Prensa OVV Bolívar
Las labores para el resguardo de la seguridad ciudadana parecieran haber quedado rezagadas tras el decreto del aislamiento social obligatorio que vive el país a causa del Coronavirus. En el caso del estado Bolívar, es común ver funcionarios en la calle, pero cumpliendo funciones distintas a las que estamos acostumbrados a presenciar.
Más de 800 miembros de los distintos órganos de seguridad que hacen vida en la región han sido reubicados en funciones, con el propósito de velar por que las disposiciones adoptadas para contener la propagación de la pandemia y mitigar sus efectos se cumplan a cabalidad. Así, la policía municipal, bomberos y Protección Civil se encuentran abocados a la desinfección de mercados y lugares concurridos. Por su parte, miembros de los cuerpos castrenses y policiales, apostados en la estaciones de servicios, cuidan para que la dotación de combustible sea realizada por quienes pertenecen a los sectores priorizados, además de fiscalizar que en los puntos de control colocados en las vías de tránsito permitidas se acate la hora de circulación establecida, así como asesorar en la entrega y solicitud de salvoconductos.
No obstante, estas acciones parecieran no ser suficientes: “La situación está igual, hay menos estaciones de servicios y la corrupción por parte de los funcionarios que están al frente de ellas se mantiene. Cobran entre 20 y 30 dólares para dejar surtir a las personas que no cuentan con salvoconducto, o te dejan pasar el vehículo pero debes darles la mitad de lo que te surten”, denunció un usuario de la estación de servicio Borges en San Félix. Ésta, es una de las tantas irregularidades que la colectividad ha reportado.
Entre 20 y 40 funcionarios de la Policía del Estado Bolívar (PEB) y otros organismos son dispuestos para hacer el recorrido junto al CoronaBus, el cual transita las principales calles de la entidad de lunes a domingo a partir de las 5:00 p.m. Se estima que dicha unidad traslada semanalmente a unas 700 personas, las cuales son detenidas tras ser señaladas por incumplir la cuarentena. “No solo te detienen, te dan una charla y luego simplemente te dejan en cualquier punto de la ciudad y uno debe ver cómo se regresa a su casa”, expresó un joven que fue retenido.
Ciudadanos señalan que estas medidas han dejado a un lado el tema de la seguridad, el cual aqueja al estado desde hace años; “los robos siguen, al igual que los homicidios, pero pareciera más importante tenerlos cuidando las estaciones de servicio y andar en el CoronaBus”. Mientras que una fuente policial denunció que el control de las estaciones de servicio en manos de funcionarios militares, en muchos de los casos, ha imposibilitado el surtir patrullas o vehículos empleados por otros organismos de seguridad.
En el caso de algunos municipios ubicados al sur del estado Bolívar, particularmente aquellos cuya principal actividad económica se sustenta en la extracción del mineral aurífero, la cotidianidad se desarrolla de manera habitual; en prueba de ello se constituye el pasado 2 de mayo, cuando 8 mineros perdieron la vida tras quedar tapiados al caerles un alud de tierra en una mina ubicada en el sector Nacupay del municipio El Callao.
En dichos municipios, el distanciamiento social, uso de tapabocas y demás medidas recomendadas para la prevención del Coronavirus tampoco son cumplidas a cabalidad por gran parte de la población, incluso la no minera.
Desde el Observatorio Venezolano de Violencia en Bolívar (OVV Bolívar) comprendemos la participación y el esfuerzo realizado por los órganos del Estado en pro de la no propagación del virus; sin embargo, es importante revisar y evaluar constantemente los mecanismos implementados por éstos para la consecución de los fines. Resulta imprescindible recordar que la vida, la integridad y la dignidad de los ciudadanos son de obligatorio resguardo y respeto, aún en los estados de alarma y excepción.
Al mismo tiempo, extendemos el llamado a la colectividad para que entienda la necesidad de respetar y acatar los protocolos de higiene y sanidad impuestos por la pandemia: la cura contra el Coronavirus somos cada uno de nosotros.