Prensa OVV Zulia
El año pasado, el mayor número de personas víctimas de la violencia interpersonal se concentró en niñas y niños. Aunque también recayó sobre los adolescentes, los jóvenes, los adultos y los adultos mayores. El hogar fue el principal escenario donde aconteció este tipo de violencia, protagonizada por familiares o conocidos. Se mantuvo el mismo patrón, que se ha impuesto desde hace ya varios años: los hombres fueron los victimarios y las mujeres las principales agredidas.
La revisión diaria de lo medios de comunicación zulianos, arrojó que los porcentajes de violencia interpersonal durante 2024, se distribuyeron de la siguiente manera: 63,6% para mujeres y 34,9% para los hombres. Según el El equipo del OVV Zulia, la violencia interpersonal afecta a familias completas, a sus comunidades y a la sociedad en general, pues esta se traduce en la disminución de una vida con calidad, no solo para quien directamente recibe la agresión, sino para todos los que están relacionados con los agresores y con los agredidos.
El mayor porcentaje de las víctimas se concentró en niñas y niños, a los que se sumaron adolescentes y jóvenes, alcanzando 31,5%. Lo más alarmante es que esta violencia puede ocurrir en el hogar y en la comunidad. Puede ser perpetrada por cuidadores, compañeros o extraños. De acuerdo al OVV Zulia, el hogar fue el centro donde la violencia se registró con mayor frecuencia.
Según refirió el equipo del OVV Zulia, en En una encuesta rápida y breve realizada en la Universidad del Zulia sobre este tema, tanto estudiantes como profesores, mostraron preocupación al respecto, pues manifestaron que no puede permitirse que este 2025, la situación se repita, ante el silencio de quienes habitamos este estado.

Familiares y conocidos: primer lugar como victimarios
Como ya lo señalaron los investigadores del OVV Zulia, los hombres fueron los principales victimarios de la violencia interpersonal, en 2024, incluyendo a aquellos que son miembros de organismos de seguridad.
En lo concerniente a la vinculación del victimario con la víctima, la situación quedó configurada de la siguiente manera: familiar/conocido: 45,2%, delincuencia común: 20,4%; funcionarios de organismo de seguridad: 0,5%. Resulta alarmante que el mayor porcentaje de estas agresiones fueron cometidas por los mismos familiares. En este sentido, resalta que la pareja/expareja, padre/padrastro, otro pariente consanguíneo y otro miembro del hogar, en su conjunto, alcanzaron un porcentaje de 34,3%.
En lo concerniente al espacio donde se cometió el delito prevaleció el hogar de la víctima/victimario, con 39,8%. Esto implica un verdadero riesgo, pues el agresor, se resguarda en su hogar o en el de la víctima. Con respecto al arma más utilizada fue la fuerza física: 34,3%; objeto cortante o punzante: 14,2; arma de fuego: 13,3% y explosivos: 0,8%.
Todos estos datos son determinantes para señalar que se está en presencia de una violencia que afecta a las familias, sin considerar la capacidad económica, edad y lugar de residencia, por cuanto es una problemática que se encuentra presente en cualquier ámbito de la sociedad.
Los niños, y especialmente las niñas, ocuparon el primero lugar como víctimas en sus hogares, y esto pone de manifiesto que sus derechos consagrados en la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes y en la Convención sobre los Derechos del Niño, no se cumplen a cabalidad, debido a que se menoscaba el disfrute de una familia y de una vida libre de riesgos, sobre todo en aquellos escenarios donde se supone deben estar amparados y recibir los cuidados necesarios.
Todo este panorama ubicó a parte de las familias zulianas, como un factor de riesgo, difícil de superar ante la ausencia de acciones contundentes, por parte de los organismos encargados de la protección de los derechos fundamentales… en especial de los niños, niñas y adolescentes, así como de las mujeres y adultos mayores, en 2024.

Para los investigadores zulianos, es urgente la aplicación de medidas para mitigar la violencia en los hogares zulianos y comprometerse con la aplicación de políticas estructurales, dirigidas a la prevención de las agresiones, que incluso pueden conducir a la muerte. “Se debe evitar que casos, como los que se presentaron en 2024 se repitan, ya que, con mucha frecuencia, los medios de comunicación de la región publicaron noticias sobre violencia sexual, física y psicológica contra niñas, niños, adolescente y jóvenes”, señalaron.