Prensa OVV Nueva Esparta
Sindicatos ligados a la educación en Nueva Esparta estiman que 90% de los 348 planteles en la entidad, lo que equivale a 313 centros públicos de enseñanza -incluidos centros de educación inicial, escuelas y liceos- han sido saqueados por la delincuencia, hasta el punto de asegurar que muchos de éstos ya son casi “inexistentes”.
Dado que las instalaciones están prácticamente “en ruinas”, consideran casi una “misión imposible” el regreso a clases presenciales de 120 mil estudiantes en las islas de Margarita y Coche, el 25 de octubre, según lo dispuesto por el gobierno nacional, comentó Fermín Rivero, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores de la Enseñanza de Venezuela (Fenatev), capítulo estadal.
Sin embargo, las cifras oficiales de la Zona Educativa de Nueva Esparta (Zene) adscrita al Ministerio de Educación, indican 21 centros educativos en “estado crítico” a causa de los hurtos, de acuerdo al informe que entregó la institución a la ministra de la cartera, Yelitze Santaella, durante su reciente visita a la isla de Margarita en preparación del inicio del año escolar 2021-2022.
Esta cifra es errada para la dirigente Jacqueline Gil, del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza (FetraEnseñanza) filial Nueva Esparta, quien estima que la gran mayoría de los centros educativos de la entidad están en condiciones deplorables. “No están equipados, no tienen mantenimiento, las infraestructuras están colapsadas y han sido desvalijadas por el hampa”, dijo.
En el ámbito de la educación superior, la Universidad de Oriente Núcleo Nueva Esparta (Udone) ha reportado más de 20 hurtos en lo que va de año, principal motivo por el que no reanudarán actividades presenciales, según se pronunciaron las autoridades de esta casa de estudios a través de los medios.
Sin poder ocultar las malas condiciones de la infraestructura educativa en el país, la ministra Santaella informó que fueron entregados para el regreso a clases, de un modo paliativo, 800 mil bombillos a 15 mil escuelas y 98 instituciones universitarias.
Liceo emblemático en ruinas
El liceo Juan de Castellanos, en Juangriego, municipio Marcano, con 62 años de fundado, está en la lista de los 21 planteles en “estado crítico” de la Zona Educativa.
“Sentimos tristeza e impotencia al ver que una institución de la que han egresado muchísimos profesionales se encuentre en total estado de abandono”, comentan exalumnos de este liceo a través de la red social Facebook, mostrando imágenes de su precario estado.
Estudiantes del Juan de Castellanos aseguran que “los malandros no han dejado ni una olla del comedor. Se han llevado mesas, sillas, puertas, tuberías, bombonas de gas, pocetas; han destruido el cableado eléctrico”.
También la Unidad Educativa Vicente Marcano, en Porlamar, municipio Mariño, se encuentra prácticamente destruida. Vecinos del sector aseguraron a la prensa que desde el inicio de la pandemia las autoridades públicas se desentendieron de este centro educativo y el vandalismo se apoderó del recinto.
“Ya no queda prácticamente nada. Se han llevado las estructuras y todo lo que había dentro. Necesitamos que alguien se preocupe por el liceo y la comunidad. Tanto el centro educativo como las calles a su alrededor están a oscuras”, contó la vecina y egresada de la institución, Crismary Flores, al portal digital Todos Ahora.
La jefa de la Zona Educativa, Noris Soto, indicó que ya la institución había sido dotada de varios implementos, entre ellos una bomba de agua que luego fue hurtada. “Tenemos que buscar un plan de seguridad, porque volver a equipar es regalarle nuevamente todo a la delincuencia”, dijo, e informó que está en conversaciones al respecto con autoridades de la Zona Operativa de Defensa Integral (Zodi) Nueva Esparta.
Colegios permanecen alertas
Según la presidente de la Asociación Nacional de Institutos Educativos Privados (Andiep) de Nueva Esparta, Zonia Marcano, uno solo de los 22 colegios afiliados ha sido objeto de hurto desde inicios de la pandemia. Considera que esta situación bastante más favorable que la de los centros educativos públicos, se debe a los servicios de vigilancia privados a los que han recurrido ya que no hay patrullaje por parte de los organismos de seguridad, según dijo.
