Prensa OVV Táchira
En el estado Táchira, durante los meses de mayo y junio, se han venido presentando altos índices de contagios y fallecimientos a causa del Covid-19. Tal situación ha encendido las alarmas en los distintos centros de salud, pues a diario se observa cómo el número de enfermos aumenta. El virus se ha venido propagando con mayor rapidez en este lado de la región andina, lo que resulta preocupante dada la crisis en que se encuentran los hospitales y las dificultades económicas que enfrentan las familias para costear el tratamiento médico de dicha enfermedad.
Según datos obtenidos del portal de noticias digital “La Prensa del Táchira” y la página oficial de la gobernación de la entidad, la autoridad única en salud del estado, la doctora Amelia Frassel, señala que se contabilizó, durante el mes de mayo, el fallecimiento de 172 personas. Por su parte, el alcalde del municipio San Cristóbal anunció que en junio hubo 74 fallecidos, lo que da un total de 246 muertes a causa del Covid-19 en los dos meses. Tal cifra devela que la entidad está sufriendo el pico de contagio más alto desde que inició la pandemia, el 13 de marzo de 2020, pues los registros ponen de manifiesto que existe un promedio de 4 fallecidos por día, durante este período.
El aumento de casos de Covid-19 en los últimos 60 días ha sido de un 700%, debido a que en meses anteriores eran atendidos por semana 10 pacientes en el hospital centinela, y ahora la atención ascendió a 70, de acuerdo a información suministrada por el coordinador de triaje del Hospital Central (HC), Raúl Segnini. Es oportuno destacar que dicho hospital cuenta con un total de 122 camas, de las cuales actualmente solo hay 11 disponibles; es decir, el 91% de las camas están ocupadas, según el último reporte emitido por la gobernadora.
La problemática se ha venido agravando, a su vez, por la ausencia de pruebas PCR y por la falta de cercos epidemiológicos efectivos, que permitan una asistencia eficiente y gratuita a la población, para que exista un control actualizado de los niveles de contagio a nivel regional. Tal situación es afirmada por Segnini, quien señala: “Conozco a personas que han acudido a varios ambulatorios y no consiguen que se la hagan, lo cual se hace necesario para descartar la presencia del virus”. La ineficiencia del servicio de pruebas de despistaje impide que las personas descarten la presencia del virus en su cuerpo y aumenten las curvas de contagio, tal y como está ocurriendo en la actualidad. Aunado a ello, a pesar de que existen pruebas en centros privados, sus costos oscilan entre los 30 y 50 dólares, y las familias no cuentan con los recursos para costearlas.
Para la profesora Anna María Rondón Trejo, coordinadora del OVV en la región: “Los efectos de la pandemia son inevitables. Se trata de un virus que ha impactado al mundo entero. Sin embargo, la planificación en estas situaciones es esencial y podría marcar la diferencia en nuestro país, para poder superar este momento de la manera más inocua posible. El proceso de vacunación en Venezuela es bastante incierto e intermitente, y el Táchira no escapa de esta realidad, además de que las aglomeraciones, producto de la desorganización en el suministro de la vacuna, podría ser contraproducente por no cumplirse el distanciamiento social, ni acatar a cabalidad las normas de bioseguridad”.
Por otra parte, cumplir con las semanas de radicalización es complejo de asumir para el poco sector comercial de la región que, previamente golpeado, ahora sufre unos controles adicionales que ponen en detrimento su sostenimiento. Para la población en general, no es más sencillo; quienes deben acudir a sus empleos formales e informales, muchas veces hacen uso del escaso transporte público que funciona con hacinamiento, incumpliendo el modelo 7 por 7.
“El panorama no es alentador para la población del Táchira, pues si no se disponen de las herramientas para asumir la crisis a causa del Coronavirus, podrían ser miles los fallecidos; mientras tanto, las autoridades del gobierno central y regional, lejos de generar acuerdos, mantienen una disputa en la que la población es la única perjudicada”, finalizó Rondón.