Prensa OVV Lara

La escasez de alimentos, la desintegración familiar y la debilidad institucional del Estado venezolano, son condiciones que son aprovechadas por organizaciones delictivas del estado Lara para reclutar niños y adolescentes de los barrios, a cambio de comida y otros bienes. Según el sociólogo Carlos Meléndez, coordinador del Observatorio Venezolano de Violencia en Lara (OVV Lara), en el año 2019 esta situación se agravó debido a la crisis del país.

El fenómeno de captación de niños a cambio de comida tuvo sus primeras expresiones en Caracas, y así fue registrado por el OVV. En Lara, los investigadores de esta organización hallaron el año pasado los primeros signos de esta práctica, a través de estudios cualitativos realizados en zonas populares donde el delito y la pobreza tienen más incidencia.

“Se trata de una práctica que están desarrollando integrantes de organizaciones delictivas en los sectores populares de diferentes municipios del estado Lara. La línea que separaba a los niños de los delitos se está haciendo más delgada y se está desdibujando. Existe mayor fragilidad y vulnerabilidad entre menores de edad y adolescentes”, destacó Meléndez.

De los hallazgos obtenidos por el OVV Lara en el año 2019, se concluyó que niños y adolescentes se están incorporado a una edad muy temprana al consumo de drogas y alcohol; además de estar involucrados en actos delictivos.

Meléndez destacó la similitud de edades de víctimas y victimarios. Según los datos del OVV Lara, 36,5 % de las personas que fueron objeto de hechos violentos como homicidio y robo con lesión tenían entre 15 y 29 años; 5,4% correspondía a jóvenes entre 15 y 19 años de edad; 15% entre 20 y 24 años y 16%, entre 25 y 29 años de edad. Estas cifras refuerzan la tendencia que, por mucho tiempo, ha sido una característica demográfica de la violencia en Venezuela y en otros países violentos de América Latina.

A juicio de Meléndez, esta situación que se ha agravado en los últimos años es consecuencia del contexto de crisis socioeconómica que atraviesa Venezuela, la cual se ha empeorado por la migración forzada de padres y la disminución progresiva de la efectividad en los mecanismos de control social en las escuelas y comunidades.

“Esta situación es una bomba de tiempo, los niños son los más vulnerables y si no se toman medidas aumentará el riesgo de violación de DD.HH. de niños, niñas y adolescentes, debido a que la política de seguridad implantada en el país no permite gestionar acciones de prevención que eviten, por una parte, la permanencia de la delincuencia y, por la otra, el riesgo de que estos niños se conviertan en las próximas víctimas de la violencia policial del Estado. Será un círculo vicioso del que nos costará salir”, finalizó el coordinador del OVV Lara.