Prensa OVV Zulia
De acuerdo a los datos del OVV Zulia, se contabilizaron 59 homicidios entre enero y julio mientras que en el mismo lapso, pero del año 2022, hubo 83 homicidios, arrojando la comparación 24 casos menos en cifras absolutas.
La palabra homicidio tiene una considerable utilización, relevancia y repercusión en la mayoría de las sociedades del mundo y la venezolana no escapa a ello. Este es un término de muy amplio uso por los ciudadanos ya que refiere directamente, a un atentado contra el mayor de los bienes jurídicos de cualquier ser humano, como es la vida. Pero no sólo se trata de la afectación de la víctima directa, que de por sí es extraordinariamente importante, sino que abarca o se extiende a la colectividad como un todo, ya que la convivialidad queda maltrecha. Por ello el homicidio es un delito de alto impacto social.
En el Manual de “Clasificación Internacional de Delitos con Fines Estadísticos”, elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), de marzo 2015, se establece que el homicidio se refiere a: Muerte ilícita causada intencionalmente a una persona.
Para la generalidad de los estudiosos del Derecho Penal se está ante un homicidio doloso cuando un individuo se plantea dar muerte a una persona y dispone los medios suficientes y necesarios para que ese deceso de ese otro se materialice. De allí que este tipo de conducta termina dañando seriamente la sociabilidad y por eso al homicidio se le considera un grave delito por cuanto comporta la destrucción de una vida humana.
Según, Jorge Govea Cabrera, coordinador del Observatorio Venezolano de Violencia del Zulia (OVV Zulia), en esa entidad federal del noroccidente de Venezuela, de acuerdo con las cifras recogidas y procesadas para el lapso que va de enero a julio del presente año 2023, se consumaron 59 homicidios en total, mientras que por vía de contrastación en el mismo lapso pero del año pasado 2022 hubo 83 homicidios, arrojando la comparación 24 casos menos en cifras absolutas.
Explicó Govea que tal cifra arroja un coeficiente promedial mensual de 8,43 casos, lo cual equivale a 0,28 de ocurrencia diaria en los 210 días que componen el período de los siete primeros meses de 2023, en otras palabras, aproximadamente cada 4 días una persona resultó muerta en la región zuliana por la acción letal.
Especificaciones de los homicidios
De acuerdo a la distribución temporal mensual real, en enero ocurrieron 8 homicidios, mientras que en febrero hubo 9. Marzo tuvo 11 (pico más alto), abril 8, mayo 8, junio 5 y julio 10. Porcentualmente el peso específico por número de casos de cada uno de los 7 meses aludidos fue de esta manera: enero 13,6 por ciento; febrero 15,3 por ciento; marzo 18,6 por ciento (el más elevado); abril 13,6 por ciento; mayo 13,6 por ciento; junio 8,5 por ciento (el más bajo); y julio 16,9 por ciento.
En relación a los 21 municipios que conforman político-territorialmente al estado Zulia, en 14 de ellos se registraron homicidios en el lapso bajo análisis, es decir, 7 quedaron libres de este flagelo de la violencia interpersonal letal. Ellos fueron: Guajira, Almirante Padilla, Machiques de Perijá, Simón Bolívar, Jesús María Semprum, Catatumbo y Francisco Javier Pulgar. Al mismo tiempo, el municipio más letal de todos fue el de la capital, como era de esperarse, ya que es el asiento de la ciudad de Maracaibo y, por ende con más población y complejidad social, con 13 casos, representativo a su vez de un 22 por ciento del total. Así le siguen en casos, San Francisco con 11 para un 18,6 por ciento; Sucre con 6 para un 10,2 por ciento; La Cañada de Urdaneta con 5 para un 8,5 por ciento; Baralt, Cabimas, Colón, Jesús Enrique Lossada, Miranda y Rosario de Perijá, con 3 cada uno y un 5,1 por ciento común, Machiques de Perijá y Valmore Rodríguez cada uno con 2 y un 3,4 por ciento común; Lagunillas y Mara presentaron 1 cada uno y un 1,7 por ciento común.
De los 59 homicidios intencionales ocurridos entre enero-julio de 2023, se cuenta con 21 casos de asesinatos (homicidio intencional calificado, que se comete con agravantes como premeditación, alevosía, traición, ensañamiento, veneno), que corresponden al 35,6 por ciento del total. 11 sicariatos (homicidio efectuado por encargo recibiendo el perpetrador a cambio un pago en dinero o bienes) que se traduce en 18,6 por ciento. Homicidio con atenuantes: 10 casos para un 16,9 por ciento. Agresión grave mortal: 5 casos para un 8,5 por ciento. Feminicidio: 3 casos para un 5,1 por ciento. Infanticidio: 2 casos para un 3,4 por ciento. No se obtuvo información precisa del cuál fue el tipo: 7 casos para un 11,9 por ciento.
Con respecto al tipo de arma utilizada para cometer el delito de homicidio, predominó el uso de las armas de fuego con 31 casos del total, para un 52,5 por ciento; en un segundo lugar por el empleo de objeto cortante o punzante 9 casos, para un 15,3 por ciento. Le sigue, en tercer lugar, el uso de la fuerza física con 7 casos para un 11,9 por ciento. En cuarto lugar, está el uso de otros objetos como madera, piedra o tubo, 3 casos para un 5,1 por ciento. En quinto lugar, nos encontramos con el empleo de explosivo (granada) con un único caso, que representa el 1,7 por ciento. Y por último, 8 casos donde no se ofreció información, y constituyen el 13,6 por ciento.
