Prensa OVV Monagas
En el estado de Monagas, la tasa de muertes violentas durante el año 2022 fue estimada en 34 por cada 100 mil habitantes, según el Informe de Violencia Regional, elaborado por el Observatorio Venezolano de Violencia en Monagas (OVV Monagas). Esta tasa permite ubicar a la región en el puesto 9 del ranking nacional, con una tasa por debajo de la media nacional, estimada en 40,4 por cada 100 mil habitantes. En este año, La Guaira subió al segundo lugar, mientras que Guárico entra de quinto en el cuadro general. Amazonas, Anzoátegui y Monagas comparten tasa, desplazando a nuestra entidad al noveno lugar, por pequeñas diferencias.
Es importante mencionar que, semejante al año anterior, se observa una tendencia a la letalidad de los delitos, determinada por la preeminencia de los homicidios legalmente establecidos (16 por cada 100 mil habitantes). A pesar de una ligera disminución en relación con el año 2021, cuando se registró una tasa de 21 por cada 100 mil habitantes, Monagas subió un puesto en el ranking nacional y ocupa el segundo lugar, superando al Distrito Capital, siendo Amazonas el estado que ocupa el primer lugar.
Destaca el informe que la violencia en Monagas puede estar enraizada estructuralmente y sus perpetradores pueden ser grupos delictivos, pandillas y grupos estructurados de delincuencia organizada, cuyas motivaciones para los homicidios giren en torno al provecho ilícito, control territorial, ajustes de cuentas, narcotráfico, asaltos, robos y, con menor incidencia, otras motivaciones. La mayoría de las muertes se producen por armas de fuego, facilitando de esta manera la perpetración de los homicidios.
Las muertes por intervención policial no se constituyen en un rasgo destacado de la violencia en el estado Monagas. Es por esta razón que se observa que la tasa 2022 es de tan solo 5 por cada 100 mil/h; principalmente asociada con presuntos enfrentamientos entre cuerpos de seguridad y personas vinculadas con actividades delictivas.
Según lo expuesto, la reducción de las tasas de muertes surge del contexto referencial del estado Monagas. La migración importante de personas de distintas procedencias sociales hacia otros países, posiblemente esté incidiendo en la disminución progresiva de la violencia que se ha observado desde el 2020. Esto reduce considerablemente la cifra de potenciales víctimas, así como de los victimarios que incursionan en delitos en la región. Adicionalmente, hay que considerar que tanto víctimas como delincuentes, suelen ser hombres jóvenes en edades productivas, siendo también los grupos poblacionales que están emigrando por razones humanitarias o por la búsqueda del provecho ilícito. Esta variable permanece y sigue presente en el 2022.
Es importante mencionar que los municipios que registraron mayor tasa de muertes violentas en orden decrecientes, son los siguientes: Sotillo con 119 por cada 100 mil/h, seguido de Ezequiel Zamora con 39 por cada 100 mil/h y en tercer lugar Maturín con 36 por cada 100 mil/h. Este resultado tiene explicaciones con base a los acontecimientos particulares, así como, al patrón de comportamiento delincuencial en la región.
Para abordar la violencia en la región, el OVV Monagas considera necesario implementar políticas y programas que aborden las causas fundamentales de la violencia, como la pobreza, la desigualdad, la falta de oportunidades económicas y educativas, así como la adecuada prestación de los servicios básicos. Además, se deben fortalecer las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley y garantizar la seguridad ciudadana, mediante la capacitación, el equipamiento de la infraestructura y la transparencia en sus operativos.
Localmente, es esencial involucrar a la comunidad en la solución del problema de la violencia. Para el OVV regional, es importante promover programas de prevención de la violencia que procuren la participación de la comunidad en la identificación y solución de problemas y se deben crear mecanismos para que la comunidad pueda denunciar la violencia y recibir respuestas adecuadas.
Considera el equipo de OVV Monagas que se deben realizar esfuerzos para reducir la disponibilidad de armas de fuego en la comunidad, mediante medidas como la seguimiento y detección de la venta ilegal de armas y la implementación de programas de desarme. Igualmente, se deben promover programas de intervención y rehabilitación para aquellas personas que han cometido delitos violentos, con el objetivo de reducir la reincidencia y reinsertarse positivamente en la vida social.