Durante los meses de enero y febrero del año 2021, en el estado Trujillo se han presentado protestas, todas relacionadas con la mala prestación de los servicios públicos en la región, lo que sigue profundizando la crisis en toda la entidad.

El clima social se ha venido monitoreando a través de las denuncias que han venido realizando las comunidades a través de los medios de comunicación regional, donde se ha visibilizado la situación de las deficiencias en los servicios públicos que padece la mayoría de los pobladores, bien sea por falta de agua potable, electricidad, gas, gasolina, gas-oil, transporte o por falta de conexión telefónica. A todo esto, se le suma las limitaciones que impone la cuarentena social que obliga a los ciudadanos a permanecer en sus hogares durante una semana denominada “radical”, donde el ciudadano sufre con mayor énfasis la mala calidad de los servicios públicos.

De acuerdo con las denuncias públicas, los ciudadanos no reciben respuestas satisfactorias por parte de los entes encargados de prestar esos servicios. Los órganos técnicos especializados para resarcir la afectación de sus derechos humanos y sociales, no garantizan los estándares adecuados con una vida digna.

En relación al clima de conflictividad relacionado con el servicio de agua potable, se han monitoreado afectaciones recurrentes por las continuas fallas del servicio. En el caso de la urbanización La Beatriz en el municipio Valera, más de 7 mil familias se encuentran afectadas por una falla en el sistema de distribución y, según los reportes de prensa, la falta de agua ha sido una constante en gran parte de los hogares trujillanos. En la segunda quincena del mes de enero, en el municipio señalado, que cuenta con el principal centro poblado del estado, se fracturó una tubería de 10 pulgadas del sistema de distribución de Valera, que ameritó un trabajo de siete días por parte de la Hidrológica de Los Andes (Hidroandes) y el Sistema Hidráulico Trujillano (SHT). Esto paralizó la distribución de agua hacia las comunidades de la zona norte de la ciudad, las cuales son atendidas en esquemas de 48 horas cada 7 días. 

Según denuncias de los habitantes de ese municipio, allí se han detectado fallas electromecánicas en el equipo de bombeo de la Planta de Potabilización El Cumbe, que dificultan la distribución de agua potable en el municipio Valera. Ante la crítica situación del servicio de agua potable, habitantes de los sectores de 52 Casas, Brisas del Río, Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera, pertenecientes al valle de San Luis del municipio Valera, han formulado denuncias públicas y gestionan camiones cisterna para el suministro del vital líquido. Los sectores ubicados en la zona sur de Valera, para acceder al servicio, también contratan camiones cisternas privados y sus protestas sólo se han limitado a las puertas de Hidroandes.

La situación del agua potable es similar en todos los municipios del estado Trujillo. En el caso de San Rafael de Carvajal, sus pobladores enfrentan la pandemia sin una gota del recurso. Sectores como Campo Alegre, Chimpire, La Cabecera, La Cejita, La Hoyada, La Popa, Sabana de Cuba, entre otros, no cuentan con agua por tubería y sus habitantes tienen que caminar largos trechos para abastecerse en fuentes de riachuelo. Estas denuncias se escuchan diariamente por algunas emisoras de radio y, en algunas ocasiones, son reflejadas en los medios digitales. En el municipio Boconó, Hidroandes no ha podido solventar el problema del acueducto y el dique toma, presentándose focos de protestas en algunas comunidades.

Por otra parte, habitantes del Alto de Escuque, Divino Niño, Juan Díaz, La Mata, Las Palmas, Las Rurales, Las Lagunetas y Sabana Libre, del municipio Escuque, denunciaron que tienen más de un año sin recibir agua potable. Los afectados resaltaron que ese municipio es atendido por dos acueductos: Sicoque, que suministra agua al casco central de la entidad, y el de Las Palmas, que debe surtir a más del 70% de la geografía correspondiente al derredor. Sin embargo, como son comunidades que quedan en la periferia, esto no permite que les llegue el vital líquido.

Asimismo, la distribución del sistema de abastecimiento de agua potable en el municipio Trujillo se vio afectada por una fractura en la tubería principal de aducción de 20 pulgadas, generando una pérdida de 45 litros por segundo. Tanto el municipio Valera como Trujillo han sufrido constantes bajones de electricidad, perjudicando los equipos eléctricos y afectando el bombeo de las plantas potabilizadoras, que deben paralizar sus operaciones hasta tanto no se regularice el voltaje.

