Prensa OVV Táchira
Datos procesados por el Observatorio de prensa del Observatorio venezolano de violencia en Táchira (OVV Táchira), dan cuenta del predominio de la agresión en el primer mes del año, pues ocupó 50% del total de hechos de violencia interpersonal, mientras que el homicidio intencional 27.8%, el secuestro 5.6%, y el robo 16.7%.
Según se puede observar en los datos, 57.1% (4) de las víctimas de agresión, fueron personas de sexo masculino, mientras que 42.9% (3) femeninas. En su mayoría, 75% de los casos, el móvil está asociado a riñas y otros conflictos, sobre todo, dentro del hogar, y 25% vinculado al robo. En tal sentido, en 16,6% de los casos, el victimario fue la pareja o expareja, 16,6% un compañero de trabajo, mientras que 33,2% fue un pariente consanguíneo, y vecinos 33,2% de los casos. Sobre este aspecto, Anna María Rondón Trejo, coordinadora del OVV Táchira señaló que se pone de manifiesto que los lazos de empatía presentes en las relaciones cercanas, se han visto afectados, llegando incluso a su rompimiento cuando los conflictos no son resueltos de manera eficiente.
Agregó Rondón que en cuanto al lugar de ocurrencia del delito los datos reflejan que 66,7% sucedieron en la zona donde vive la víctima y 33,3% fuera de la misma. Por su parte, en cuanto al arma utilizada, la fuerza física estuvo presente en 44,4% de los eventos, y en 55,6% el medio para materializar el delito fue un objeto cortante o punzante. Estos datos se encuentran claramente relacionados a la violencia interpersonal, cuyo móvil es la riña, dentro del hogar o en el vecindario.
Concluyó Rondón señalando que el aumento de la agresión, en los espacios del Táchira, da cuenta de un manejo inapropiado de los conflictos. “Si bien es cierto que los conflictos no podrán desaparecer del todo, no es menos cierto que pueden mejorarse las formas para enfrentarlos y superarlos, a fin de lograr reestablecer las relaciones pro sociales en estos espacios”. Otras variables a considerar- dijo- son las relacionadas a las condiciones económicas, pues la agresión intrafamiliar se recrudece ante la imposibilidad de cumplir las expectativas financieras en el hogar, máxime cuando se trata de las necesidades básicas como alimento y vestido y así se ha observado en los casos identificados.