Prensa OVV Lara

En la región larense, la violencia autoinfligida mostró una notable disminución de 41.5 %. La entidad pasó de ocupar el quinto lugar en 2023 al decimocuarto en 2024, con una tasa de 6 muertes por cada 100.000 habitantes.

En el contexto de la crisis humanitaria que experimenta Venezuela durante los últimos años, los datos que presenta el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) sobre el suicidio ofrecen una visión compleja sobre la salud mental de la población. En 2024, se registraron aproximadamente 1.962 muertes por violencia autoinfligida, lo que representa una tasa de 6,9 decesos por cada 100 mil habitantes.

En el estado Lara, la violencia autoinfligida mostró una notable disminución de 41.5 % La entidad pasó de ocupar el quinto lugar en 2023 al decimocuarto en 2024, con una tasa de 6 muertes por cada 100.000 habitantes.

Según el análisis ofrecido por los investigadores del OVV, este cambio en el año 2024, pudo estar relacionado con los aires de cambio político e institucional que se experimentaron durante los primeros seis meses del mencionado año. Había expectativas positivas y la esperanza en alguna mejora en las condiciones económicas y sociales podrían haber contribuido a la prevalencia de emociones más favorables entre la población, abriendo espacios para el optimismo y el bienestar.

El informe también indicó que entre los métodos más utilizados para llevar a cabo estos actos de autolesión, están: el ahorcamiento, representando el 72,3% de los casos. Le siguen el uso de armas de fuego (8,5%) y el lanzarse desde lugares elevados (7,6%). El envenenamiento, que tradicionalmente ocupaba el segundo lugar, ha descendido al cuarto puesto con un 5,7%. El restante 5,9% corresponde a otros métodos menos comunes.

Las causas del suicidio son diversas y deben ser entendidas en un marco multicausal, explicó el profesor Gustavo Páez, coordinador del OVV Mérida, quien, desde hace varios años, es el responsable de llevar la data sobre los casos de la violencia autoinfligida en la onegé. A juicio de investigador, aunque cada caso puede tener sus particularidades, estudios han demostrado que las inestabilidades políticas y sociales son elementos recurrentes que influyen en la salud mental de la población.

Además, existe una cultura del silencio que rodea la salud mental en Venezuela, donde muchas personas encuentran difícil hablar sobre sus problemas emocionales y psicológicos. Para abordar esta crisis, es imperativo implementar políticas públicas urgentes que no solo mitiguen la violencia autoinfligida, sino que también fomenten un entorno donde se pueda expresar abiertamente sin estigmas.

Una característica del contexto venezolano es la falta de cifras oficiales sobre suicidio, lo que complica la evaluación precisa de la situación. Sin embargo, las estadísticas disponibles apuntan a un leve descenso en las muertes por suicidio.

El camino hacia la prevención del suicidio en Venezuela requiere un enfoque holístico, que contemple no solo la atención a la salud mental, sino también mejoras substanciales en las condiciones de vida de la población. Crear espacios de apoyo, aumentar la visibilidad de los problemas de salud mental y ofrecer recursos accesibles son pasos cruciales para frenar esta dolorosa tendencia. La disminución del suicidio en el estado Lara sugiere que, incluso en medio de la adversidad, el cambio es posible, y que la esperanza puede ser un poderoso aliado en la batalla contra la desesperanza.