Con relación al servicio de electricidad, se lograron registrar algunas denuncias públicas de sectores con cuatro meses sin luz, como es el caso de los habitantes del sector Loma Abajo del municipio Candelaria. La comunidad sigue denunciando la falta de servicio y la respuesta de Corpoelec Trujillo que no tienen transformadores, y el que cubría la demanda eléctrica de ese sector, explotó.

La mayoría de estas protestas son mediáticas, a pesar que algunos sectores son afectados durante semanas y meses por la falta de este servicio. Por ejemplo, más de 23 días sin electricidad tiene la comunidad Loma del Pabellón, en el municipio Boconó, debido a un transformador.

Los municipios Motatán, Pampanito, Pampán, Rafael Rangel, San Rafael de Carvajal y Valera, son las entidades más afectadas con las permanentes fallas y fluctuaciones en el sistema eléctrico nacional. Los apagones de enero fueron por varias horas y durante ese mes aumentó moderadamente el clima de conflictividad social, dado que se realizaron varias protestas comunitarias exigiendo un mejor servicio a Corpoelec.

Con respecto al servicio de gas doméstico, los habitantes de la parroquia San Luis del municipio Valera denunciaron que hay discriminación por parte de los miembros del Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP) en la entrega de bombonas. En ese sector, más de 300 familias no poseen gas desde el mes de agosto; sin embargo, no se han registrado protestas que afecten el clima social que impera en el sector. Caso contrario ocurrió en el Barrio El Milagro, uno de los sectores populares más emblemáticos del municipio Valera. Los habitantes de esta comunidad pasaron ocho meses sin que se diera un operativo de venta de cilindros de gas doméstico por parte de una empresa privada, razón que llevó a que manifestaran su molestia frente a su sede. Los protestantes aseguran que quienes ofrecen pagar tarifas en dólares son atendidos inmediatamente.

Los reclamos por la carencia de gas doméstico siguen presentes. Las distintas comunidades han hecho todo tipo de peticiones a las autoridades competentes para activar un plan de distribución que mantenga una periodicidad mínima y equilibrada, y permita el uso de este servicio; sin embargo, hasta ahora no se ha puesto en marcha alguna estrategia efectiva. PDVSA Gas Comunal no da respuesta.

También gran parte de los habitantes pertenecientes a los bloques que conforman el Consejo Comunal “Silvestre Segovia” de La Beatriz del municipio Valera, manifestaron su descontento ante el aumento desmedido del llenado de la bombona de gas. La comunidad propuso a la empresa PDVSA Gas Comunal hacer un estudio socio económico para establecer el costo del gas a granel, ya que el anunciado supera el monto del salario mínimo, pero no se obtuvo respuesta.

Por otro lado, los habitantes de la Urbanización San Rafael, del municipio Valera, alzaron su voz para pedir el cese al aumento del servicio de gas doméstico, pero en esta ocasión a dos empresas privadas; mientras que en el municipio Boconó, las comunidades salieron a protestar en la vía pública por la falta de gas comunal.

En el caso de la gasolina, las estaciones de servicio de toda la geografía trujillana presentan colas interminables de vehículos a la espera de lograr surtir de combustible el día que les corresponde. Tres mujeres fueron detenidas por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en la estación de servicios Chimpire, en el municipio San Rafael de Carvajal, por estar elaborando listas de distribución.

El sistema de biopago instalado en las diferentes estaciones de servicios continúa fallando, retrasando el surtido de combustible a la colectividad. La disminución de las colas se hizo evidente en las estaciones que sólo surten gasolina a precio dolarizado, es decir, a 0,5 dólar por litro.

Con respecto al gasoil, el personal de salud que se traslada en el sistema de Bus Trujillo se quedó por dos días consecutivos sin trasporte ante la fuerte escasez de este combustible en la entidad. En el municipio Valera, los profesionales de la salud se cansaron de esperar las unidades, teniendo que caminar largos trechos hasta sus hogares, luego de batallar duramente en los centros asistenciales por la salud del pueblo.

Las protestas con relación a la telefonía, en su mayoría se realizan sólo a través de redes sociales. Se lograron registrar denuncias de los residentes de la comunidad de San Antonio, sector La Floresta del municipio Valera, los cuales tienen más de un año sin servicio de telefonía fija ni internet por parte de la empresa estatal Cantv. Aseguran los afectados que el problema se originó cuando el personal de esta empresa realizó unos trabajos que quedaron inconclusos y que dejaron sin conexión a más de 900 viviendas.

Equipo del Observatorio Venezolano de Violencia en Trujillo (OVV Trujillo)