Observatorio Venezolano de Violencia | LACSO
- Estimamos que en el país acontecieron unas 1.962 muertes por suicidio en 2024, lo que arroja una tasa de 6,9 decesos por cada 100 mil habitantes[1]. En términos porcentuales, estas cifras denotan una disminución en el indicador de 15,7% con relación a 2023, la mayor reducción alcanzada en los últimos cinco años en medio de altibajos de la tasa (tabla 1). Esta tasa fue ajustada a un subregistro estimado de muertes por suicidio que para Venezuela se ubica alrededor de 49,03%.
- Planteamos que posiblemente los aires de cambio –en lo político-institucional– que comenzó a respirar la sociedad venezolana desde mayo de 2023, traducidos éstos en esperanzas/expectativas positivas, y, a su vez, en una incidencia favorable proyectada a posteriori en lo económico-social, podrían haber propiciado aquella disminución, a favor de prevalecer emociones positivas en personas de todas las edades.
- Un factor macro-contextual como el aludido (visto en positivo por la mayoría de la sociedad) podría marcar la diferencia en individuos de distintas edades en la decisión de atentar (o no) contra sus vidas, a pesar de que sobre aquellos estén pesando distintos factores de riesgo –a distintos niveles– asociados a conductas suicidas (individuales, relacionales, comunitarios y sociales).
- En el contexto internacional el Instituto de Medición y Evaluación de la Salud (IHME por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), realizaron estimaciones de la tasa de muertes por suicidio para los países del mundo. En 2024 los cálculos más recientes publicados por estas instituciones muestran que las tasas para Venezuela tienden a ubicarse en un rango numérico similar al estimado por el OVV, al comparar los años 2020-2021 (tabla 2).
- Asimismo, el comportamiento temporal de las curvas modeladas por el IHME (gráfico 1) y la OMS (gráfico 2), exhibe un incremento de la tasa de muertes por suicidio en Venezuela durante los años más fuertes de la crisis humanitaria que ha azotado al país (2015-2017). Después se observa un descenso hasta 2019 para luego experimentar cierto repunte hacia los años impactados por la pandemia del Covid-19 (2020-2021), siendo todas estas tendencias similares a las planteadas por el OVV en sus estudios.
- Dentro del contexto nacional venezolano, a diferencia de años anteriores (2021-2023), donde más de la mitad de las entidades federales tuvieron aumentos en sus tasas de muertes por suicidio, en 2024 solo siete experimentaron incrementos: Apure (77,1%), Bolívar (27,5%), Yaracuy (24,5%), Miranda (20,6%), La Guaira (16,8%), Aragua (4,1%) y Cojedes (1,2%) (tabla 3). En cuanto al ranking nacional del indicador, en esta oportunidad el estado Táchira (12,3 suicidios por cada 100 mil habitantes) se ubicó en el primer lugar seguido de Distrito Capital (11,5), mientras que la tercera posición la ocupó Mérida (10,8) quien durante 23 años (2001-2023) figuró en el primer sitial (tabla 3).
- El desplazamiento de Mérida a la tercera casilla obedece a que su tasa decreció en 30,3% (una de las cinco entidades con mayor descenso), y que, aunque en Táchira y Distrito Capital también las tasas disminuyeron, su declive fue mucho menor: 9,2% y 13,4%, respectivamente.
- Táchira y Distrito Capital, entre 2021-2023, ocuparon y han intercambiado en algunos años la segunda y tercera posición. La ubicación ocupada por Trujillo no es inusual, puesto que esta entidad por lo general se sitúa en los primeros lugares, pero llama la atención, al igual que en la situación del DC, que en los últimos años (2021-2024) Aragua, La Guaira y Miranda escalaron lugares hasta ubicarse en 2024 en el cuarto, sexto y séptimo lugar, respectivamente, siendo todos de la región centro norte-costera.
- Entre otros indicadores que se lograron cuantificar, el ahorcamiento continúa siendo el método más empleado para atentar contra la vida (72,3%). Le sigue el uso de armas de fuego (8,5%) y lanzarse de un lugar elevado (7,6%). Llama la atención que el envenenamiento (5,7%) bajó al cuarto puesto siendo que siempre se mantenía en el segundo lugar, mientras que el restante porcentaje (5,9%) lo concentran otros métodos.
- El 66,1% de las muertes por suicidio acontecieron en barrios o caseríos y 16,6% en zonas de urbanizaciones o conjuntos residenciales. Luego continua en importancia relativa los sucesos acaecidos en la vía pública (3,3%) y después otros lugares (14%).
- El 80,6% de los casos se correspondieron con el sexo masculino y 19,3% femenino, mientras que, desde el punto de vista de la edad, como era de esperarse la mayoría fueron adultos (30-64 años) con 52,1%. En segundo lugar, se ubican los adultos mayores (19,5%) y le siguen muy de cerca los jóvenes y adultos jóvenes (18-29 años) que en conjunto concentran el 19,0%. En último puesto, y no por ello menos importante, con 9,4% de los casos se posicionan los niños, niñas y adolescentes.
