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NTX/I/RRV/DAS

19 enero 2016

“El ciudadano común ha comenzado a cometer delitos, como hurtos, según reportes de El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), por lo que esta situación debe llamarnos a preocupación”, precisó el catedrático jubilado de la Universidad de Los Andes (ULA).

Salazar, en diálogo con Notimex, dijo que los ciudadanos participan en procesos anómicos cuando sienten que no existe autoridad y que cualquiera puede hacer lo que le venga en gana porque no habrá castigo. “Es una conducta que podemos apreciar diariamente en el tránsito”.

Detalló que se han hecho cotidianos los delitos con una motivación banal, donde no hay ningún tipo de control de emociones. “Los hurtos en los automercados son cada vez más frecuentes y quienes los cometen no son precisamente personas necesitadas”.

“Cuando una persona común, que cumple un horario de oficina, está dispuesta a arrebatar una cartera o un teléfono a su semejante, revela que sus principios y valores han comenzado a flaquear, posiblemente estimulada por la situación de impunidad que se vive en el país”, resaltó.

Explicó que la sociedad venezolana valora el trabajo, el esfuerzo, el ahorro como medio legítimo para obtener bienestar. Sin embargo en el contexto económico actual, ni siquiera un profesional puede aspirar a una vivienda si sólo tiene su sueldo.

“Por tanto hay un conflicto entre seguir la norma o desistir y obtener dinero por otras vías, y eso es precisamente lo que hemos estado observando últimamente, ya que la mayoría de los delitos son cometidos por personas con antecedentes limpios”, afirmó Salazar.

Destacó que en Caracas también existe anomia entre los conductores y transeúntes. “Los abusos que cometen los motorizados y peatones ante la señalización, se evidencia como en cualquier ciudad, sin embargo pareciera ser una especie de placer social violar la norma”.

Advirtió que “el hacinamiento, que se hace evidente durante “las horas pico” es otra causal. En Caracas no cabe un alma más, ya que esta ciudad fue hecha para un determinado número de personas y hoy está en el 80 por ciento de exceso de habitantes”.

Finalmente dijo que si no existe un ente regulador que haga cumplir las normas, la impunidad en Venezuela continuará alimentando progresivamente las conductas anómicas y consecuencialmente ello contribuirá a un mayor deterioro del entorno social.

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