Prensa OVV Bolívar
En el siglo XXI, más que establecer conceptos doctrinarios sobre la esclavitud, se especifican actividades y situaciones que pueden asociarse a su versión globalizada. Así, trata y tráfico de personas, explotación laboral y sexual, matrimonios tempranos u obligados y la servidumbre por deudas son formas que, de acuerdo a nuestro marco jurídico, se constituyen en neoesclavitud.
Aunque la noción se encuentra diseminada en distintos compendios normativos, su comprensión inicia por dimensionar la libertad humana como la posibilidad de actuar en función de propios criterios, valores, razón y voluntad, a la par del libre desenvolvimiento, libertad de culto, credo, religión e identidad sexual, tal como consagra la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
De igual forma, estamentos como la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo; la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional; el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente Mujeres y Niños; el Protocolo Facultativo de la Convención de los Derechos del Niño, Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente y la Ley Orgánica sobre el Derecho de la Mujer a una Vida libre de Violencia contienen disposiciones destinadas a prevenir, mitigar y sancionar situaciones que involucren esclavitud moderna como, por ejemplo, servidumbre por deudas, adopción irregular, extracción de órganos, admisión o lucro por trabajo de niños hasta 8 años o contraindicados, inclusión de niños o adolescentes en grupos criminales, prostitución ajena o forzada, pornografía, turismo sexual y matrimonio servil.
No obstante, según el Índice Global de Esclavitud, alrededor de 40,3 millones de personas en el mundo son víctimas de alguna forma de esclavitud moderna, de las cuales 2 millones se encuentran en Latinoamérica, destacando Venezuela en el primer lugar con una tasa de 5,6 por cada 1000 personas, víctimas de alguna de estas formas de esclavitud.
Según estudios realizados, es coincidente tomar las implicaciones de la Emergencia Humanitaria Compleja que vive Venezuela como factor dinamizador de escenarios sociales, entre cuyas consecuencias adversas destaca la esclavitud moderna. Mas, cada uno de los estados que integran el territorio nacional vive dicha afectación de manera más o menos aguda, se hace más o menos perceptible en función de las características propias que como entidad posean.
Caso Bolívar
De acuerdo con un informe publicado por el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello intitulado De lo sexual a lo laboral: Formas de Esclavitud Moderna en el estado Bolívar, existen diversas formas de esclavitud moderna en la entidad, de las cuales se presentan con mayor frecuencia la explotación laboral, la explotación sexual, servidumbre y trata de personas, en donde se entiende que dichos delitos se producen arraigados en un escenario humanitario complejo que se agudiza por la “fiebre del oro” y que no se agota en los espacios de la actividad minera per se, sino que se hace extensiva a los demás municipios del estado e incluso, a otros estados del país.
Vulnerabilidad exacerbada
En general, Venezuela posee una hiperinflación de 10.000.000%; sin embargo, en Bolívar los precios de artículos de primera necesidad suelen triplicar los importes de otros estados, dado que son atados a los precios del oro, que a su vez fluctúa a la par del dólar. Un encarecimiento desmedido que ha mermado exponencialmente la calidad de vida de sus habitantes, viéndose en la necesidad de reducir a uno o dos el número de comidas diarias y desmejorado la calidad nutricional de los alimentos que consumen, entre otras tantas consecuencias que suscita.
Además, constantes y extensos cortes de energía eléctrica, ausencia prolongada de agua potable (incluso inexistente para algunas localidades), escasez de combustible, repunte de enfermedades endémicas, presencia de grupos armados irregulares, letalidad policial, disminución de plazas laborales, violencia estructural generalizada, así como la fractura de las instituciones y tejido social, son situaciones cotidianas que han motivado en el ciudadano la búsqueda permanente de soluciones rápidas que le faciliten superar dichos escollos.
Esclavitud moderna en el estado Bolívar
La forma más utilizada para la captación de personas en el estado Bolívar son las ofertas laborales engañosas. Estas ofertas resultan falsas a razón de dos factores: uno, mienten sobre el tipo de actividad a desarrollar; dos, por el engaño en las condiciones de la prestación, es decir, resultando verdadero el tipo de servicios a prestar, no cumplen con las contraprestaciones ofrecidas. Este tipo de casos es común en mujeres que se les ofreció trabajar como lavanderas o cocineras en campamentos mineros, pero en el sitio se les explicaba que sus funciones estaban asociadas a favores sexuales. También se evidencia engaño en las condiciones del trabajo minero cuando personas afirman, por ejemplo, que se les habían ofrecido casa y ésta resultó ser una barraca construida de palos y bolsas plásticas, que no les pagaban según lo acordado o que las horas de trabajo eran excesivas.
Mujeres, niñas y adolescentes encabezan la lista de víctimas en la entidad, siendo las formas de esclavitud más comunes: la explotación laboral y sexual. Resulta frecuente en la entidad la atracción de personas de otras naciones o estados del país para trabajar en establecimientos comerciales o restaurantes, con ofertas de alojamiento y comida que resultan atractivas, pero al final las condiciones son consideradas más que precarias, resultando retenidos sus documentos de identidad como garantía hasta que paguen la inversión por traslado, alojamiento y alimentación. Otra circunstancia asociada a la explotación laboral que generan especial preocupación, es el hecho del uso de niños, niñas, adolescentes y mujeres para trabajos pesados o de alto riesgo.
En relación a la explotación sexual, vinculada principalmente a la actividad minera, se ha evidenciado mujeres que son captadas bajo el engaño de trabajos asociados a labores domésticas (cocina, lavado, atención de comercios) y luego son obligadas a prostituirse, independientemente de la raza y edad.
En este sentido, ante la vulnerabilidad de estos grupos, desde el Observatorio Venezolano de Violencia en Bolívar (OVV Bolívar) hacemos un llamado a las autoridades e instituciones públicas a reforzar las medidas de seguridad y migratorias a los fines de evitar que situaciones como las aquí mencionadas sigan registrándose en la entidad.