Prensa OVV Zulia
17 casos de violencia autoinfligida han ocurrido en el Zulia, desde enero a octubre de este año, según los registros del OVV regional. Este es un problema multicausal, que atenta no solo contra personas de bajos recursos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año más de 720.000 personas fallecen por suicidio. Además, por cada suicidio cometido muchas más personas intentan suicidarse, dejando profundas huellas y dolor en las familias afectadas. Sobre todo porque este es un problema que se refiere al “uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo”.
Desde el mes de enero hasta octubre de 2024, ocurrieron 17 casos de violencia autoinfligida, 14 suicidios y tres tentativas. Tres de estos casos de suicidios, estuvieron acompañados de dos feminicidios y un intento frustrado. Así que, hubo 20 víctimas. El número de hombres que se autolesionó superó al de las mujeres. No obstante, dado los casos de feminicidio que se sumaron, hubo más mujeres que hombres involucrados en este tipo de violencia.
Entre las causas de la violencia autoinfligida, referidas por la prensa regional de este estado resaltaron problemas psicológicos/psiquiátricos, familiares/de pareja. En este sentido, señalaron los investigadores del OVV Zulia, que este tipo de violencia se enmarca en aquellos problemas que se caracterizan por ser multicausal y por afectar de forma contundente a los familiares, que experimentan dolor o sentimientos de culpa frente a esta situación.
Aseguró el equipo zuliano que la solución a este problema es tan compleja, como sus causas, entre ellas se ubican factores de índole psicológicos, biológicos, sociales y culturales. “En el caso de Venezuela, la crisis humanitaria contribuye a empeorar esta situación, constituyéndose así en un importante factor de riesgo; aunque esto no se refleja en las noticias, que encontramos en la prensa regional”.
El suicidio es un problema de salud pública que requiere de atención inmediata, dado que su magnitud alcanza a toda la sociedad y pone de manifiesto la ausencia de acciones contundentes para prevenirlo.
Las edades en las cuales se concentró el mayor número de violencia autoinfligida en el Zulia fueron de: 15-20 años y de 55 años en adelante. En menor proporción y no menos importante, se ubicaron casos en las edades comprendidas entre 20-25 años, 30-40 años, 40-45 años, 45-50 años y de 50-55 años.
Los datos presentados evidencian que la población está expuesta a la violencia autoinfligida, independientemente de la edad, del sexo y de su situación económica. Según la OMS, este tipo de violencia no ocurre solo en los países de ingresos altos. De hecho, el 73% de los suicidios en 2021 ocurrió en países de ingresos bajos o medianos.
Grupos más vulnerables
El equipo del OVV-Zulia señaló que los riesgos a los cuales están expuestas las personas y que podrían desencadenar en violencia autoinfligida son:
- Problemas psiquiátricos, especialmente la depresión.
- Consumo de alcohol y de otras sustancias que alteran los estados de consciencia.
- Conflictos de pareja o familiares.
- Enfermedades y dolores crónicos.
- Situaciones de crisis de toda índole, especialmente económica, pérdida de familiares y migración forzosa.
- Ser víctima de violencia de cualquier tipo.
- Sentirse aislado.
En definitiva, este es un problema que pone en evidencia que las personas y sus familias no cuentan con las herramientas emocionales para enfrentar estas situaciones de riesgo. Por ello, se hace necesario desarrollar acciones preventivas que permitan atender la violencia autoinfligida. Se requiere de apoyos personales directos, pero también de políticas públicas preventivas, destinadas a controlar esta situación, a partir de la elaboración y puesta en práctica de programas destinados a:
- Orientar a las familias sobre los factores de riesgos y el fomento de las relaciones familiares sanas: de afecto y respeto.
- Formar al personal docente de escuelas y liceos para sensibilizarlos sobre este problema que atentan contra la población de cualquier edad.
- Sensibilizar a los medios de comunicación para que desarrollen campañas de prevención sobre este problema. Se requiere ofrecer al público la información de forma responsable.
