Prensa OVV Zulia
En menos de un mes, entre las madrugadas del 18 de marzo y el 5 de abril, se produjeron dos fugas masivas en cárceles del estado Zulia. La primera de ellas ocurrió en el retén de San Carlos, municipio Colón, y la segunda, dos semanas después, en la Base de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), en el municipio Cabimas. El total de evadidos en ambas fugas asciende a 106, de los cuales 8 son mujeres.
Entre los motivos de la fuga pudieran estar el hambre y el temor al contagio por coronavirus. Los reos que viven en estado de hacinamiento y en condiciones insalubres se alimentan principalmente de lo que les proveen sus familiares, a los cuales, días antes, se les prohibió la entrada al recinto por la medida de cuarentena implementada por el ejecutivo nacional.
En la fuga del retén de San Carlos, según declaraciones del mayor general Ovidio Delgado, comandante de la Región Estratégica de Defensa Integral Occidental (REDI), a las 12 y 10 de la medianoche reos del pabellón A procedieron a la fuga con la complicidad de dos funcionarios del penal. Cabe destacar que este recinto carcelario, diseñado para albergar a 100 reclusos, está ocupado por 518 internos que coexisten en precarias condiciones sanitarias que se convierten en fuentes de contagio de enfermedades como la tuberculosis y el VIH.
Las labores de recaptura se iniciaron de inmediato con saldo rojo. En las cercanías del penal se ubicaron los primeros cinco evadidos, los cuales fueron ultimados –“neutralizados”, dice el informe oficial-, al igual que otros tres, horas después en distintos sectores. Para el equipo del OVV Zulia, en todos los casos, el informe oficial presenta el mismo guion utilizado por las fuerzas policiales y militares en la región, en donde se relata siempre la misma historia: delincuentes que sacan sus armas y disparan a los funcionarios, éstos repelen el ataque, los criminales son heridos y trasladados a centros de salud a los cuales llegan sin signos vitales. Según fuentes oficiales, a 17 asciende el número de “neutralizados” de la fuga masiva de San Carlos; aunque de manera extraoficial, la ONG por los Derechos Humanos Provea, denunció que el número de internos evadidos de este recinto penitenciario y que fueron ejecutados es de 35.
El 5 de abril, en horas de la madrugada, se produce la segunda fuga. En esta ocasión 20 recluidos de la Base de Homicidios del Cicpc se evadieron del recinto carcelario, y en esta oportunidad se incrementó el saldo rojo en las labores de recaptura. Ese mismo día, 16 de los reos fugados fueron abatidos, siendo la resistencia a la autoridad el móvil de los asesinatos. Doce de ellos fueron abatidos en un mismo lugar, en el sector La Salina de la parroquia La Rosa de Cabimas. Según las declaraciones oficiales, el grupo estaba armado con 12 escopetas con las cuales abrieron fuego en contra de la comisión mixta del Cicpc que estuvo al frente en la búsqueda de los evadidos. Carlos Nieto, representante de la ONG Una Ventana a la Libertad, denunció que más que un enfrentamiento, estos reos fueron ejecutados en las labores de recaptura.
El equipo del OVV Zulia manifiesta su preocupación ante la posibilidad de que, en esta etapa de mayor control social por las medidas implementadas para enfrentar el coronavirus, se incremente la violación a los Derechos Humanos. Señalan que, el mismo procedimiento manejado para el combate de la delincuencia –ajusticiamientos, vestidos de resistencia a la autoridad-, se utilizó en las labores de recaptura de estas dos fugas masivas en el Zulia, entidad en la que afirmaron que el móvil del número de homicidios ocurridos en el periodo de la cuarentena tiende a ser el 100% por resistencia a la autoridad.