Prensa OVV Zulia

El 22 de septiembre de 2022, el estado Zulia se conmocionó con la noticia de que una mujer de 29 años de edad, que vive en el municipio San Francisco, ocultó su embarazo y una vez que su hija nació no le prestó las atenciones necesarias y se presume que por esta razón falleció. Las versiones apuntan a que esta madre envolvió a la niña en prendas de vestir, la colocó en un balde y la lanzó a la casa de una vecina. La prensa reseñó la noticia como infanticidio. Con apenas dos días de diferencia otra madre de 23 años de edad, que habita en el Municipio Sucre en el estado Miranda, asfixió a su hija recién nacida y la ocultó en una lavadora.

De acuerdo al Coordinador del Observatorio Venezolano de Violencia en el Zulia (OVV Zulia) en el estado han ocurrido, según la revisión del Observatorio de Prensa, de enero a septiembre de este año, tres casos de filicidio, los cuales han sido perpetrados por madres, cuyas edades oscilan entre 29 y 36 años. “Debe aclararse que en uno de estos casos, las noticias no revelaron la edad de la presunta victimaria. Puede notarse, que en lo sucedido en el Zulia en este período, sólo las madres cometieron filicidio, lo cual es conocido como filicidio materno”, señaló Govea.

En lo que concierne a las víctimas, estas han sido niños y niñas recién nacidas; aunque también una adolescente formó parte de este cuadro de violencia. Esta última fue supuestamente asesinada por su madre, quien luego simuló un suicidio. Aún no se manejan versiones por parte de los organismo competentes sobre este último caso. Sin embargo, una de las hermanas de la víctima ha pedido que se investigue su muerte y acusa directamente a su madre, a través de las redes sociales.

El cuadro que presentamos a continuación muestra el sexo de las víctimas:

En cuanto a la edad de las víctimas prevalecen los recién nacidos: una niña y un niño:

Explicó Govea que se desconocen los móviles que pudieran manejar las madres para justificar el cometimiento del filicidio. Lo que sí ha revelado la prensa es que, en el caso de la recién nacida, murió al no recibir los cuidados necesarios por parte de su madre. Otro recién nacido falleció al ser asesinado por su progenitora, descuartizado y enterrado después. Sobre el referido caso de la adolescente, los medios de comunicación han señalado que la madre podría haberla asesinado.

Entre los municipios en los cuales los casos de filicidio reportados se llevaron a cabo fueron Maracaibo (julio), Rosario de Perijá (agosto) y San Francisco (septiembre). Resalta que todos se presentaron en el tercer trimestre de lo que va de año.

“Podemos observar como estos tres casos forman parte de las estadísticas que el Observatorio Venezolano de Violencia ha presentado en su Boletín N° 8, titulado “Delitos conocidos por la sociedad”. Este boletín publicado este mes de septiembre de 2022, está referido a los meses de julio y agosto de este año. Este revela que el Zulia se ubicó en el primer lugar (21%) en cuanto al estado con más víctimas de violencia interpersonal (letal y no letal). De hecho, el grupo de edad de 0-19 años ocupó el primer lugar en el país. En cuanto a la violencia contra NNAJ, el Zulia se posicionó en el primer lugar, también con 21%, siendo el homicidio el delito que obtuvo mayor porcentaje (31%) en el territorio nacional”, describió el coordinador del OVV Zulia.

En opinión de Govea, noticias de esta naturaleza indican la preocupante manifestación sociopatológica de conducta destructiva que puede anidarse en personas de una determinada sociedad, y en este caso particular, en la sociedad zuliana actual. “Por supuesto que nos invade la consternación y como investigadores intentamos comprender esta situación planteándonos diversas hipótesis que pudieran responder a la pregunta: ¿cómo una madre o un padre pueden asesinar a un hijo? La respuesta obedece a un conjunto de factores que involucran problemas de índole psicológicos, socioeconómicos, personales, familiares, etc., que pueden llevar al quiebre inesperado de las normas sociales referidas al cuidado, protección y atención debida a la descendencia más directa de los seres humanos, en tanto padres, como son los hijos”.

Desde los conceptos

Según algunos autores consultados, el homicidio que llevan a cabo los progenitores contra sus hijos durante el período de uno a 18 años y por diversas motivaciones se define como filicidio. Mientras que cuando una madre asesina a su hijo recién nacido (primeras 24 horas), su violencia es catalogada como neonaticidio. Por otra parte, se considera infanticidio cuando el niño tiene entre un día y un año de vida. El Manual de la Organización de Naciones Unidas (ONU) de Clasificación Internacional de Delitos con Fines Estadísticos (2015) lo define de esta manera: “infanticidio se refiere al homicidio de un niño menor de un año”. Este último puede ser llevado a cabo por sus padres o cualquier otra persona. “En los tres casos estamos en presencia de un tipo de violencia que es cometido contra niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ)”. Agregó Govea Cabrera. Señaló igualmente que desde la perspectiva del OVV Zulia, el filicidio engloba, tal como lo señala el Diccionario de la Real Academia Española, la muerte dada por un padre o una madre o ambos a su propio hijo, independientemente de su edad y de los motivos que los condujeron a cometer tal delito.

Agregó el representante del OVV Zulia que en el caso venezolano, las condiciones emocionales que ubican a los padres como personas con problemas mentales, como la esquizofrenia o la depresión, figuran entre las causas que pudieran explicar las razones que llevan a un progenitor a agredir a un hijo hasta causarle la muerte usando violencia letal.