En relación a las edades de las víctimas los registros dicen lo siguiente: en el grupo etario de niños hubo cuatro homicidios en las edades de 0 (apenas meses de nacido), 1, 2 y 5 años.
En el conjunto poblacional de adolescentes hubo tres homicidios en los siguientes casos y edades: 1 de 16 y 2 de 17 años. En el segmento de adultos jóvenes hubo veintidós muertos cuyas edades fueron las siguientes: 1 de 18, 3 de 19, 1 de 21, 1 de 23, 1 de 25, 2 de 26, 1 de 28, 2 de 29, 1 de 30, 2 de 32, 2 de 33, 2 de 34, 1 de 36, 1 de 38, y 2 de 40 años. Para el grupo de adultos, la relación fue de 11 de casos y las edades fueron las siguientes: 2 de 44, 1 de 47, 1 de 48, 2 de 50, 1 de 51, 1 de 52, 1 de 54, 1 de 57, 1 y de 60 años. En cuanto a adultos mayores los casos fueron siete y las edades fueron: 1 de 67, 1 de 70, 1 de 75, 1 de 78, 1 de 79 y 2 de 87 años. No se tuvo conocimiento de la edad en 12 personas.
En torno al lugar de ocurrencia del homicidio se discrimina del siguiente modo: hogar de la víctima/victimario: 19 casos para un 32,2 por ciento del total de 59. Espacio abierto o en la calle: 19 casos para un 32,2 por ciento. Establecimientos comerciales: 5 casos para un 8,5 por ciento. Lugar de trabajo: 5 casos para un 8,5 por ciento. Prisiones e instituciones penales: 2 casos para un 3,4 por ciento. Y no se obtuvo información: 9 casos para 15,3 por ciento.
El contexto situacional se refiere a las circunstancias o situaciones en las que se producen los homicidios. En relación con grupos delictivos organizados, se reflejaron 14 casos para un 23,7 por ciento. También 2 casos representativos de un 3,4 por ciento conectados con el cometimiento del delito de robo. Al mismo tiempo 14 casos se presentaron para un 23,7 por ciento cometidos durante la comisión de otro delito distinto al robo. Asimismo 8 casos para un 13,6 por ciento llevados a cabo por la pareja u otro familiar. Igualmente se evidenciaron 8 casos para un 13,6 por ciento en el renglón de otra forma de homicidio interpersonal.
En relación al sexo de las víctimas, se tiene que 14 mujeres fueron víctimas de homicidio, que corresponde al 23,7 por ciento del total de casos de la data recogida. Por su parte, del sexo masculino fueron 45 víctimas, representando porcentualmente un 76,2 por ciento de los homicidios registrados.
En cuanto al comportamiento de este tipo de violencia interpersonal, Jorge Govea, señaló que el Zulia sigue una tendencia general a nivel nacional de descenso en los homicidios en términos absolutos. “Así que no es dable pensar que se trata sólo de una exclusiva situación observada en el Zulia, pues se está dando en todo el país, aunque obviamente no de un modo igual o parejo por cada estado”, señaló.
Explicó igualmente que la Plataforma de la Organización de Naciones Unidas (ONU) de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), da cuenta de la imparable migración de venezolanos y así precisó para el 5 de agosto de 2023 la existencia de 7.710.887 personas que han abandonado el país. Por supuesto, el estado Zulia no es una excepción al revisar la dinámica de este fenómeno, no obstante es bueno advertir que no se ofrecen cifras de disminución de la población por estado.
“Es altamente probable que un número nada despreciable de delincuentes, posibles victimarios propensos a asesinar a sus víctimas en la comisión de distintos delitos, se hayan ido también del país y aunque suene paradójico salieron a buscar “mejores oportunidades” para su actividad delictiva. Así lo evidencia la prensa de distintos países de la región latinoamericana y más allá a pesar muchas veces de cierto sesgo xenofóbico. E igualmente, visto desde la óptica de las potenciales víctimas, la migración desencadenada ha hecho que ciudadanos venezolanos se hayan establecido en otros países buscando mejorar su nivel de vida y seguridad personal y familiar” aseveró Govea.
Por otro lado, señaló el coordinador del OVV Zulia que en el caso de la región zuliana, el crimen organizado se enfiló hacia las actividades extorsivas, yendo tras los dólares americanos que comenzaron a fluir en las distintas actividades económicas, haciendo que disminuyera el delito de robo con posibles saldos letales que era más o menos lo habitual hasta hace varios años atrás. “Las bandas delictivas impusieron una especie de paz sociocriminal derivada del pago oportuno de la denominada “vacuna”, sin que esto signifique que no haya asesinatos selectivos justamente por negarse a pagar la también llamada “contribución”.
Destacó que dentro de los tipos de homicidios la modalidad del sicariato con 11 eventos que representan en el período escogido prácticamente la quinta parte del total. Eso significa la existencia de importantes núcleos de delincuencia organizada cobrando por ello. “Etariamente los adultos jóvenes (18 a 40 años) fueron mayoría con 22 homicidios del total de 59, o sea el 37,28 por ciento. Este segmento de la población es el que casi siempre por variadas razones está más en riesgo de ser víctima. Asimismo señaló que en el cometimiento de los 59 homicidios ocurridos entre enero y julio de 2023, preponderó la utilización de armas de fuego en 31 casos, que reflejan un 52,5 por ciento, es decir, un poco más de la mitad.
Finalmente, para Govea, de lo que sí está seguro es que este declive de los homicidios en los siete primeros meses del 2023 no es el resultado de una mejora en el desempeño de las diversas instituciones policiales del país y menos de una auténtica política pública de seguridad ciudadana, sino de los factores combinados expresados previamente.