Prensa OVV Región Capital
Las pandillas criminales que hacen vida en la Cota 905, además de las bandas armadas de la parroquia La Vega, estuvieron muy presentes en las noticias de sucesos de abril registradas por el OVV Región Capital. Durante el pasado mes, se contabilizaron 21 delitos en el Área Metropolitana de Caracas (AMC), de los cuales cinco estuvieron relacionados con conflictos entre los grupos delincuenciales de estas zonas y enfrentamientos con los cuerpos de seguridad del Estado.
El primer suceso ocurrió el 8 de abril, cuando la banda en sectores de barrios de La Vega se enfrentó a la pandilla de El Coqui, Vampi y Garbis, la cual pretendía retomar el control territorial de la zona. Este enfrentamiento se dio durante dos días consecutivos y no se reportaron fallecidos o heridos.
Posteriormente, el 14 de abril, el diario “El Nacional” reseñó el hallazgo en la vía pública de tres cadáveres, pertenecientes a tres hombres que fueron asesinados por delincuentes de la Cota 905 para luego ser abandonados. En esta misma nota, este medio también hace referencia al cuerpo de un joven identificado como “Jhonny”, que fue abandonado en la urbanización El Pinar tras ser asesinado presuntamente por delincuentes de La Vega que hacen vida en la Cota 905.
Un nuevo hecho violento ocurrió el 16 de abril, cuando funcionarios de la Dirección de Investigaciones Penales, las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) y la Dirección Contra la Delincuencia Organizada realizaron un operativo policial en La Vega tras el enfrentamiento protagonizado el 15 de abril por dos grupos delictivos del sector. De acuerdo con el reporte, los funcionarios se encontraban llevando a cabo averiguaciones en la zona cuando comenzaron las detonaciones de armas de fuego por parte de los delincuentes.
Las autoridades que han intentado atacar a estas bandas recientemente se han visto envueltas en enfrentamientos y no parece tan fácil llegarles y detener la acción letal de estos grupos. El suceso más preocupante acaeció el pasado 22 de abril: la tarde de ese día, funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) quedaron atrapados en la autopista Francisco Fajardo, a la altura del túnel de El Paraíso, luego de ser atacados por miembros de la banda del Loco Leo. Se presume también que la banda de la Cota 905 apoyó en esta balacera en la que resultaron heridos cuatro funcionarios policiales, quienes tuvieron que ser rescatados por cuerpos de seguridad especiales en vehículos blindados.
El 26 de abril, La Vega volvería a ser noticia debido a nuevo enfrentamiento entre delincuentes que disparaban desde la parte alta del sector contra funcionarios de la Policía de Caracas. Producto de esto, dos civiles que se encontraban en las adyacencias de la Redoma de La India fueron heridos. Extraoficialmente se informó que dos delincuentes fueron asesinados en el hecho.
Vecinos en zozobra
Los sucesos violentos relacionados con estas organizaciones delincuenciales han atemorizado especialmente a los vecinos de las parroquias La Vega y El Paraíso, puesto que son las zonas más cercanas, por donde se movilizan y hacen vida estas bandas. Desde sus viviendas, los vecinos reportan las ráfagas de detonaciones que escucha, y en algunos casos son víctimas de estos enfrentamientos, como lo que ocurrió el 20 de marzo durante el tiroteo en la autopista, cuando una mujer de 55 años, residente de El Paraíso, murió al ser impactada por una bala perdida.
En las redes sociales se han observado fotos y videos que reflejan el poderío de estos grupos armados mostrando las armas de alto calibre que cargan, los enfrentamientos que sostienen entre bandas rivales y con funcionarios policiales, además de las frecuentes detonaciones que se escuchan. Los vecinos de estas parroquias han manifestado sentirse aterrados por esta situación y a la vez sorprendidos por la falta de acciones por parte de los organismos de seguridad de Estado.
En este contexto de beligerancias, que cada vez más recrudece, debe llamar la atención para exigir acciones institucionales, que se emprendan y puedan lograr la construcción de paz, desde un enfoque territorial de gestión de la seguridad, con miras a prevenir y evitar la continuidad y ampliación de estos hechos que imponen la violencia, tanto de los grupos armados entre sí, como en los enfrentamientos con funcionarios policiales en el AMC.