Prensa OVV Zulia
Desde mayo hasta agosto de este año, se han registrado 93 casos de violencia en el Zulia. La mayor cifra se concentró en julio y mayo. Las mujeres siguen en el primer lugar, como víctimas. Los niños, niñas y adolescentes también son afectados.
Para los miembros del equipo de investigación del Observatorio Venezolano de Violencia en el Zulia (OVV Zulia) resulta preocupante que en la región sigan sucediendo casos de violencia en el hogar contra la mujer, niños, niñas y adolescentes. “Vemos con asombro que de forma reiterada los investigadores universitarios llaman la atención sobre el recrudecimiento de esta situación”.
Agregaron que cualquier persona puede ser víctima de maltrato en el hogar, sin importar la edad, grupo étnico, género, nivel socioeconómico y educativo. “En definitiva, se pone en práctica un modelo de conducta, que se caracteriza por el abuso ejercido por una o más personas, a través del uso desmedido del poder. Este maltrato es de índole psicológico, físico, económico o sexual y puede acabar provocando daños físicos graves o la muerte”.
De acuerdo a la recolección de datos del OVV Zulia, Las mujeres ocupan el primer lugar como víctimas. 65,7% de ellas ha recibido agresiones leves o graves. Las edades de las víctimas están contempladas entre 2 a 81 años. De los 93 casos, 13 corresponden a niños y niñas (2 a 10 años) y 11 a adolescentes (11 a 17 años). “Estamos frente a una violación constante de la integridad de personas, que física y psicológicamente están recibiendo cada semana reiteradas agresiones, con el agravante de que no se nota la aplicación de acciones concretas por parte de los organismos competentes para prevenir esta situación y evitar daños físicos y emocionales”, señala el equipo responsable del levantamiento de datos, a partir de lo publicado en la prensa regional.
El hogar, de acuerdo al OVV Zulia, se ha convertido en el lugar predilecto para ejercer la violencia, bajo el resguardo de cuatro paredes y la complicidad, en muchos casos, silente de familiares, vecinos y amigos. “Aquí se asume, erróneamente, que este tipo de violencia es un problema familiar, de índole privado; aunque en realidad es una responsabilidad de todos y nos compete denunciar situaciones de esta naturaleza”. 47,3% de estos casos de violencia se produjeron en el hogar de la víctima/victimario. Por otro lado, el arma utilizada principalmente en estos cuatro meses fue la fuerza física (46,2%), y fueron perpetuados por un familiar o conocido (68,8%).
La información recolectada revela que 62.4% de los agresores tenían vinculación directa con la víctima. Es decir, que su núcleo más cercano representa, para estas mujeres, para niños, niñas y adolescentes, un riesgo. Maracaibo y San Francisco fueron los municipios donde la violencia en el hogar se impuso con más fuerza.
Uno de los casos más alarmantes lo protagonizó un hombre de 31 años, quien en el mes de agosto, en el municipio Maracaibo, agredió a su esposa, con golpes. La mujer se encontraba embarazada para el momento de la agresión. Como es sabido, cuando estos casos se dan a conocer en la prensa local, ya hay un historial de violencia acumulada. De igual forma, hubo casos en donde los padres y madres lesionaron a sus hijos, así como un hecho reseñado donde un anciano con Alzheimer fue agredido en su hogar.
Mecanismos de ayuda
Naciones Unidas presenta una guía para reconocer el maltrato en el hogar. El documento revela actos discriminatorios como la burla, menosprecio, amenazas, trato agresivo. Estos actos inducen a las víctimas a sentir culpa y a negárseles y restringírseles el derecho a encontrarse con familiares y amigos. En muchos casos son obligadas a tener relaciones sexuales, hacer cosas indeseadas y a seguir en la relación, cuando se trata de la pareja. A la vez, su contacto con el mundo exterior es mínimo o ninguno.
Según señala el equipo del OVV Zulia, si una persona vive en zozobra, con miedo constante en su hogar y se siente responsable por el comportamiento del agresor, pero además, es golpeada físicamente, recibe daños psicológicos y abandona siempre lo que desea hacer para complacer al victimario, puede decirse con propiedad que esa persona es víctima de violencia en el hogar. “Este tipo de agresión, generalmente es protagonizada por la pareja, padres, padrastros o por algún otro familiar o conocido”.
Explicó el equipo investigador, que la violencia en el hogar incluye: intimidaciones, amenazas, abuso emocional, culpar y manipular con los niños y niñas a la víctima. Sumado a esto, el disfrute de los privilegios está únicamente reservado para el agresor y la persona recibe también violencia física y verbal.
“Las víctimas deben reconocerse como tales e incluso asumirse como sobrevivientes, capaces de frenar el ciclo de violencia y apoyarse en una red de ayuda de familiares y amigos, como primer paso para romper el círculo de la agresión constante y diversa. No solo la persona agredida sufre las consecuencias, sino que todo el núcleo familiar se ve afectado, y lo más grave es que se da un proceso de normalización y reproducción futura de la violencia en el hogar”, resaltó el equipo.
“Es importante saber que cualquier tipo de violencia trae consecuencias a corto, mediano y largo plazo en el desarrollo de los niños [niñas], además de vulnerar su derecho fundamental a vivir una vida libre de violencia”, resaltó el OVV regional, agregando que el primer paso es reconocer que se está atrapada en la violencia en el hogar y proponerse romper con ese ciclo, para evitar los daños leves, graves o fatales.
Finalmente el equipo zuliano considera urgente atender esta situación, pues las secuelas son realmente lamentables y dolorosas. “Se precisa de una acción contundente que entrelace esfuerzos nacionales, regionales y locales para lograr la prevención de este problema que afecta a todo el país”.