- Durante el año 2023 estimamos que acontecieron en Venezuela unas 2.358 muertes por suicidio, lo que se traduce en una tasa aproximada de 8,2 decesos por cada 100 mil habitantes. En 2022 la estimación arrojó 2.173 sucesos de este tipo con una tasa de 7,7. Estos resultados arrojan un incremento de 6,5% entre 2022-2023.
- La tasa de muertes por suicidio en Venezuela exhibe de nuevo una tendencia al aumento y se mantiene con un valor superior al de las estimaciones obtenidas años antes de la emergencia humanitaria compleja (EHC).
- Todo parece indicar que la fluctuación del nivel numérico de la tasa en cuestión en Venezuela, continúa siguiendo el ritmo que le imprime principalmente los altibajos de la emergencia humanitaria y sus impactos asociados, en conjunto con el peso que puedan tener sobre las personas diferentes factores de riesgo relacionados con conductas suicidas (Gráfico 1).
- Ratificamos una vez más que, mientras no acontezcan en el país cambios estructurales económicos y político-institucionales que frenen la crisis actual y que mejoren sustancialmente las condiciones de vida y abran un horizonte de progreso para los venezolanos, y en tanto no se pongan en práctica políticas públicas en materia de prevención de la violencia autoinfligida; difícilmente se conseguirá estabilidad emocional y salud mental en la mayoría de la población, en consecuencia, el comportamiento suicida continuará siendo un problema de salud pública y de preocupación.
- La tasa se incrementó en 17 entidades federales del país y sólo se redujo en 7. Los territorios que mostraron los mayores incrementos fueron: Delta Amacuro, Sucre y Nueva Esparta, mientras que los menores aumentos se dieron en: Mérida, Táchira y Portuguesa (Tabla 1).
- Mérida continúa ocupando el primer lugar, tendencia que se ha mantenido de forma ininterrumpida desde 2001. De nuevo los estados andinos (Mérida, Táchira y Trujillo) se ubican en los primeros cinco lugares, hecho frecuente que ha quedado demostrado a través de estudios retrospectivos sobre esta causa de muerte. Adicionalmente, hay que destacar que, después de dos años consecutivos escalando posiciones y en algunos casos ubicándose en los primeros cinco lugares, varias entidades de la región centro-norte costera del país disminuyeron sus tasas y bajaron en el ranking: Distrito Capital, Aragua, Miranda y La Guaira, mientras que 10 entidades presentan tasas superiores a la media nacional (8,2) (Tabla 2).
- Según las cifras estimadas, los hombres continúan mostrando un valor muy superior al de las mujeres: ellos 82% frente a 18% de ellas. Entre tanto, desde el ángulo de la edad, la distribución porcentual se aprecia en el Gráfico 2, donde las personas de 15-29 años poseen el valor más elevado, seguidos muy de cerca por los adultos de 45-59 años
- Al observar las cifras que cuantificamos de los medios de comunicación y de informantes clave, se aprecia un aumento en el número de casos reportados en los últimos años de presuntas muertes por suicidio: 306 (2020), 340 (2021), 393 (2022) y 411 (2023). En el caso de los intentos de suicidio se visualiza la misma propensión: 39 (2020), 52 (2021), 67 (2022) y 96 (2023).
- Los porcentajes según el sexo y la edad –cuantificados monitoreando los medios e informantes– son muy similares a los estimados con las cifras oficiales no públicas. Los hombres con 81% versus 19% las mujeres, entre tanto los adultos (30 a 64 años) se mantienen en el primer lugar con el porcentaje más elevado de casos registrados (50,9%) por contar con el mayor tamaño poblacional dentro de Venezuela. Le siguen en importancia los jóvenes (18 a 24 años; 15,7%; 58 casos en total conocidos) y después los adultos mayores (65 años y más; 12,2%; 45 casos), luego los adolescentes (12 a 17 años) que presentan un porcentaje importante con 10,8% (40 casos), adultos-jóvenes (25 a 29 años; 8,1%; 30 casos) y los niños/niñas (0 a 11 años; 2,2%; 8 casos).
- A escala internacional, las cifras más recientes son las estimadas por el Instituto de Medición y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington, EE.UU., publicadas en el estudio Global Burden of Disease de 2024, y otros estimadas por la Organización Mundial de la Salud (2024). Se aprecia en el Gráfico 3 las diferencias en el número de casos de suicidios reportados por diferentes fuentes de información. Es notorio que las cifras estimadas por el IHME son mucho más elevadas (tomando en cuenta el subregistro de casos) que las estimadas por la OMS con base en las estadísticas oficiales públicas reportadas por Venezuela a esta organización internacional. Además, revelan, tal como el OVV lo ha venido reflejando en sus investigaciones, un incremento importante de los suicidios y su tasa respectiva (Gráfico 4).
- Con más de 2.000 casos estimados de suicidios anualmente (2015-2021), Venezuela, según el IHME, alcanza una tasa promedio que ha orbitado los 8 casos por cada 100 mil habitantes coincidiendo con las estimaciones del OVV. Este valor ubica al país por debajo de la tasa media mundial (de 9,5) y continúa en el 7mo lugar en Suramérica (Tabla 3). Además, muy alejada de las naciones con las tasas más elevadas del mundo: Groenlandia (59,6), Guyana (31,3), Corea del Sur (25,8), y Lituania (25,9) (Mapa 1).
- Tal y como ya hemos venido insistiendo en informes anteriores, el problema de Venezuela no es que presente una tasa elevada en comparación con la del mundo o con la de los países con los valores más elevados, el problema en nuestro país es que la tasa se incrementó, y, según el IHME, ese ascenso se ha dado durante los años de emergencia humanitaria, resultado que también es concordante con los obtenidos por el OVV.
- Finalmente, las estimaciones del IHME muestran un claro aumento en el número de casos de muertes por suicidio en personas de 50 años y más (Gráfico 5). Estos resultados podrían estar conectados con el éxodo migratorio de venezolanos hacia el extranjero, donde más del 80% de las personas que han emigrado se encuentran entre los 15 y 49 años, tomando cada vez mayor importancia numérica y porcentual los adultos (50-64 años) y adultos mayores (65 años y más), los cuales quedan expuesto –unos más que otros– a diversas situaciones adversas derivadas de la crisis humanitaria que aún persiste en Venezuela.
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