Prensa OVV Guárico
En el estado Guárico se registraron al menos 33 suicidios entre enero y octubre de 2021, cifra que duplica los 16 casos por este mismo tipo de violencia autoinfligida ocurridos durante 2020. Las cifras de suicidios en 10 meses de 2021, corresponden a 7 mujeres y 26 hombres, que involucraron 7 adolescentes (12-17 años), 3 jóvenes (18-24 años), 2 adultos jóvenes (25-29 años), 14 adultos (30 a 64 años), 6 adultos mayores (mayores de 64 años) y 1 individuo de edad desconocida. Nueve de los quince municipios guariqueños registraron por lo menos un deceso por esta causa. Infante (8), Zaraza (7), Roscio (6) y Miranda (5) son las jurisdicciones llaneras con mayor cantidad de suicidios en lo que va de año.
La información fue suministrada por el equipo de investigación del Observatorio Venezolano de Violencia en Guárico (OVV Guárico), el cual subrayó que los datos son recopilados de la prensa regional y representan un número de fallecidos preocupante, en una región del país que no escapa de la compleja crisis humanitaria, agravada con la pandemia por el Covid-19.
No obstante, Yhon Cortés, psicólogo clínico en ejercicio libre, especialista en orientación de la conducta, aseguró que la violencia autoinfligida en el estado no debe ser medida únicamente como una consecuencia del Coronavirus y la crisis actual del país. “No podemos negar la pandemia y la complicada situación económica, pero debemos ir más allá y hacernos responsables desde la crianza y de nuestro entorno”.
“No es igual estar triste a estar deprimido”, señaló el psicólogo clínico. Esta afirmación la hace el especialista, al calificar de cualitativamente diferentes los episodios leves de dolor y desesperanza (tristeza) que todo el mundo experimenta esporádicamente, en algún momento de su vida, de aquellos desórdenes que no solo son persistentes, sino que conducen a la desconexión social y al aislamiento de los individuos afectados (depresión) y que pueden estimular la ideación suicida.
El psicólogo recordó que el suicidio es el desenlace fatal de quienes llegan a un estado de deterioro emocional en el que no quieren vivir más. “Todos estamos expuestos a presentar situaciones impactantes que nos pueden llevar a un cuadro depresivo. Ahora, la pregunta es con cuáles recursos cuentas tú para enfrentar esa situación: el aislamiento, una caída económica, una ruptura de pareja, dificultades para estudiar, falta de recursos económicos para alimentarte bien”, explicó el especialista.
Enfatizó, además, que el deterioro emocional y la incapacidad de disfrutar actividades agradables del día a día (anhedonia), requiere de ayuda profesional. “Existen suicidios espontáneos, que poca explicación dejan. Pero casi siempre el suicida da muestras de negativismo, de desvalorización, de creerse incapaz de salir adelante, de maltratarse verbal y físicamente”, indicó.
Cortés explicó que todas las muertes por violencia autoinfligida son dolorosas. Sin embargo, advierte que los progenitores deben estar alerta ante señales de estados depresivos en sus hijos, para evitar que terminen en capítulos suicidas. De acuerdo con el psicólogo, los padres en la actualidad están llamados a romper las cadenas de maltrato y conflicto que pudieron heredar en familias con antecedentes agresivos, donde no existió una cultura de inteligencia emocional. Subrayó que los adultos de hoy deben comprometerse con la enseñanza de valores, promover en las nuevas generaciones la lectura, el deporte, la comida saludable, ser personas más humildes y respetuosas. “En la medida que sumemos positivismo y buenos hábitos a nuestras vidas y a las de nuestro entorno, estamos aportando a una sociedad mucho más sana”, concluyó.
En este sentido, para el equipo del OVV Guárico el contexto de crisis humanitaria compleja como la que vive Venezuela, requiere que los fondos públicos sean destinados a asegurar que las comunidades se movilicen para apoyar a los familiares y allegados afectados por pérdidas a causas de suicidios, y que los mensajes sobre el tema sean guiados por personas con experiencia en desesperación suicida. “El Estado debe crear los servicios de posvención; es decir, promover la respuesta y el cuidado de las personas y comunidades afectadas después de un intento de suicidio, una crisis o una muerte. Brindar apoyo a los afligidos y prevenir los posibles efectos negativos de la exposición a conductas suicidas, como el contagio de la ideación suicida, en particular entre adolescentes y jóvenes en contextos escolares”. Finalizó.