- Es necesario destacar que, al observar y comparar la variación mensual del número de casos reportados entre 2023 y 2024 (cifras oficiales no púbicas), en casi todos los meses –solo a excepción de febrero donde se igualan– se aprecia una disminución en la cantidad de suicidios registrados (gráfico 3), además, después de junio de 2023 la curva comienza a caer (gráfico 4).
- Por otro lado, el monitoreo de los medios de comunicación y la consulta periódica a informantes clave permitió contabilizar 272 casos de presuntos suicidios reportados por estas fuentes. Por primera vez, desde 2020 que es cuando el OVV comenzó a hacer uso de estas fuentes de información para hacerle seguimiento a la violencia autoinfligida en el país, el número de casos desciende, y es que en 2020 se cuantificaron 306, luego 341 (2021), 393 (2022) y 411 (2023). Esta propensión coincide con la caída de la tasa estimada para 2024, así como también concuerda el momento en el cual comienza a descender el número de casos reportados por los medios e informantes (gráfico 5).
- Es posible identificar cuatro etapas en el gráfico 5. Durante 2020 y hasta marzo de 2023, la curva exhibe una tendencia oscilante de ascenso, lo cual queda en evidencia al apreciar el número de meses que superaron el valor promedio mensual (28). En 2020 solo un mes superó dicho valor, después 3 meses en 2021 y 8 en 2022, mientras que en marzo de 2023 la curva alcanzó el máximo valor reportado (51).
- Más en detalle, hay que destacar que, en 2020, justo después del decreto de la pandemia por la llegada del virus Covid-19 al país (mediados de marzo), los casos comienzan a ascender rápidamente con un máximo pico en mayo. Esto coincide con lo expuesto en varios estudios donde se reportó un aumento durante algunos meses –entre marzo y junio– de casos de violencia autoinfligida (suicidios, intentos e ideación) en diferentes países.
- Posteriormente (junio-diciembre), la curva exhibe un declive, lo que coincide con las medidas progresivas de flexibilización del aislamiento social que, en primera instancia, comenzó a llevar de forma espontánea la población y luego fueron seguidas de medidas implementadas por el gobierno nacional. Esto pudo haber creado una “sensación de recuperación” frente al problema que se vivía o de “sensación de salida del problema” y, a su vez, haber incidido, de una u otra manera, en la decisión de atentar contra su vida en cierto número de personas que estaban atravesando por ciertas situaciones adversas. En otras palabras, esta situación pudo haber actuado como un elemento positivo que llevó a la disminución de los casos de suicidios conocidos por la sociedad.
- La Organización Panamericana de la Salud (OPS, oficina regional para las Américas de la OMS, el 10 de septiembre de 2020 informó que el Covid-19 afectó la salud mental de muchas personas. Según esta Organización internacional, datos de estudios recientes –para ese momento– mostraron un aumento de la angustia, la ansiedad y la depresión, y que esto y otros factores de riesgo se van a constituir como importantes componentes que pueden incrementar las probabilidades de que una persona decida quitarse la vida. La institución advirtió que la pandemia por el virus pudo exacerbar los factores de riesgo de suicidio, por lo que exhortó a discutir sobre el tema en forma abierta y responsable, permanecer relacionados aun durante el distanciamiento físico y aprender a identificar los signos de advertencia para prevenirlo.
- Entre 2021 y marzo de 2023, de manera fluctuante la curva de nuevo mostró una clara tendencia al aumento, lo que podría ser un efecto de la superposición de la pandemia que se extendió hasta 2022 (y sus secuelas) con la crisis humanitaria que persistía.
- Después de marzo de 2023 y hasta finales de 2024, en términos generales la curva tendió al descenso, y, curiosamente, este mismo patrón fue detectado en la variación comparativa mensual del número de casos registrados de suicidios que se mostró en las gráficas 3 y 4, empleando cifras oficiales no públicas. Justo el descenso fluctuante inicia en una transición entre abril-mayo 2023, en tiempos donde, tal como se indicó en el segundo y tercer párrafo del presente informe, comienza a percibir la sociedad venezolana aires de cambios importantes en el país en lo político-institucional, situación que pareciera haber incidido en aquella disminución, a favor de prevalecer emociones positivas en personas de todas las edades.
- Llama la atención que, después del mes de julio de 2024, la curva muestra un cierto repunte en el número de suicidios específicamente en octubre. Esto coincide con los tiempos difíciles que –en el orden político y social– se vivieron en el país durante esos meses, situación que podría haber producido un efecto de quiebre emocional en muchos individuos y por ende el repunte en ese mes.
- Finalmente, los intentos de suicidio de igual modo exhibieron una caída, y es que en 2020 a través de los medios e informantes logramos identificar 40 casos. Ese valor subió en los años subsiguientes: 52 (2021), 67 (2022) y 96 (2023), pero cayó en 2024 a 71 casos.
Notas:
[1] La tasa de referencia a escala mundial está alrededor de 8,8 suicidios por cada 100 mil habitantes.
[2] Dattani et al. (2024). Información disponible en: https://ourworldindata.org/suicide.
[3] En estos territorios las estimaciones arrojaron menos de 20 muertes por suicidio ocurridas durante el año, lo que deriva en resultados de tasas estimadas que no son cónsonos con la realidad imperante en estas entidades.
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