El Universal
Luis Izquiel
18 de abril de 2014
El último Estudio Global de Homicidios realizado por la Oficina de Drogas y Delito de las Naciones Unidas (Unodc), el cual fue publicado la semana pasada, ratifica lo que veníamos afirmando: Venezuela es hoy el segundo país con mayor tasa de asesinatos en el mundo, solo superado por Honduras. 15 años de improvisación y fracaso en las políticas de seguridad ciudadana nos han colocado en esta deshonrosa y lamentable posición.
El informe de la ONU ubica a Venezuela con una tasa de 53,7 homicidios por cada 100.000 habitantes. Este índice es cerca de 9 veces mayor al promedio mundial (6,2/100.000hab) y más de 3 veces superior al promedio de América Latina (16,3/100.000hab). Desde hace tiempo, en términos de violencia criminal, dejamos atrás a países vecinos como Colombia (30,8/100.000hab) y Brasil (25,2/100.000hab). Hay que destacar que este estudio solo tomó en cuenta las dudosas cifras de asesinatos suministradas por el gobierno nacional y no las que reflejan ONG’s como el Observatorio Venezolano de Violencia (79/100.000hab), las cuales están mucho más ajustadas a la realidad.
La ONU resalta que nuestro país es el único de Sudamérica que ha tenido un incremento consistente en el número de homicidios en los últimos años. En 1998, cuando el grupo que hoy gobierna llegó al poder, Venezuela tenía una tasa de 19 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Estábamos en el promedio de América Latina, muy alejados de los primeros lugares del ranking mundial de violencia.
El informe muestra también cómo algunos países y ciudades de AL, aplicando políticas criminales correctas, pudieron bajar drásticamente sus tasas de homicidios. Colombia, por ejemplo, la redujo a menos de la mitad en un lapso cercano a los 20 años. La concreción de una tregua entre las grandes pandillas denominadas “Maras”, impulsada en 2012 por el gobierno y la Iglesia de El Salvador, se tradujo en una disminución de 40% en el índice de asesinatos de esa nación centroamericana. Las ciudades brasileñas de Río de Janeiro y Sao Paulo igualmente son citadas como modelos de éxito. Cuando hay voluntad política, siempre se producen los resultados positivos.
Nicolás Maduro, al igual que su antecesor, frecuentemente menciona al capitalismo como una causa principal de la criminalidad desbordada, pero el informe de la ONU evidencia que esto no es cierto. Los países que tienen un sistema de libertades económicas poseen las tasas más bajas de homicidios en el mundo. Canadá (1.6), Estados Unidos (4.7), Japón (0.3), Francia (1.0), Alemania (0.8) e Inglaterra (1.0), entre otras naciones, tienen índices de asesinatos por cada 100.000 habitantes infinitamente menores a los de Venezuela. El problema delictivo no es ideológico, sino de capacidad gubernamental.
La ONU señala que el 41% de los homicidios del mundo se ejecutan a través de armas de fuego. En Venezuela, por las fallas en el control de estos letales instrumentos, el porcentaje se eleva a cerca de 90%. En promedio, el 50% de los sospechosos de homicidios en América Latina son arrestados. En nuestro país, de conformidad con los datos del Observatorio Venezolano de Violencia, solo un 9% son detenidos, es decir, existe una enorme impunidad. Por otra parte, la Unodc destaca que los países deben contar con unas claras estadísticas delictivas, algo que aquí es inexistente.
La superación de las tasas delictivas es un aspecto clave para el futuro de Venezuela. Si no logramos esta meta, será casi imposible el desarrollo del país.