Prensa OVV Mérida
En el andino estado Mérida, al occidente de Venezuela, las agresiones vienen en alza, al igual que las preocupaciones derivadas de esta realidad social.
Según lo confirma el seguimiento que realiza el equipo de investigación del Observatorio Venezolano de Violencia en Mérida (OVV Mérida) a los medios de comunicación regional, el primer cuatrimestre de 2022 reveló que las agresiones llegaron a 25 casos, superando ampliamente la cifra del 2021 (24 hechos) la de 2020 (14 casos), además de triplicar la del año 2019 donde solo se registraron 8 casos en el mismo período.
Los investigadores del OVV Mérida concluyen, con base a las cifras mencionadas, que claramente se aprecia en esta entidad, en los últimos años: “Una tendencia al aumento en este tipo de delito de violencia interpersonal”.
Incluso, la situación de aumento de las agresiones pudiera ser más grave ya que, según advierte el equipo, los 25 casos contabilizados de esta forma de violencia en estos primeros cuatro meses de 2022, son solo aquellos conocidos por la sociedad a partir de lo que publican los medios de información, por lo que es muy probable que esta cifra represente solo una fracción o proporción de los que en realidad están ocurriendo en suelo merideño.
Es importante apuntar que aunque las agresiones puedan pasar desapercibidas ante otras formas de violencia interpersonal más notorias -como los homicidios o las violaciones sexuales- su impacto físico y psicológico tiene fuertes repercusiones sociales, sobre todo para sectores vulnerables como las mujeres, los niños, niñas y adolescentes, según advierten entes como la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Más cifras de interés
Las agresiones se describen como: “Aplicación intencional o imprudente de fuerza física sobre el cuerpo de una persona”, según refiere la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (UNODC).
En Mérida, a partir de lo mostrado por el monitoreo de los casos de estos delitos publicados por la prensa local, se desprenden varios datos de gran relevancia para comprender el impacto de esta forma de violencia.
Por un lado, se revela que las 25 agresiones identificadas en el lapso analizado de 2022, dejaron como consecuencia 28 víctimas, donde más del 50% de los casos fueron niños, niñas y adolescentes (0 a 17 años), fundamentalmente de sexo masculino.
A la par de lo anterior, el monitoreo del OVV Mérida encontró que los 25 delitos ya mencionados fueron consumados por un total de 33 victimarios los cuales actuaron, en su mayoría, en contextos de violencia de pareja o familiar. “Esto último pudiera explicar que, en un 61,1% de los casos, el lugar de ocurrencia donde sucedió gran parte de las agresiones fue el hogar de la víctima”. Además, la revisión de los casos estableció que la fuerza física del agresor fue, en 72,0% de los casos, “el arma principal utilizada en la consumación del delito”. Destacó el equipo merideño.
Adicionalmente, se confirmó que los municipios con mayor número de casos de agresión durante el primer cuatrimestre de este año, fueron Libertador y Campo Elías, con 9 y 5 respectivamente.
Razones para la agresión
Es importante anotar que ya en los años 2020 y 2021 los organismos internacionales venían alertando sobre el incremento de la violencia -sobre todo en el hogar- en especial contra las mujeres y los niños, niñas y adolescentes.
Específicamente, entes como la OMS, la Organización de las Naciones Unidas dedicada a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres (ONU-Mujeres), la División de Desarrollo Social de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y las Unidades de Alianzas Públicas y de Protección de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef); consideran que la pandemia expuso a grupos vulnerables a más conductas violentas a causa de medidas como los confinamientos y las interrupciones de los servicios de apoyo vitales.
Los investigadores del OVV Mérida, adicionalmente a lo que indican las tendencias internacionales en materia de violencia interpersonal, conjeturan que el aumento de los casos de agresión en Mérida podría encontrar su explicación en la superposición de la emergencia humanitaria compleja por la que atraviesa Venezuela, los efectos sociales de la pandemia y las consiguientes secuelas de la cuarentena.
“Además, la violencia que se instauró en los hogares persiste o se ha agravado en muchos de ellos donde quizás ya desde hace años existía, por lo que es muy probable que también persistan tensiones en los hogares (por déficit de recursos económicos, de alimentos, servicios, por objetivos y/o metas no alcanzadas, entre otras), que podrían exacerbar esta situación de violencia”, expresa el análisis del monitoreo sobre lo que está ocasionando el incremento de la agresiones en la entidad andina.
Dos datos positivos
El seguimiento realizado a la prensa mostró dos hechos que pudieran tener una interpretación como aspectos positivos derivados de las cifras en alza de los casos de agresión en Mérida.
En primer lugar se estableció que en la gran mayoría de los casos -específicamente en 22 de los 25 delitos de agresión- fueron aprehendidos los victimarios responsables.
El segundo aspecto positivo, según el equipo de investigación del OVV Mérida, es el hecho de que se observa que cada vez y con más frecuencia, las víctimas (mujeres, niños, niñas y/o adolescentes) o familiares de víctimas, vecinos o conocidos, rompen el silencio ante el accionar de los victimarios que perpetran estos hechos violentos.
Finalmente, sobre estos dos hechos mencionados, el OVV Mérida expone que las redes sociales quizás tienen un doble efecto para incidir en la captura de los agresores y el “accionar ante los victimarios” ya que por una parte, coadyuvan a ser multiplicadoras de estas noticias, entre muchas otras de diferente naturaleza, y por otro lado, generan como una “sensación de apoyo” en las víctimas o familiares de víctimas que padecen la violencia, que quizás se arman de valor y denuncian los hechos. “Lo mismo ocurre en el caso de vecinos o conocidos que se atreven a colocar la denuncia para ayudar a las víctimas y sus familiares”, concluyen los investigadores.