Prensa OVV Monagas

Desde noviembre de 2020 y hasta el mes de abril de 2021, en el estado se han registrado 8 casos de linchamientos, según el monitoreo que realiza a los medios regionales el Observatorio Venezolano de Violencia en Monagas (OVV Monagas). Así lo dio a conocer María Palomo, coordinadora de la sede en la entidad, quien destacó que “este fenómeno viene presentándose desde hace tiempo en algunas zonas de Monagas, como expresión de la irritación social de los ciudadanos. El linchamiento se refiere a una acción de maltrato físico sobre una persona sospechosa o presuntamente culpable de un delito por parte de un grupo de personas, sin que medie un proceso legal. Por lo general, ocurre de manera espontánea. En otras palabras, es un acto colectivo y anónimo, que sigue a la conmoción social producida por un crimen o delito, mediante el cual se pretende castigar a una persona quien, se presume, ha infringido una norma, la cual puede ser social (no escrita) o legal (formal). Es importante prestarles la atención necesaria a estos hechos, ya que son expresión de violencia colectiva que nos aleja del Estado de derecho”.

Detalló Palomo que, de los referidos linchamientos, 7 estuvieron motivados, presuntamente, por los continuos robos que consuman delincuentes en diferentes sectores del municipio Maturín, como los casos de la Avenida El Ejército, El 23 de Enero, Guarapiche II, Los Bloques, Los Guaritos y Santa Inés. En estos lugares, los victimarios casi mueren en manos de personas enardecidas, quienes pretendían aplicar justicia por sus propias manos.

Así mismo, señaló la coordinadora del OVV Monagas, “el 17 de febrero un hombre (sin identificar) de 39 años, fue golpeado por un conjunto de personas y posteriormente detenido por funcionarios de la policía municipal de Maturín (POLIMATURÍN). El hecho se generó en respuesta a la presunta agresión cometida por el individuo, en contra de su cuñada, a quien amenazó con un arma de fuego”.   

Destaca la coordinadora que, en la mayoría de los casos señalados, los individuos implicados han tenido que ser rescatados por los cuerpos de seguridad y trasladados a los centros asistenciales. “Aunque los actos de ajusticiamiento civil, conocidos como linchamientos, no fueron consumados debido a la intervención de las autoridades, la intención, así como las acciones, apuntaban a la comisión de los mismos. Esto resulta muy preocupante desde el punto de vista social, ya que denota cómo el grado de frustración y violencia puede llevar a los ciudadanos a asumir conductas indeseables”.

De igual manera, explicó: “las razones psicosociales de los linchamientos van desde la frustración de los ciudadanos ante la impunidad sistemática y prolongada, hasta la recurrencia de hechos de violencia contra las personas y sus propiedades, por parte de los presuntos delincuentes. Desde lo institucional, el inadecuado sistema de justicia en Venezuela con repercusiones en la entidad federal, que devuelve a las calles aquellos individuos previamente capturados, quienes han cometido delitos en zonas determinadas”. Continuó diciendo, “esto lleva a los ciudadanos a iniciar la búsqueda de autoprotección y a organizarse en brigadas o comisiones de seguridad, con lo cual se inicia un ciclo que puede llevar a la captura y eventual linchamiento de los presuntos delincuentes, sin pasar por los canales regulares que establece el Estado de derecho”. En el peor de los casos, los linchamientos podrían llegar a “normalizarse” y con la consecuencia más fatal que sería la muerte (el homicidio intencional colectivo).

Finalizó Palomo agregando: “como observadora y estudiosa de la violencia, considero que los linchamientos son un fenómeno de violencia muy peligroso, pues llevan a presumir la culpabilidad del presunto delincuente, sin tomar en consideración las evidencias, lo que incluso puede llevar a la ejecución sumaria de personas inocentes. Es un retroceso social y contribuye definitivamente a la ruptura del orden y la civilidad”.