OVV Bolívar

La infancia en el estado no está a salvo ni en los hogares de miles de niños, niñas y adolescentes, entorno donde se registra la mayor cantidad de delitos en contra de este sector de la población que sufre las peores consecuencias del recrudecimiento de la violencia y la desprotección.

El mes de octubre en Bolívar inició marcado por crímenes que dejan ver el estado de vulnerabilidad en el que viven los niños, niñas y adolescentes (NNA), afectados por un entorno donde prolifera la violencia y el empeoramiento de las condiciones de vida que les deja aún más expuestos.

Esta situación de desamparo se agudiza en los sectores más rurales o en donde predominan dinámicas en torno a la minería, tal como lo relata el informe de Situación de Niños, Niñas y Adolescentes en el Estado Bolívar: Sobre la Vulneración de Derechos y Formas de Esclavitud Moderna del Centro de Derechos de la Universidad Católica Andrés Bello en el que se identifican dispersas formas de violencia, además de casos de desnutrición, abandono escolar y trabajo forzoso.

De igual forma, en agosto de este año, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios alertaba sobre las dificultades para la protección de NNA en Venezuela ya que la concentración de servicios básicos y especializados de protección en áreas urbanas limita el acceso de las poblaciones rurales a estos servicios. Además, menciona al estado Bolívar entre las entidades que necesitan reforzar sus programas de protección para los grupos más vulnerables.

Infanticidios en octubre

A este panorama de violencia se enfrentan los infantes, incluso antes de cumplir su primer año de vida, como fue el caso de una recién nacida asesinada por su madre en el asentamiento campesino Manuel Carlos Piar, en la parroquia Yocoima del municipio Caroní. Según informaron fuentes policiales, la madre de 22 años ahogó a la víctima en un recipiente de agua.

En este caso, los medios también informaron que a la victimaria se le realizó un estudio psiquiátrico en el servicio forense de Upata, al sur del estado Bolívar, y fue diagnosticada con trastorno de humor y trastorno de personalidad borderline. Sin embargo, el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) aseguró que la acusada “no es candidata a trastornos graves, por lo que estando amparado en un delito de flagrancia, se realizó la aprehensión de la ciudadana”.

Este hecho, al igual que una mayoría registrados por el Observatorio Venezolano en Violencia en Bolívar (OVV), ocurre en el contexto del hogar y a manos de un familiar o persona cercana a la familia. En Bolívar, durante los primeros seis meses de 2024, un preocupante 49% de los casos de violencia se concentraron dentro de los propios hogares de las víctimas, convirtiéndolos en refugios inseguros para NNA y mujeres.

Además, esta población es son también víctimas frecuentes de violencia o agresiones sexuales. En el Informe Anual de Violencia del OVV en 2023, se pudo contabilizar que al menos 171 adolescentes mujeres fueron víctimas de violación y otras agresiones sexuales y 153 niños y niñas también padecieron estos delitos. El Observatorio calcula que el 89% de las víctimas de violación y delitos sexuales son niños y niñas menores de 12 años de edad y las adolescentes, quienes también son las más frecuentes víctimas de explotación sexual.

En el mismo informe, también se reseña que se conocieron casos de asesinatos de niños y adolescentes por parte de delincuentes, en situaciones que podrían asociarse a retaliación o “castigo” hacia sus padres o familiares.

Más de 200 víctimas en septiembre

Para el mes de septiembre de este año, la Red por los Derechos Humanos de los Niños, Niñas y Adolescentes (Redhnna) registró 202 vulneraciones al derecho a la protección especial de los niños, niñas y adolescentes en todo el país. Entre los delitos aparecen 37 casos de abuso sexual contra jóvenes y 31 víctimas de trato cruel, maltrato y negligencia.

La organización señaló que en los casos de violencia sexual “como en los referidos a maltrato y negligencia, se evidencia la inexistencia o precariedad de la actuación de servicios y programas sociales para identificar factores de riesgo e intervenir en su reducción”.

Asimismo, en el mes de octubre el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Venezuela instaba al Estado a acabar con todas las formas de violencia contra NNA. De acuerdo con una publicación en Instagram de Unicef en Venezuela, el representante de esta ONG, Abubacar Sultan, dijo que es fundamental garantizar el derecho de los niños, niñas y adolescentes como lo establece la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente (Lopnna) y la Convención sobre los Derechos del Niño.

Sultán destacó que esto debe aplicarse en familias, instituciones educativas y centros de atención o de privación de libertad, para que los niños, niñas y adolescentes puedan desarrollar su potencial, libres de violencia.

Asimismo, en colaboración con Unicef, el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, anunció la creación de una fiscalía especializada en delitos de abuso sexual a niños y adolescentes, adscrita a la Dirección General para la Protección de la Familia y la Mujer.

Asimismo, explicó que el ente estará integrado por un fiscal provisorio, cinco fiscales auxiliares interinos, un abogado adjunto, un técnico-trabajador social y siete funcionarios administrativos.

Respuesta urgente

La situación de riesgo en la que viven los NNA en el estado Bolívar (el tercero más violento del país), así como en resto de las entidades del país debe ser abordado de manera urgente por el Estado. Desde el OVV Bolívar se reitera que es urgente tomar medidas integrales para la protección de sus vidas y sus derechos fundamentales.

Los servicios de protección infantil, que han demostrado ser insuficientes, deben ser fortalecidos y el sistema de justicia debe ser especializado para garantizar el respeto a su dignidad. Además, el equipo insistió en que es fundamental la sensibilización y concientización en una sociedad que se enfrenta de forma cotidiana a las consecuencias devastadoras de los altos índices de violencia.