Prensa OVV Táchira
En lo que va de año, ya se han contabilizado cinco atentados en el eje fronterizo San Antonio del Táchira-Ureña. Los procedimientos giran en torno a la utilización de material explosivo que son lanzados a locales comerciales.
Pobladores del eje fronterizo San Antonio del Táchira-Ureña, siguen siendo víctimas de letales ataques provocados por material explosivo lanzado a locales comerciales, centros de recreación y viviendas. El último de los casos ocurrió en la población de Ureña, donde fue lanzada una granada fragmentaria a una vivienda del sector, dejando una persona fallecida y dos más gravemente heridas, una mujer de 39 años y una niña de apenas 18 meses, afectadas con mutilaciones en extremidades y quemaduras respectivamente.
Ya se contabilizan cinco atentados con granadas en lo que va de año. Cuatro en establecimientos nocturnos y éste último ocurrido en una casa de habitación. Mientras los mensajes intimidatorios se empiezan a naturalizar, los ataques con granada mantienen una constante de uno por mes desde la llegada del 2023 y las extorsiones van ganando terreno en el eje fronterizo por parte de grupos armados, entre ellos el ELN y el grupo criminal Tren de Aragua.
Aunado a lo anterior, el Observatorio Venezolano de Violencia en Táchira (OVV Táchira), tras el seguimiento a la prensa regional, determinó una inusual variación en el comportamiento delictivo en la entidad en comparación con los meses anteriores. Se trata del ascenso de las cifras, lo cual se debe no a la ocurrencia de más sucesos, sino a que, en un mismo suceso, se registran dos o más delitos, lo que termina aumentando la estadística, que durante el mes de julio dejó un saldo de 18 hechos violentos, seis más que el mes anterior. La incidencia recayó sobre las agresiones interpersonales y los hurtos con seis casos cada uno, seguidos de cuatro homicidios, una extorsión y una agresión sexual.
Con retraso se conocen hechos violentos
Otras de las particularidades que sigue siendo frecuente es la publicación tardía de los hechos violentos, que ya han ocurrido meses atrás, sin ofrecerse más detalles. No se están generando pronunciamientos al tiempo. Tras consultar varios periodistas de la fuente de sucesos, coincidieron que no cuentan con reportes actualizados de los distintos hechos que van ocurriendo por parte de las autoridades, aunque por la naturaleza de los hechos, al conocer los casos aseguran que si se está realizando el debido proceso, tras conocerse de manera frecuente distintas condenas de casos a los que se les hacía un respectivo seguimiento.
Par de suicidios y un homicidio
La violencia de género, los celos y la ingesta de alcohol, desencadenaron un trágico suceso en Bramón municipio Junín, tras el asesinato de una mujer a manos de su esposo, quien luego de cometido el siniestro decidió quitarse la vida envenenándose; ambos de nacionalidad colombiana. También en el municipio Cárdenas se reportó el caso de un carnicero que usando una de sus herramientas de trabajo, acabo por suicidarse.
Un caso de homicidio involucra a un miembro de una comunidad indígena, ocurrió al norte de la entidad, en el municipio Ayacucho, donde según testigos, tras una fuerte discusión se produjo un enfrentamiento con palos y piedras entre varias personas de la etnia Wayú, que habría dejado un hombre muerto y varios heridos.
En esta zona del estado, son propensos los reportes de manifestaciones, protestas y actos de violencia por parte de algunas comunidades indígenas que protestan con frecuencia por la escasez de alimentos y la detención de miembros de su comunidad, bloqueando las vías principales armados con bombas molotov, machetillas, piedras y botellas, exigiendo reivindicación de sus derechos ancestrales, aunque en muchas oportunidades se desvirtúa con el cobro de “peajes” a los transeúntes para el libre tránsito.