El Pitazo
Daisy Galaviz

30 junio, 2020

Gustavo Páez del OVV informó que entre 1° de marzo al 31 de mayo 60 venezolanos tomaron la decisión de quitarse la vida. Los principales motivos fue la situación económica, política y social, y trastornos como la ansiedad y depresión

El aislamiento, la ansiedad, la pérdida de empleo, la incertidumbre y los problemas en el hogar han generado un incremento de los suicidios en Venezuela. Entre marzo a mayo de 2020, al menos 60 venezolanos se quitaron la vida, 24 de ellos residían en los estados Trujillo, Táchira y Mérida. Especialistas recomiendan ayudar a niños, adolescentes o adultos que se encuentren sumidos en cuadros de depresión.

El 16 de marzo, el gobernante Nicolás Maduro ordenó una cuarentena colectiva para prevenir los contagios del COVID-19. Según el investigador del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), Gustavo Páez, desde el 1° de enero al 31 de mayo 94 venezolanos murieron por esta causa de muerte (81 hombres y 19 mujeres). Según Páez en la época de aislamiento se detectó un repunte, pues solo en mayo se registraron 36 casos.

Un elemento a destacar, según el OVV, es que los estados andinos encabezan la lista de las cinco entidades con más suicidios en el período de cuarentena. De esas 60 víctimas que se registraron hasta mayo, 14 residían en Trujillo, 7 en Aragua, 6 en Lara, 5 en Mérida y 5 en Táchira. El principal motivo fue la situación económica, política y social; en segundo lugar se ubicaron los trastornos depresivos, y de tercero los problemas afectivos o de pareja. Más de la mitad (56) eran adultos y tenían edades comprendidas entre los 30 y 64 años.

La psicóloga social Yorelis Acosta señala que el suicidio es un problema de salud pública, pero que es prevenible ante toma de decisiones y políticas públicas. Explica que es un fenómeno global, pero que se incrementa en naciones que enfrentan crisis económica, como Venezuela. Este factor aunado a la pandemia del COVID-19 afecta de forma negativa la salud mental de los ciudadanos.

Acosta indica que la primera semana de esta época de aislamiento pudo registrar emociones como miedo, pánico colectivo y conductas irracionales. En la segunda semana prevaleció la angustia, el hastío y hasta el aburrimiento.

«Estar encerrado va a pasar factura a nivel físico y mental. Las consecuencias las estamos viendo en niños, adolescentes y adultos. Hay personas que no pueden manejar el encierro, por lo que algunos hogares se han convertido en una olla de presión. Las familias con fisuras han visto que esas gritas tienen que revisarse; las parejas con problemas las han percibidos aún más».

Acosta dice que la comunidad y la familia deben estar alerta ante factores que pueden convertir a niños y adultos en potenciales suicidas. Los niños con hogares disfuncionales o con padres que tengan enfermedades psiquiátricas; adolescentes con fracasos escolares, que hayan sido abusados sexualmente, que peleen con amigos o que sean reprendidos por sus padres deben ser vigilados. Los adultos que abusen de alcohol o drogas; tengan problemas en el matrimonio o trabajo; estén desempleados, tengan una personalidad antisocial, o ya hayan intentado quitarse la vida, también requieren atención.

Para todos aquellos que identifiquen estos factores en sí mismos o que conozcan a personas con ansiedad o depresión se recomienda llamar a líneas de ayuda telefónicas como la Federación de Psicólogos de Venezuela a través de los números 0212-4163116 y 0212-4163118. Otra opción gratuita también es el contacto de Psicólogos Sin Fronteras y del Grupo Social Cesap0424-2925604. Acosta refiere que si se habla del suicidio, y si hay prevención se puede disminuir esta causa de muerte en un 40%.

Siete años sin cifras oficiales y un repunte desde 2016

Desde 2014, en Venezuela los anuarios de mortalidad dejaron de publicarse y eso se tradujo en opacidad de las cifras oficiales sobre suicidios. A pesar de la ausencia de datos, Roberto Briceño León, director del Observatorio Venezolano de Violencia, asegura que Venezuela desde 2016 se encendieron las alarmas sobre esta causa de muerte, pues fue desde este año cuando se empezó a notar un incremento.

Estimaciones del OVV refieren que en 2018 el número de suicidios en Venezuela alcanzó los 2.889 casos. En 2015, datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud indican que 1.143 ciudadanos del país se quitaron la vida; lo que representa un incremento de 153%.

El Observatorio Venezolano de Violencia indica que ese aumento se debe en gran parte al aumento de la pobreza, la inseguridad alimentaria, la violencia, la inflación, el cierre de empresas, el aumento de desempleo, la migración forzada», tal como dice el profesor Gustavo Páez. Según el investigador, son principalmente los hombres adultos quienes toman esa decisión, un promedio de 80%, frente a 20% de las mujeres.

Los últimos datos oficiales que se tienen en Venezuela de este fenómeno se publicaron en 2012. De acuerdo con los anuarios de mortalidad del Ministerio de Salud, entre 1995 y 2012, Venezuela tuvo un promedio anual de 4,02 suicidios por cada 100.000 habitantes. En ese lapso, el estado Mérida ocupó el primer lugar: 10,57 suicidios anuales por cada 100.000 habitantes; de segundo lugar otra región andina: Trujillo, que registró un promedio de 6.

Mérida, según el profesor Gustavo Páez, siempre ha puntuado en la lista de los suicidios en el país: en 2014 una tasa de 11,8 suicidios por casa 100.000 habitantes y en 2018 la misma se ubicó en 24. Sin embargo, las motivaciones han cambiado, anteriormente, los merideños decidían quitarse la vida por un contexto geográfico y social, pero actualmente está unida a la crisis humanitaria, como los otros estados del país.

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