Los dueños de colegios se apoyan, además, en sistemas de protección como cercos eléctricos, alarmas y hasta perros guardianes. También asiste personal de guardia en las semanas de cuarentena radical. “Tenemos claro que no podemos dejar solas nuestras instalaciones”, afirmó la vocera, quien reconoce el estado de precariedad de las escuelas y liceos públicos por la inseguridad, situación que calificó de “bastante lamentable”.
Hasta hace 4 años, los directores de planteles en Porlamar, municipio Mariño, acostumbraban entregar las llaves de los recintos a comisiones de la policía municipal que realizaban el patrullaje nocturno, para que pudieran capturar a quienes entraban a hurtar en las instalaciones, estrategia que funcionaba con relativo éxito, como lo indicó el dueño de un colegio.
“Ya esto no se puede hacer porque es muy riesgoso entregar las llaves a un policía; nuestra vigilancia es privada”, dijo el propietario, quien prefirió que su identidad no fuera revelada.
El sector privado de la educación se ha tenido que “blindar” por cuenta propia, lo que ha arrojado buenos resultados. En esto, quizás, han contribuido fortuitamente las colas nocturnas para el suministro de gasolina en las adyacencias de algunos planteles, según el informante, quien indicó que los conductores, sin saberlo, participan de algún modo en la vigilancia.
Aumentan hurtos en pandemia
La Zona Educativa reconoce que en los planteles públicos han aumentado los hurtos durante la pandemia. “Lamentablemente sí ha habido más actos vandálicos; se roban los cables, los pupitres, las puertas, en fin, a pesar de que hemos tenido los puntos de asesoría pedagógica en las escuelas, pero ha habido semanas radicales y flexibles, y en esa fluctuación ocurren las cosas”, informó la titular de la Zene, Noris Soto, al OVV Nueva Esparta.
La funcionaria exhorta a la comunidad a estar más comprometida con la seguridad de los centros educativos. “Cuando hacemos el control y se logra agarrar a alguien, por lo general está ligado de alguna manera a la escuela”, afirmó.
Para los representantes del sector educativo, la imposibilidad de reanudar actividades se debe a que las instalaciones se encuentran factualmente inhabilitadas, pero a esto se suman, además, las condiciones de esta tercera ola de la pandemia que ubica a Nueva Esparta entre las regiones con más alta incidencia de contagios y con un aumento progresivo de casos, según los reportes oficiales.
A esto se añade que menos de 40% de los empleados del sector en la entidad se encuentran vacunados, según indicaron dirigentes sindicales.
Retorno sin condiciones
El equipo del OVV Nueva Esparta considera que no están dadas las condiciones de infraestructura ni sanitarias para iniciar clases presenciales en la entidad, debiendo mantenerse la modalidad a distancia.
En vista de que no se ha elaborado un plan especial de seguridad en las escuelas durante la pandemia, las representantes del equipo regional advierten que deberían establecerse urgentemente estrategias gubernamentales de resguardo y rehabilitación de las instalaciones con la participación interinstitucional y de toda la comunidad educativa.
“La contingencia exige un abordaje integral si se toma en cuenta, además, la deficiencia de servicios públicos como el agua y la electricidad que afecta a estas instituciones, lo que favorece la transmisión de enfermedades y la ejecución de delitos”, comentó Hilda Mendoza, coordinadora del OVV Nueva Esparta.
Asimismo, el equipo del Observatorio en la entidad afirma que se deberían considerar otros aspectos estructurales, como las deficientes condiciones laborales del sector educativo y la situación del transporte público, pues inciden en que permanezcan desiertos los planteles.
“En los lapsos de cuarentena más estrictos se debe propiciar que funcionen en las escuelas algunas actividades controladas de planificación educativa y consultas docentes, las cuales contribuirían indirectamente a la vigilancia de las instalaciones”, expresaron las investigadoras.