber conducido a un cambio significativo en la calidad del servicio. La medida se concretó en Gaceta Oficial Nº 40170, de fecha 20 de mayo de 2013, por orden del Ministerio de Transporte. En el decreto 028, el gobierno acordó la transferencia de los bienes, el personal, la maquinaria y los ingresos propios y por recaudación de boletería al ferrocarril.
El dirigente sindical Luis Maldonado asegura que es necesario incluir nuevos trenes al sistema para mitigar los problemas que surgen como consecuencia del déficit de asientos. “La frecuencia del servicio es de 10 minutos, pero los coches no son suficientes”, dijo.
Las Cifras
30 peleas semanales se producen en la estación Simón Bolívar, en La Rinconada, según cifras manejadas por la PNB, que señalan que por lo menos 3 casos son reportados al Ministerio Público cada día.
13 nuevos trenes serán incorporados al servicio para reducir los tiempos de espera, anunció el año pasado el entonces presidente del IFE, Franklin Pérez Colina, pero hasta la fecha no ha sumado ni un solo tren
220.000 pasajeros transporta a diario el ferrocarril del Tuy, aunque fue construido para cubrir una demanda diaria de 40.000 usuarios.