Prensa OVV Zulia

El informe del año 2018 sobre la violencia en el estado Zulia revela que la región zuliana continúa en una situación de epidemia de violencia en todos sus municipios.

Por epidemia de violencia se entiende la alta probabilidad de que numerosos miembros de una población puedan ser víctimas de la violencia, en este caso de tipo delictiva. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) se está en situación de epidemia de violencia cuando un país o territorio tenga una tasa de 10 o más fallecidos de forma violenta por cada cien mil habitantes. El Zulia cerró el 2018 con una tasa de 63 muertes violentas por cada cien mil habitantes, lo que significa seis veces más que la tasa que la OMS establece para referirse a una violencia epidémica.

El profesor Johel Salas, coordinador del Observatorio Venezolano de Violencia Zulia (OVV Zulia), afirmó que todos los municipios del Zulia, unos más que otros, se encuentran en violencia epidémica. Por lo tanto, “todos los zulianos estamos en situación de riesgo en tanto que podemos ser víctimas, sin distingos, de la violencia delictiva”.

“El municipio Rosario de Perijá, que resultó el de menor tasa de muertes violentas en la región zuliana (32 muertes violentas por cada cien mil habitantes), presenta una tasa tres veces más alta que la media establecida por la OMS. Es alarmante el caso del municipio Santa Rita, que con una tasa de muertes violentas de 210, está veinte veces por encima de la media establecida por la OMS. Con esta tasa, Santa Rita se ubica en el puesto número 17 como el más violento entre los municipios del país”.

Esta La  Una mejora, si se considera que para el 2017 ocupaba el lugar número 11 en la lista de las entidades más peligrosas de Venezuela. A pesar de esta mejoría en las tasas de muertes violentas, el profesor Salas señala que la situación en el Zulia en materia de violencia delictiva es de primer orden, dado que otros delitos se han expandido exponencialmente y territorialmente.

El OVV Zulia observó en 2018 un desplazamiento de la actividad delictiva de unos delitos a otros que crecieron como la extorsión, el abigeato (se estima entre 6500 a 8000 el robo de ganado, con énfasis en el municipio Machiques de Perijá), el contrabando y bachaqueo de gasolina, el robo de cables y de lo que se ha llamado material estratégico, que entre otras consecuencias han dejado sin servicio de telefonía fija y de internet a vastos sectores de los distintos municipios del estado, y el desmantelamiento de unidades productivas.

Por otra parte, señala el coordinador del OVV Zulia, que se produjo un aumento de la violencia en zonas rurales vinculadas con la producción de alimentos. “Los resultados de los estudios cualitativos realizados en este sector dejan claro una mayor victimización de la población rural en delitos como la extorsión, el robo de ganado, el robo de cosecha y el robo de materiales y equipos en las unidades productivas”.

Se estima que al menos el 70% de los productores ubicados en la vía Machiques-Colón paga vacunas. Este pago se hace en dinero o en especies, según el tamaño de la unidad productiva. Igual suerte corren los proveedores que deben pagar vacuna en dólares para poder comercializar sus productos en la zona, dice Salas.

En el informe presentado por el OVV Zulia se evidencia un incremento de muertes violentas en manos de los cuerpos policiales y militares en la región. La letalidad de la acción policial y militar superó a la de la acción delictiva. De las muertes violentas en el Zulia, el 30% tuvo como móvil la resistencia a la autoridad, mientras que por robo se obtuvo un 27%. Según testimonios, muchos de los casos que se presentan como resistencia a la autoridad no fueron realmente producto de enfrentamiento sino de ejecuciones extrajudiciales en las que los cuerpos policiales y militares asesinan delincuentes en una suerte de política de exterminio que violenta todo el estado de derecho y profundiza aún más el quiebre institucional que sufre el país.

Señala, también el profesor Salas, que se consolidan la Costa Oriental y el Sur del Lago como las zonas más violentas de la entidad zuliana. Entre los cinco municipios más violentos, tres de ellos se encuentran ubicados en la Costa Oriental del Lago y dos en el Sur del Lago.

Para finalizar, Salas expresó que “una política para la erradicación de la violencia necesariamente debe basarse en la recuperación de las reglas del juego, en el recobro de valores proclives a una convivencia armónica, en la producción de mayor equidad y en una mano firme frente al delito, pero que esa mano se encuentre dentro del guante de la legalidad y no a sangre y fuego como al parecer se ha entendido por estos lados”.