Prensa OVV Lara
Personas fallecidas mientras esperan por unos litros de combustible, venta en dólares de cupos en las filas de vehículos, robos, hurtos, personas que se “colean”, accidentes por el mal estado de las unidades de transporte, son parte de las ingratas experiencias que han vivido quienes se ven obligadas a acudir a las estaciones de gasolina en medio de una severa escasez que afecta a todo el territorio de un país petrolero. Como en otras entidades, esta realidad se vive en Lara, donde, además, se debe pasar entre 15 y 20 días en la cola para surtirse de 30 litros de combustible.
En Lara, los conductores han protestado con cierre de calles y se han organizado para custodiar la distribución de combustible, como ocurre en Sanare, en el municipio Andrés Eloy Blanco, localidad reconocida por la producción de hortalizas y café. Allí, integrantes de las “brigadas de protección” tomaron las riendas para hacerle frente a las irregularidades; no obstante, no se ha logrado mejorar la situación porque la frecuencia de la entrega de combustible es muy irregular.
Los cronogramas que a diario anuncian los entes gubernamentales en Lara, muy pocas veces se cumplen. El plan “Pico y Placa” que activó la gobernación en el mes de octubre, el cual incluía despacho interdiario, no ha tenido el resultado esperado por la población. Los usuarios reportaron en los medios de comunicación como “La Prensa” que se trata de “otro engaño”. La distribución en las estaciones de servicio no es constante, la cantidad de litros son insuficientes para atender la demanda y la desinformación genera molestia y caos.
La corrupción se apoderó de algunas bombas de gasolina. En el portal de “El Informador”, se lee que, para el mes de septiembre, fueron detenidas 132 personas por la reventa en dólares de gasolina.
Desde hace ocho meses las estaciones de servicio del estado Lara no cuentan con el suministro regular. Los entes gubernamentales han realizado varios experimentos para la distribución de combustible, pero ninguno funciona. Según José Toro Hardy, ex director de Petróleos de Venezuela, la irregularidad de esta situación continuará por largo tiempo. “En Venezuela se procesaban más 3 millones de barriles (de petróleo) al día. Era el mayor exportador internacional y se proyectaba que para el 2020 duplicaría su producción. En el mes de septiembre, en el país apenas se produjeron 339 mil barriles de crudo por día”, dice el experto en el portal de “El Universal”.
En la cotidianidad, la escasez de suministro de gasolina tiene expresiones de violencia. Tanto aquellas representadas por el contexto estructural que ocasiona daños en las condiciones de vida de las personas, la violencia de los funcionarios que agreden a los usuarios, así como aquellas peleas o riñas que se producen entre usuarios en un ambiente de grandes tensiones que, en la medida que pasan los días y se recrudecen los efectos de la espera, terminan violentándose.
Los rostros de la violencia en Venezuela son múltiples, como lo ha señalado durante los últimos años en sus informes el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV). Las condiciones de empobrecimiento y la pérdida del sentido de la institucionalidad por parte del Estado venezolano terminan generando factores que inciden negativamente en la convivencia ciudadana.