Señaló que también los problemas entre los progenitores, como pésimas relaciones maritales o el abandono de uno de los miembros de la pareja, pueden provocar un filicidio. Además mencionó que los cambios hormonales producto del embarazo o del postparto pueden inducir a la madre a cometer este acto de violencia que termina con la vida de su hijo.

“Consideramos que el hecho que un padre o una madre cometan un homicidio contra sus hijos es una acción que pudiera estar sustentada en un conjunto de causas que nos llevan a señalar que quien lleva adelante el delito se cree dueño de la vida de su hijo, por el solo hecho de traerlo al mundo. Otra de las motivaciones es que los padres consideran que el futuro de su prole es incierto, y por lo tanto, su existencia se convierte en un problema más que deberá ser atendido en un contexto de abrumadoras carencias”.

Sin lugar a dudas -explicó Govea- el medio familiar en la cual se forman los victimarios o victimarias juega un papel fundamental sobre la perspectiva que éstos manejan sobre la vida y el respeto de los derechos humanos y en especial el de los hijos. “Consideramos que allí donde existe una familia que no brinda las condiciones propicias de seguridad, respeto y amor sino que ofrece maltratos psicológicos y físicos es probable que sus miembros al crecer y formar una pareja le den continuidad a la violencia recibida en los primeros años de vida. Posiblemente esa situación, al lado de los problemas socioeconómicos no resueltos puedan dar lugar a la violencia intrafamiliar e incluso al filicidio”.

Govea señaló que la pobreza, la pobreza extrema y la crisis humanitaria compleja han llevado a la población venezolana a padecer hambre, desempleo, enfermedades, es decir, en general una pésima calidad de vida. Además -recalcó- Venezuela enfrenta un escenario político conflictivo que contribuye a crear inestabilidad y estrés en las familias venezolanas. “Todo esto, sin lugar a dudas, puede ser considerado como un conjunto de posibles causas que explican el filicidio. En ese mismo orden de ideas, la violencia estructural de la cual nos habla Galtung (1969), la cual es ejercida desde el Estado de manera intencional, contribuye a crear las condiciones propicias y no deseadas de pobreza, de desesperación y de falta de esperanza para las familias zulianas. Es una combinación de factores objetivos y subjetivos que parecen sustentar, aunque no justificar, que un progenitor asesine a sus hijos”, enfatizó el representante de OVV Zulia.

Reflexiones sobre el tema

“Al abordar el filicidio en nuestro país debemos tener en cuenta e insistir que este es multicausal. Si observamos lo que ha acontecido en el Zulia en cuanto a este tema podemos concluir que en los meses de julio, agosto y septiembre de este año los casos de filicidio han sido protagonizados por las madres. Esto ha conducido a nuestro equipo de investigación a observar que la criminalidad de la mujer en cuanto a la violencia intrafamiliar es poco estudiada. Esto, por supuesto, limita las posibilidades de elaborar planes y proyectos desde el terreno académico y de diseño e implementación de políticas para prevenir en los hogares venezolanos la violencia contra los NNAJ. Resalta, además, que en las familias del Zulia predomina la mujer como sustento de afecto y conformación de valores, pues es ella quien, fundamentalmente se encarga de la crianza de los hijos”, describió Govea.

Señaló igualmente que la observación de la prensa regional lleva a señalar que los hijos son víctimas de maltratos corporales y psicológicos por parte de sus padres, a pesar de ser criaturas frágiles en extremo. Pese a ello -asegura- lo que existe es un gran silencio de familiares y vecinos, quienes por temor, no adelantan ninguna acción para detener o denunciar esta situación de violencia. “Por su parte, el Estado no desarrolla ninguna acción concreta que permita prevenir el filicidio, pues la violencia de los padres hacia sus hijos abarca rechazos, golpes y puede incluir acciones directas que acaban con su existencia, como hemos podido observar en este tercer trimestre del año”.

Explicó el representante del OVV en la región zuliana que las estadísticas en este estado sobre el filicidio son relativamente bajas, lo que habla en términos generales de hechos infrecuentes, no habituales, no esperados, pero es una excepcionalidad que siempre impacta sobremanera a la opinión pública por ser considerados hechos antinaturales de victimización, contrarios al amor filial, por tanto de valoración moral altamente negativa y de mucho rechazo social. “No obstante, desde la perspectiva de OVV Zulia resulta escandaloso un solo caso, debido a que un hijo muerto bajo la responsabilidad de sus padres no es una estadística más, es una vida cercenada, truncada, cuyo derecho fundamental a la vida ha sido eliminado, borrado, por quienes tienen la responsabilidad de protegerlos”, acotó.

Finalmente Govea señaló que en el contexto del filicidio es necesario señalar el incumplimiento del artículo 15, contenido en el Capítulo II referido a los “Derechos, Garantías y Deberes” en la Ley Orgánica de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (LOPNNA, 2015), que reza: “Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a la vida”. “Dicho artículo le otorga el mayor peso de la responsabilidad de la vida de los niños, niñas y adolescentes al Estado y es enfático al mencionar que éste “debe garantizar este derecho mediante políticas públicas dirigidas a asegurar la sobrevivencia y el desarrollo integral de todos los niños, niñas y adolescentes”. Por supuesto, esto no excluye a los padres de su sanción legal si llegaren a cometer filicidio. Se trata de una corresponsabilidad que al ser incumplida trae como consecuencia la perdida de las siempre valiosas vidas de niños, niñas y adolescentes”.