Prensa OVV Sucre

El Observatorio Venezolano de Violencia OVV Sucre, presentó el informe anual 2018 donde la entidad se posicionó como la quinta más violenta e insegura del país, con una tasa de 97 muertes violentas por cada 100 mil habitantes.

“El estado Sucre subió dos peldaños en violencia e inseguridad; es decir, la entidad pasó de ocupar el séptimo lugar en 2017, al quinto lugar en 2018, detrás de Aragua, Miranda, Bolívar y Distrito Capital”, dijo el coordinador del OVV Sucre, Jesús Subero.

Durante el informe presentado a los medios de comunicación sucrenses desde la Plaza Andrés Eloy Blanco de Cumaná, el coordinador detalló que la tasa de homicidios se ubicó en 50 fallecidos, la de resistencia a la autoridad fue de 26 y la de muertes por averiguación fue de 22.

Las zonas rurales son las más violentas

Los municipios más violentos de la entidad fueron Andrés Eloy Blanco (Casanay), con una tasa de 214 muertes violentas, y Valdez (Güiria) con 203 fallecidos por cada 100 mil habitantes, los cuales se ubicaron dentro de las 12 jurisdicciones más violentas del país; seguidos por Cajigal (Yaguaraparo) con una tasa de 189, Mariño (Irapa) con 145, Bolívar (Marigüitar) y Montes (Cumanacoa), con 106 respectivamente, consideradas zonas extraurbanas cuya acción criminal superó a la de municipios con mayor densidad poblacional y desarrollo económico como Sucre (Cumaná) y Bermúdez (Carúpano).

Subero advirtió que el estado Sucre ha tenido un incremento importante de la violencia en los últimos años debido a la expansión de la criminalidad organizada para controlar, no solo la actividad productiva y agroalimentaria del territorio y sus carreteras, sino también para consolidar el tráfico de drogas hacia el mar Caribe.

“Los pescadores artesanales han cambiado sus horarios de faena para evitar ser despojados de motores y enseres de pesca por los piratas de mar, mientras las grandes embarcaciones son víctimas de robo una vez que atracan en el puerto”, indicó Subero.

Los otros municipios de alta criminalidad están vinculados con las penínsulas de Paria y Araya, que se han convertido en territorios controlados por la delincuencia.

En 2018 se dieron situaciones de mucha violencia con el enfrentamiento entre las bandas dedicadas al tráfico de drogas que llevaron a masacres como las ocurridas en las parroquias San Juan de las Galdonas y San Juan de Unare del municipio Arismendi, cuyas cifras no ha sido posible conocer adecuadamente.

Precisamente, Arismendi tuvo una tasa de 49 muertes por 100 mil/h, una cifra muy inferior a la de otros municipios como Ribero (Cariaco) o Cruz Salmerón (Araya), que registraron  tasas de 82 y 80 muertes por 100 mil/h, cifra similar a la media nacional.

La producción agrícola del estado también ha sufrido los embates de la criminalidad y se acentuaron los robos a los productores de café, cacao y caña de azúcar, factores relevantes en los municipios Montes (con una tasa de 106 fallecidos por 100 mil/h) y Cajigal (189 muertes por 100 mil/h).

Las víctimas

De acuerdo al monitoreo realizado por el Observatorio de Prensa del OVV Sucre, 94% de las víctimas registradas durante el año fueron del sexo masculino y 6% pertenecían al sexo femenino.

Subero expresó preocupación por cuanto 79% de las víctimas tenían edades comprendidas entre los 15 y 34 años, lo cual hace referencia a la pérdida de jóvenes en edades productivas para el desarrollo económico y social de la entidad.

Asimismo, detalló que 47% de los sucesos ocurrieron en días de la semana, de los cuales 28% fueron en horario diurno. Mientras que 83% de los hechos ocurrieron en la calle y 12% en el lugar de residencia de las víctimas.

El arma de fuego se mantuvo como la más utilizada para cometer 84% de los delitos registrados en la entidad oriental, mientras 24% de los casos ocurrieron bajo el móvil de venganza y 21% por resistencia a la autoridad.

En 63% de los sucesos el victimario fue un desconocido y 26% pertenecían a los cuerpos de seguridad del Estado.

Con los datos y el análisis ofrecido, Subero señaló que la violencia se ha generalizado en el país y ya no se concentra en las grandes ciudades, sino que debido a la crisis nacional se ha desplazado a las zonas rurales y, lamentablemente, la única respuesta pública ha sido el aumento del abuso de autoridad a través de las operaciones de exterminio, que evidencian la acción represiva y en nada fortalecen la institucionalidad necesaria para garantizar la paz y la seguridad ciudadana.

El coordinador del OVV Sucre reconoció el trabajo académico realizado por ocho universidades del país a través del Observatorio Venezolano de Violencia OVV, donde destaca la Universidad de Oriente UDO Sucre para garantizar el monitoreo y la recolección de la información de sucesos registrada y de esa manera superar la opacidad informativa que impera en el país desde 2005, y que en el estado Sucre se ha visto marcada por la desaparición de la prensa escrita.