“El Instituto Pedagógico de Maturín fue creado el 20 de octubre de 1971 bajo el decreto Nº 776 del Presidente Rafael Caldera, posterior a esto en 1974 se transformó en Instituto Universitario Pedagógico Experimental de Maturín (IPMALA), mediante el decreto presidencial Nº 1574”, según se desprende de la referencia histórica extraída de su página Web. Luego, en 1988 pasó a formar parte de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador como Instituto Pedagógico (UPEL), pasando a convertirse en una institución de educación superior, dedicada a formar el talento humano profesional en educación de la zona nororiental del país; siendo sus egresados profesores en distintas especialidades educativas con conocimientos como pedagogos.
Lamentablemente, a pesar de la importantísima labor educativa que ha venido desarrollando por más de 52 años; la situación de violencia delincuencial que caracteriza al estado Monagas, ha traspasado a sus espacios, convirtiéndose en blanco de robos y vandalismo. Estos episodios se venían presentado con cierta frecuencia antes del decreto de “emergencia sanitaria” por Covid-19, del 13 de marzo de 2020. Sin embargo, durante el cierre de estos espacios académicos, los eventos de este tipo se multiplicaron, dejando a las instalaciones en condiciones de deterioro y desmantelamiento absoluto de todos sus espacios.
Lastimosamente, nuevamente fue objeto de robo y desvalijamiento de sus instalaciones, el pasado 24 de mayo de 2023. En esta oportunidad, el epicentro del accionar delincuencial fue la oficina de la Secretaría de dicha casa de estudio, así como el Departamento de Lingüística, Lengua Materna, Inglés y laboratorios. Los robos fueron reportados ante los cuerpos de seguridad y el caso fue reflejado en los medios de comunicación de la región.
Durante la pandemia de Covid-19, las universidades de la región fueron seriamente afectadas por la acción delincuencial. La UPEL-IPMALA prácticamente quedó desmantelada debido a los múltiples robos y destrozos de sus instalaciones. Entre los años 2020-2021, se llegó a estimar un aproximado de 200 robos a la sede sur de esta casa de estudio. Durante este año 2023, se han conocido de tres incursiones de robos afectando áreas sensibles de la universidad, resaltando que, a pesar de esta situación, desde el 2022 las actividades de docencia, administrativas y obreras se han restablecido totalmente de forma presencial.
A pesar de enorme esfuerzo de las autoridades universitarias, docentes y estudiantes, en el saneamiento y recuperación de ciertos sectores de la planta física. Vemos cómo la delincuencia sigue destruyendo nuestros espacios. La UPEL es una de las casas de estudios superiores más importante del estado por más de cincuenta años, siendo referencia nororiental en pedagogía.
Es lamentable que las autoridades no prioricen el rescate de nuestra casa de estudios, tomando en consideración que somos una universidad formadora de maestros y profesores; profesionales necesarios para recuperar la educación de nuestro país, tan afectada por la migración del personal docente hacia otros países. Según una investigación desarrollada por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) sobre calidad educativa, se pudo conocer que para el año escolar 2021 la plantilla total alcanzó los 502.700 maestros, es decir, 166 mil profesores menos (-25%) que los que 699 mil que trabajaban en las escuelas y liceos del país para el año 2018.
Ante el estado crítico de deterioro de los espacios universitarios, Neida Montiel, Decana (E) de la institución, pidió apoyo a las autoridades del gobierno regional para recuperar la infraestructura. Unión Radio reseñó: “A pesar de las promesas, aún no se han iniciado obras de importancia que den esperanza a la comunidad universitaria de la UPEL-IPMALA”.
Por su parte, Hernán Azocar, presidente de la Asociación de Profesores, APROUPEL en Maturín, en una declaración a la prensa resaltó que es necesario volver a la lucha de calle para las exigencias evitando que la universidad muera. “La delincuencia es parte de los tantos daños que se ha hecho a nuestra universidad”, dijo en esa oportunidad. Azócar manifestó que las condiciones en la infraestructura de la UPEL-IPMALA es prácticamente inexistente porque hace falta que la parte gubernamental brinde su aporte y no solo sean palabras, hay que considerar que la universidad, al igual que otras, han sido objeto de vandalismo.
Por su parte, Jonathan Caripe, dirigente estudiantil de la UPEL, indicó que ante esta situación se están organizando para defender la universidad. Dijo: “no estamos de acuerdo con la propuesta de mudarnos a la sede de postgrado, aquí lo que debe tenerse como prioridad la recuperación de la infraestructura”.
Ante el contexto de robos y vandalismo que afecta la UPEL-IPMALA, en la sede sur de pregrado; el OVV Monagas considera necesario que las autoridades regionales garanticen la seguridad de sus instalaciones. No se debe olvidar que la educación y el trabajo son la vía para alcanzar el progreso de la nación, y la UPEL-IPMALA es y seguirá siendo la universidad de los maestros.
Finalmente, es fundamental que se emprenda una recuperación integral de su infraestructura y la dotación de servicios de luz, agua y la tecnológica de sus distintas sedes, para asegurar la formación adecuada de los futuros docentes que brindarán educación a la niñez y juventud del estado y la nación. La comunidad universitaria y las autoridades deben unirse por la defensa y recuperación de la universidad, evitando que muera y se pierda una institución clave para la formación de los profesionales de la educación.
Equipo OVV Monagas