Esperanza Márquez
El sociólogo y profesor de la UCV Roberto Briceño asegura que Venezuela hoy en día tiene el doble de violencia, la tasa de homicidios es el doble que la de Colombia que logró disminuirla
Roberto Briceño-León. Sociólogo, Doctor en Ciencias, profesor de la UCV, director del Observatorio de la Violencia que reúne a investigadores de siete universidades: Central, Zulia, Oriente, Carabobo y Centro Occidental Lisandro Alvarado, Universidad Católica del Táchira y de Guayana; como universidades hacen estudios y el Observatorio los une. Surgió después de la censura de los datos en el año 2004.
–¿Venezuela siempre fue un país violento?
Históricamente no, más aún, por años se hacían comparaciones entre Venezuela y Colombia, por qué Colombia era violenta y Venezuela no y eso formaba parte de estudios de antropología, médicos, ya que tenían situaciones muy parecidas. Eso cambió, Venezuela hoy en día tiene el doble de violencia, la tasa de homicidios es el doble que la de Colombia que logró disminuirla.
–¿Qué pasó?
Aumentaron los homicidios y la violencia en el 89 con el Caracazo y la respuesta a este y siguieron aumentando los homicidios después de los dos golpes de Estado del 92. En 1994 Venezuela comenzó a ser considerada un país violento con una tasa de 20 homicidios por cada cien mil habitantes y la Organización Panamericana de Salud (OPS) la incluyó entre los países violentos. Entre el 94 y 98 los homicidios se detienen, inclusive disminuyen un poco, después de venir aumentando desde el 89 al 94.
–¿Cuándo vuelven a aumentar?
A partir de 1999 con la llegada del gobierno de Chávez, y sigue aumentando hasta el 2013 cuando el número de homicidios es de 24.734, son proyecciones porque la cifra oficial está censurada desde el 2004 y eso nos coloca en 79 homicidios por cada cien mil habitantes y entre los tres países más violentos del mundo que son Honduras, El Salvador y Venezuela.
–¿Existe una violencia de Estado y otra delincuencial?
Ambas violencias se parecen cuando la del Estado es ilegítima, abusiva, quiebra la normativa y la ley, en ese momento va en el mismo sentido y contribuye al incremento general de la violencia delincuencial. Hemos tenido 15 años en los cuales la decisión es no hacer nada frente al delito o al crimen porque se consideraba que era útil para fines políticos, porque la violencia tenía que ver con la lucha de clases, se pensaba que la violencia y el delito eran producto de la pobreza y de la desigualdad, por tanto no había que hacer políticas de control social sino políticas sociales para disminuir la pobreza y la desigualdad.
–¿Cómo lo interpreta usted?
Aquí se estableció la impunidad en general, es decir, el quiebre del pacto social, de las normas y de las reglas y se estableció como mecanismo y forma de actuación de un gobierno que creía que su acción revolucionaria iba por destruir la Ancien régime, todo lo que era el pasado y por otro lado consideraba que hacer cumplir la ley era un asunto de derecha.
–¿Qué ha pasado en el país?
La explicación del marxismo simple: la violencia tiene su origen en la pobreza, la desigualdad y el capitalismo. Esa hipótesis la hemos ido refutando porque el mismo gobierno dice que ha disminuido la pobreza, la desigualdad, pero la violencia ha aumentado, o sea, que el silogismo no funciona. La explicación tiene que ver con la destrucción del pacto social, de la institucionalidad y cuando ese pacto de contención se disuelve la gente empieza a actuar violentamente ya que no tiene los frenos morales o punitivos. Cuando viene ese quiebre la gente siente que no tiene protección y decide protegerse ella misma, se compra un arma y eso es lo que hacen los muchachos del barrio, luego se dan cuenta de que están solos y buscan a otros y hacen una banda para protegerse de la otra banda. La gente siente que no tiene posibilidad de buscar la justicia y decide linchar al individuo o busca a un sicario. La policía también toma justicia por su mano porque los están matando y comienza la acción extrajudicial, así sumamos formas de incremento de la violencia y luego se banaliza y se comienza a matar por matar y a disfrutar la violencia. Durante 15 años esto se ha dado propiciado por el propio gobierno que se planteó una destrucción institucional.
–¿La ley se politizó?
Sí y se comenzó a aplicar aquella máxima de las dictaduras: para mis amigos todo, para mis enemigos la ley. La Policía Nacional se hizo con la finalidad de que fuera para todos, pero Chávez dijo que esa no era una policía de la burguesía, sino del pueblo, socialista, y con eso acabó con el sentido universal de la policía que hay que rescatarlo porque es lo que puede pacificar a la sociedad y convertirla en más justa, más segura y más equitativa. Si eso no se logra lo que va a existir son estos procesos de criminalización de la protesta social similar a la de los regímenes dictatoriales.
–¿Es posible una reconstrucción?
La violencia no es una maldición, podemos lograr tener una sociedad pacífica, segura, con esfuerzo, con voluntad de todos los venezolanos, y hay que hacerle un llamado a un grueso sector del chavismo que padece igual que todos los demás con la destrucción de la sociedad.