Prensa OVV Aragua
Según el monitoreo que realiza el Observatorio Venezolano de Violencia en Aragua (OVV Aragua), durante el período enero-octubre 2021, 46 niños, niñas y adolescentes (NNA) fueron víctimas de violencia en la entidad.
Los tipos de violencia más frecuentes fueron: la violencia intrafamiliar, presente en 36,96% de las 46 víctimas -12 con delitos relacionados con el género y 5 con delitos vinculados con maltrato y abuso infantil-. Luego le sigue la violencia de género con 32,61%, la autoinfligida con 8,7%, la interpersonal individual con 6,52%, seguida de las violencias delincuencial, policial y sexual, con 4,35% cada una. Finalmente, la violencia de los grupos criminales organizados, presente en el 2,17% de las víctimas.
El 70% de las víctimas fueron niñas y adolescentes del sexo femenino. De las 46 víctimas, 14 tenían edades comprendidas entre 1 mes y 11 años, y 32 eran adolescentes, entre 12 y 17 años.
Los 14 niños y niñas fueron víctimas de 19 delitos. Tres fueron por muertes violentas: 1 femicidio de una niña de 2 años, 1 homicidio culposo de un niño de 11 meses y 1 suicidio de una niña de 9 años. Entre los delitos no letales ocurrieron 5 violaciones, 4 maltratos infantiles (3 con lesiones graves, 1 por negligencia). Igualmente ocurrieron 2 abusos sexuales, 1 acto lascivo, 1 trato cruel, 1 robo, 1 secuestro y 1 extorsión. Dos niños fueron víctimas de más de un delito (una niña de 2 años víctima de 4 delitos, por parte de su padrastro, y 1 niño de 9 años víctima de 3 delitos, por parte de miembros de bandas criminales organizadas). La violencia intrafamiliar fue la más frecuente en este grupo etario, seguida de la violencia de género.
En el caso de los victimarios, 79% resultaron ser familiares (9) o conocidos (2). La casa fue el lugar de ocurrencia más frecuente de los delitos (93%). La fuerza física fue utilizada en el 64% de los casos.
Para el OVV Aragua, estas estadísticas son un llamado de atención en relación al posible impacto del confinamiento por la pandemia y de la crisis humanitaria compleja, en la exacerbación del perfil pedófilo y violento, dentro de los miembros de las propias familias. “Esto es un reflejo de la reproducción de los círculos viciosos de transformación de víctimas en victimarios, producto de la conjugación de la desesperanza y de los diferentes tipos de adicciones, que son el caldo de cultivo de una disfuncionalidad familiar extrema, de la que hoy tristemente estamos siendo testigos”. Señaló el equipo.
En relación a la violencia hacia los adolescentes, se registraron 32 víctimas -75% del sexo femenino y 25% masculinos-, de las cuales 11 fueron muertes violentas: 6 homicidios -1 femicidio, 1 homicidio culposo, 1 homicidio con desaparición forzosa y 3 homicidios simples-, 3 suicidios y 2 muertes por actuación policial.
21 adolescentes fueron víctimas de 27 delitos no letales -6 de ellos fueron víctimas de más de un delito-. Dentro de los 27 delitos no letales contra los adolescentes se reportaron: 15 violaciones, 3 abusos sexuales, 2 actos lascivos, 2 maltratos infantiles, 2 explotación sexual comercial de menores y 2 producción de material de explotación sexual comercial de menores y 1 secuestro.
El 47% de los victimarios de los adolescentes eran conocidos, 19% eran familiares consanguíneos, 9% era la misma víctima, 6% los padrastros, 6% delincuentes comunes, 6% funcionarios de los cuerpos de seguridad, 3% ex parejas y 3% integrantes de una red de explotación sexual comercial de menores.
En relación a los lugares de ocurrencia, fue la casa de la víctima la más recurrente (11), la calle (9), lugar de trabajo del victimario (3), casa del victimario (2), lugar de trabajo de la víctima (1), en hotel (1), sitio de secuestro de la víctima (1) y no informan (4).
La fuerza física fue utilizada en el 29% de los casos, seguida por el amedrentamiento en el 22% de los casos, las armas de fuego con 17%, la seducción con 12% y la manipulación con 10%. Finalmente, las sogas con 5% y las armas blancas y los objetos contundentes con 2% cada uno.
El comportamiento que muestra la violencia hacia los adolescentes, evidencia que se hacen difusos los límites de las zonas de mayor vulnerabilidad para este grupo etario. La casa, es el sitio donde ocurre la mayor cantidad de casos de maltratos, violaciones y abusos sexuales (34%), seguido de la calle (28%), donde los adolescentes son violentados y donde ocurren mayormente las muertes por ajuste de cuenta y por intervención policial. Existe un tercer espacio de riesgo y son las casas del victimario (8%), donde ocurren abusos sexuales de adolescentes femeninas que son manipuladas y seducidas psicológicamente, probablemente con ofertas económicas que las hacen acudir voluntariamente a estos lugares; finalmente, los sitios de trabajo (8%) es donde los adolescentes igualmente son vulnerables.
Según la opinión del equipo del OVV Aragua, la violencia intrafamiliar y la disfuncionalidad familiar extrema, son producto de la falta de políticas económicas y sociales efectivas, por lo tanto se considera necesario que el Estado diseñe e implemente políticas públicas integrales e integradas, orientadas al rescate y reconstrucción de la familia, como célula fundamental de la sociedad, donde exista, entre otras cosas, una infraestructura pública de salud mental, que realmente posibilite el acceso de los miembros de las familias disfuncionales a terapias individuales y grupales. “Esto permitirá evaluar el riesgo de los NNA en el seno de su hogar y tomar las medidas de protección necesarias para garantizar su integridad física y psicológica”. Concluyó.