Tal Cual Digital
Luisa Quintero

24 de febrero de 2022

En general, las familias venezolanas se ven sometidas a constantes desequilibrios por diferentes situaciones o factores que ponen en riesgo su bienestar, como la pobreza, desempleo, violencia, deserción escolar; por lo que la violencia estructural se reproduce en este contexto.

La privación de los servicios básicos para una parte de la población, la desatención de familias en estado de necesidad y pobreza al igual que las irregularidades en las actuaciones de organismos públicos responsables de la atención y defensa de niños, niñas y adolescentes son algunas de las conclusiones del informe «Violencia estructural en la familia», elaborado por el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) y el Laboratorio de Ciencias Sociales (Lacso).

Gloria Perdomo, coordinadora nacional del OVV, señaló que en los resultados del informe (realizado entre octubre y noviembre 2021 en 15 estados del país) niños, niñas y adolescentes son las principales víctimas de la violencia estructural.

La profesora de la UCAB también destacó que estamos ante «un sistema que genera privaciones, desigualdad y vulneración de derechos (…) Es un Estado ausente para garantizar los derechos sociales, económicos, culturales y ambientales de niños, niñas, adolescentes y sus familias«.

Con esto se configura una violación al derecho a un nivel de vida adecuado, plasmado en el Pacto internacional de Derechos Sociales y suscrito por Venezuela.

Según los resultados del informe, en algunos casos el abuso y la explotación sexual aparece como una estrategia de sobrevivencia por parte de adolescentes. También ha aumentado la presencia y creación de bandas armadas y organizaciones criminales que utilizan la precariedad económica de las víctimas para someterlas al comercio y explotación sexual.

El abuso sexual de niñas, niños y adolescentes se oculta en los hogares, con la complicidad de familiares y ocurre como violencia «legitimada» por patrones culturales, valores y creencias de las familias, aceptados y defendidos incluso por mujeres, madres y las propias víctimas.

La investigadora señaló que el patriarcado además impone creencias y normas culturales que naturalizan, justifican y toleran la violencia sexual que ejerce el hombre o jefe de hogar. «La respuesta del Estado es silencio, omisión y falta de atención a las víctimas de violencia sexual y basada en género«.

Violencia y abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes

Olga Ávila, profesora de la Universidad Central de Venezuela e investigadora del Lacso-OVV, destacó que las principales víctimas de la violencia intrafamiliar y disfuncionalidad son niños, niñas y adolescentes, por lo que sus mismo núcleos se transformaron en factores de riesgo y no protección.

En general, las familias venezolanas se ven sometidas a constantes desequilibrios por diferentes situaciones o factores que ponen en riesgo su bienestar, como la pobreza, desempleo, violencia, deserción escolar; por lo que la violencia estructural se reproduce en este contexto.

Bajo estos términos, tanto la violencia sexual como basada en género se ha acentuado contra mujeres, niños, niñas y adolescentes. Generalmente el maltrato es ejercido por parejas o exparejas y familiares cercanos, a través de amenazas, manipulaciones y coerción para dominar a las víctimas.

El OVV resaltó una serie de casos donde se desmuestra que la violencia sexual y basada en género, así como la privación de servicios básicos afectan negativamente la vida de los venezolanos más vulnerables, los sumerge aún más en espirales de pobreza, los hace vulnerables a redes de tráfico y explotación sexual, además de llevar a muertes evitables.

Entre ellos está el de una niña de ocho años, residente de Carúpano (estado Sucre), que fue abusada sexualmente en varias oportunidades por un militar retirado que se aprovechaba de su cercanía con la familia y de vez en cuando los proveía de alimentos.

También recogieron el testimonio de una joven y madre de 15 años, residente en Distrito Capital, cuya progenitora acepta que tenga relaciones sexuales con un vecino adulto a cambio de comida y pañales para el bebé, debido a su situación de pobreza extrema.

El OVV también identificó el caso de un niño de cinco años en Aragua, que sufrió quemaduras de tercer grado con las brasas de un fogón, por lo que requirió de una hospitalización de cuatro meses. Su familia es de bajos recursos económicos.

Población nada segura

El informe del Observatorio Venezolano de Violencia también reveló que 45% de los encuestados dijeron haber sido víctimas de un delito durante el último año. 25% dijo que los afectados fueron familiares, y en 20% de los casos la persona sufrió directamente este tipo de eventos.

48% de los consultados se siente poco o nada seguro en el barrio donde vive; de los cuales un 40% dice que no se siente muy seguro en su entorno, mientras que un 8% nada seguro.

Sobre la frecuencia de delitos en barrios y zonas populares: 55% dijo que es el consumo de alcohol, que los investigadores asocian como activadores para otro tipo de delitos; seguido de los robos (29%); venta de drogas en la calle (21%); la interferencia de policías y militares en la vida de la gente (15%); el acoso sexual (10%) y el racismo (8%).

Además un 65% de las personas comentó que no lleva mucho dinero encima para evitar ser víctimas de robo, un 58% aseguró no salir de casa de noche y poco más de un 10% lleva un arma blanca o de otro tipo como medida de protección.

Respecto a consideraciones económicas, un 61% de los venezolanos dijo estar completamente insatisfecho con la situación económica de su hogar. Ese mismo porcentaje indicó que no ha tenido suficiente comida en el último año, 58% no ha tenido las medicinas o tratamiento necesitaba, y un 76% no ha tenido dinero disponible en el bolsillo.

20% de los encuestados por el OVV dijeron no tener un lugar seguro donde vivir, mientras que un 43% se considera más pobre que sus padres cuando tenían su edad.

78% de los venezolanos dijo que su preocupación principal es no poder dar a sus hijos una buena educación, y casi la misma cantidad de personas está preocupada de perder o no encontrar trabajo.

Recomendaciones del OVV

El Estado debe garantizar servicios y programas de notificación y auxilio inmediato a las victimas de violencia sexual y basada en género, garantizando la protección que requieran.

Orientar a NNA y a sus familiares sobre cuales programas y servicio pueden estar disponibles para protegerles en situaciones de violencia y vulneración de derechos. Garantizar el funcionamiento en cada localidad del país de servicios especializados de protección a NNA y mujeres, no sirve tener un programa en capitales de estados o centralizados, deben existir en cada municipio del país

No existen registros públicos para el monitoreo de las situaciones de violencia y vulneración de los derechos de la niñez, lo que dificulta la creación de políticas públicas para responder a las víctimas

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