Correo del Caroní
Maisdulin Younis

6 Julio, 2014

Un vecino abrió fuego contra dos motorizados aproximadamente a la 1:30 de la madrugada de este sábado, en Manoa. Los habitantes los tenían identificados como antisociales. Uno murió, el otro joven quedó herido. Tres conchas de bala, dos de ellas calibre 380, quedaron en el pavimento. La moto fue quemada también por los habitantes de esta urbanización de San Félix. Este retrato es lo que el director del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), Roberto Briceño León, considera como “espiral de violencia”.

El sociólogo explica que, por la falta de confianza en los organismos de seguridad del Estado, las personas deciden tomar la justicia por sus propias manos.

Los residentes de Manoa explicaron que Alexander José Cova Rodríguez, de 22 años de edad, junto a Henderson Javier Manrique Guzmán, de 25 se desplazaban por su comunidad en moto, sometían y despojaban a los vecinos de sus pertenencias. El sábado en la madrugada murió el primero a tiros; el segundo está recluido en el Hospital Dr. Raúl Leoni, de Guaiparo, con una herida en el intercostal derecho.

Briceño León menciona que en el 92% de los homicidios en Venezuela no hay ni siquiera una detención

“Tenían días en el mismo plan, ayer (el sábado) alguien se cansó y les disparó, no sabemos quién fue. Lo cierto es que por la misma indignación se cansaron y ocurrió esta desgracia”, comentó una vecina.

Si bien Briceño León mencionó lo “lamentable” de este episodio en el que vecinos aplican la Ley del Talión, el sociólogo remarca que “eso no contribuye a la pacificación de la sociedad, pero la falla la tiene el incumplimiento del Gobierno y del Estado en sus obligaciones”.

El especialista asevera que la sociedad venezolana siente que no tiene protección y que no hay castigo para los delincuentes: “Esos dos son elementos claves para la construcción de la paz y el Estado de derecho”.

Durante una entrevista a Correo del Caroní, Briceño destacó que toda respuesta a la violencia debe buscar no incrementarla, sino reducirla, “esa es la gran regla de prosperidad y mejoría social, si en la respuesta buscamos más violencia no se está en la dirección adecuada, las medidas deben tomarse en otra dirección. Es muy difícil explícaselo a la gente, más aún cuando no hay una actuación policial que brinde protección, la sociedad no siente que la policía está de su lado, cuando esto pasa, la sociedad empieza a decir lo hago yo por mi propia cuenta”.

Espiral de violencia

El ajusticiamiento, al igual que la tortura, es un crimen penado en la Constitución venezolana, sin embargo “la población no confía en quienes deberían resguardar la ley. Tenemos una sociedad que está enfrentándose a los delincuentes bajo la mira pasiva o cómplice del Estado”, afirma el director del OVV.

“Para controlar la violencia, la sociedad debe sentir que va a existir el castigo, pero con un espiral de violencia fundado en la impunidad no podemos conseguir paz, eso ha venido pasando en Venezuela”.

90 por ciento de los casos de muertes violentas no se investigan, de acuerdo con la Fundación por la Dignidad Sagrada de la Familia. Estas estadísticas coinciden con el OVV.

Para Briceño, la construcción del Estado moderno está retrocediendo. “Anteriormente, cuando no todo el mundo estaba armado y tenía su ejército privado todos los asuntos se arreglaban por su propia cuenta y estamos regresando a eso, estamos ante situaciones que se supone habían desaparecido”.

El sociólogo asegura que en el territorio nacional existe una espiral de violencia por parte de los delincuentes y a su vez por quienes responden con violencia ante los malhechores, “eso ocurre por el fracaso del Estado, por el incumplimiento de las obligaciones constitucionales”.

Apología al delito

Lo ocurrido este sábado, según Briceño León, podría llegar a considerarse apología al delito pero “son muchos los mecanismos de investigación en este caso, pero la sociedad está apelando al derecho a la defensa propia; si fueran a detener a las personas que ejecutaron ese crimen la situación podría causar irritación, más aún, cuando no detienen a los asesinos que los estaban amenazando a ellos”, menciona Roberto destacando que “en el 92% de los homicidios ocurridos en Venezuela no hay ni siquiera una detención”.

Considera paradójico que un “Gobierno que dice que protege a los pobres los ha dejado completamente desamparados, privatizando la seguridad y la justicia. Es un caso triste y lamentable, pero uno entiende el sentimiento de desamparo que tiene la población venezolana, en todos los sectores sociales, bajos y altos. Al no confiar en la policía se toma la justicia por las propias manos, es una privatización de la seguridad y la justicia que no contribuye a pacificar a una sociedad”, apuntó Briceño.

Cifras censuradas

El director del OVV mencionó que no es posible manejar cifras de linchamientos en Venezuela porque se confunde con otros datos de muertes, teniendo en cuenta “toda la censura oficial, no hay transparencia de nada, no es posible saberlo, pero al sumar los sicariatos y los linchamientos, determinamos que, en muchos de los casos, es justicia por las propias manos, así como las ejecuciones extrajudiciales que hace la policía, eso es justicia por las propias manos, hay policías involucrados en delitos y otros son víctimas”, informó el especialista afirmando que los enfrentamientos entre la bandas “es un ejercicio y un control de nichos económicos, el Estado lo que hace es establecerte reglas, que en Venezuela existen pero se han quebrado”.

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