La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) indica que las muertes violentas comprenden los homicidios que acontecen en conflictos armados y de guerra, las muertes autoinfligidas (suicidio), los homicidios debido a intervenciones legales y homicidio justificable (como defensa propia), y de muertes causadas por acciones imprudentes o negligentes, que no tenían la intención de quitar una vida humana (homicidio no intencional).
El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) por su parte, considera que para los estudios realizados en el territorio venezolano, las muertes violentas están conformadas por las muertes por homicidios intencionales, desapariciones y las muertes por intervención policial.
Estas categorías nos permiten precisar a nivel regional, el comportamiento del fenómeno de la violencia en el territorio. En los primeros cuatro meses de 2023, las dos grandes tipologías de delitos que se presentaron en Sucre corresponden a homicidios y tentativa de homicidio intencional.
El balance del monitoreo de prensa realizado por el Observatorio Venezolano de Violencia en Sucre (OVV Sucre), revela que 57 personas fueron víctimas de homicidios en el primer cuatrimestre del año 2023 en la entidad oriental.
Al realizar una comparación entre los hechos registrados en el mismo período de 2022, ocurrieron 29 muertes violentas más.
Es así como de un total de 54 sucesos ocurridos en la entidad, 46 personas fallecieron por diversos delitos y 11 fueron muertes por intervención policial.
Los delitos más frecuentes fueron homicidios (54%) y tentativa de homicidio intencional (46%). Sobre los casos de homicidio intencional, el tipo de muerte ocurrida estuvo marcado por el asesinato en 66% de los hechos y la agresión grave mortal en 34%.
Este panorama, permite comprender la dinámica de la violencia que ocurre en la entidad sucrense.
En el registro de muertes violentas, destaca el asesinato de al menos cuatro personas durante la festividad de Carnaval en Río Caribe, municipio Arismendi y donde el móvil de venganza orientó las investigaciones de los cuerpos de seguridad del Estado.
Tras el levantamiento de las medidas de confinamiento provocadas por el Covid-19 y la agobiante dinámica económica del país que agudiza la emergencia humanitaria compleja, también hay una evidente incidencia en la violencia en todos los sectores sociales.
Esto conlleva a definir el perfil de las víctimas que sufren los diferentes delitos: 82% fueron hombres y 18% mujeres, las edades de las víctimas (46%) enmaradas entre los 15 a 24 años, 28% entre los 30 y 44 años y 26% entre los 45 y 60 años.
El arma de fuego y el objeto cortante o punzante destacan con 49% cada categoría, como las más utilizadas para cometer delitos y la fuerza física en 3%.
Los meses más violentos fueron marzo con 52% de los casos, abril con 26%, enero con 20% y febrero 2% de los hechos registrados.
Muertes por Intervención Policial (MIP)
11 de las víctimas registradas entre enero y abril, fueron muertes por intervención policial (MIP). Al analizar el perfil de las mismas, se confirmó que 100% de los casos comprometieron la vida de personas pertenecientes al sexo masculino entre los 15 y 49 años.
Dentro de los sucesos más resaltantes registrados en el primer cuatrimestre destacan el operativo de saturación policial donde se registró el homicidio de Carlos Enrique Gómez Rodríguez, conocido como “el Conejo”, junto a 10 personas más.
El hecho ocurrió en medio de un presunto enfrentamiento con los cuerpos de seguridad, registrado en Irapa, municipio Mariño del estado Sucre.
En la operación “Cacique Maracay-Jabalí”, iniciada en el estado Aragua y extendida hacia Carabobo y Sucre, fueron detenidas más de 36 personas.
El hecho evidencia la manera en que el estado Sucre sigue siendo utilizado como refugio para Grupos Armados No Estatales (GANE), cuya incidencia es ampliamente conocida por las autoridades competentes pero solo ha sido controlada en momentos coyunturales de la dinámica política y social del país.
Equipo OVV Sucre