- Limitar el acceso a armas de fuego, objetos punzantes, plaguicidas, y medicamentos.
- Desarrollar aptitudes y talentos en las personas, especialmente en los estudiantes, como una forma de mantenerlos ocupados; más allá del acceso, muchas veces desmedido y descontrolado, a las redes sociales.
- Crear centros de atención eficientes y gratuitos para ofrecer tratamiento para las personas, a las cuales se les detecte conductas suicidas; así como a sus familias.
Los obstáculos a este tipo de medidas son diversos. Entre ellos figura la ausencia de políticas y acciones concatenadas para prevenir la violencia autoinfligida; así como la vergüenza que causa en las familias admitir que uno de sus miembros ha intentado suicidarse o tiene condiciones de riesgo para hacerlo.
Un problema más que atender
De acuerdo a la apreciación del equipo del OVV Zulia, en la actualidad, hay un problema adicional para la búsqueda de ayuda de tipo psicológica por parte de aquellas personas que se encuentran en riesgo de autolesionarse, y es la presencia imponente de la inteligencia artificial. En entrevistas, que los investigadores, sostuvieron con algunos jóvenes estudiantes de la Universidad de Zulia y con algunos profesionales, sobre este tema, estos reconocieron haber pensado o intentado suicidarse alguna vez.
“Ante la vergüenza y no saber qué hacer frente a este problema, han recurrido a la Inteligencia Artificial (AI) para plantearle sus problemas y sentir que pueden ser atendidos y escuchados por alguien que no los juzgue ni los condene por intentar suicidarse o pensar hacerlo. La respuesta de estas IA ha sido siempre la mismas: “necesitas ayuda psicológica, necesitas un profesional”. No obstante, estas personas no han dado el paso de buscar esa orientación, por razones económicas y por vergüenza; también por temor a ser despedidos de sus empleos si sus intenciones llegaran a conocerse”, explicó el equipo.
Estamos- aseguraron- frente a un problema de compleja solución, pero es necesario atenderlo, porque 17 casos en diez meses es una cantidad alarmante, sobre todo si involucra a adolescente y jóvenes.
Como un aporte, a la solución a un problema tan complejo, el OVV Zulia, en conjunto con otras instituciones está desarrollando la campaña “Decídete a Vivir” que busca sensibilizar sobre la violencia en la región, y especialmente sobre la autoinfligida. “Debe tenerse presente que haber intentado suicidarse es un factor que debe atenderse. Esto no significa que quien haya intentado hacerlo una vez, seguirá haciéndolo”, es parte de la reflexión para adelantar esta importante iniciativa.
Igualmente considera el equipo zuliano que es momento de derrotar los siguientes mitos que existen en torno a la violencia autoinfligida, los cuales son señalados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS):
- Hablar del suicidio puede interpretarse como un estímulo a cometerlo (Falso). Conversar sobre el tema funciona como un elemento importante para la prevención.
- Quien haya sido suicida alguna vez, nunca dejará de serlo (Falso). Intentar suicidarse puede haber sido una respuesta ante una situación de crisis.
- Solo las personas con trastornos mentales se suicidan (Falso). Todos estamos expuestos a cometer suicidio o intentarlo, cuando no manejamos las herramientas suficientes para hacer frente a las exigencias de la vida y a situaciones de crisis.
- Quienes hablan de suicidio no tienen la intención de cometerlo (Falso). Amenazar con suicidarse es un factor a ser considerado y obliga a tomar medidas para evitar la violencia autoinfligida, pues la persona está solicitando ayuda de manera indirecta.
- La mayoría de los suicidios suceden repentinamente, sin advertencia previa (Falso). Lo más común es que las personas den señales que permiten predecir que están pensando en suicidarse.
- El suicida está decidido a morir (Falso), la persona que piensa suicidarse realmente necesita ayuda y quiere vivir, pero su entorno no le está brindando satisfactores para no hacerlo.