Sumarium
Aída Moubayed

12 marzo, 2016

(Redacción Sumarium).- El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), en su balance final de 2015, indicó que la tasa de homicidios en el país alcanza la “cifra histórica” de 90 por cada 100.000 habitantes, es decir, una de cada cinco personas que mueren en América, son venezolanas.

Los estimados del OVV son que para final de 2015, hubo en el país 27.875 muertes violentas. Esta cifra pudiera colocar a Venezuela como el país más violento de América, luego de conocer las cifras de Honduras y El Salvador, debido a que Honduras, que en 2014 se encontraba en ese primer lugar, tuvo un descenso importante en el número de homicidios; pero El Salvador sufrió un incremento significativo, que lo pudiera colocar con una tasa igual o superior a la de Venezuela.

“En Venezuela está constituida una delincuencia, no solo agresiva, sino perfectamente estructurada. Hemos identificado ocho grandes bloques delincuenciales, que atentan contra la familia venezolana, estos ocho bloques deben estar conformando una estructura de unas 100.000 personas, que atentan contra 30 millones”, dijo a Sumarium el abogado criminalista Fermín Mármol García.

Estos son los ocho bloques criminales:

  • Bandas y megabandas criminales.
  • Colectivos armados y violentos, “que son los paramilitares urbanos”.
  • Frente Bolivariano de Liberación (FBL) y sus distintas divisiones, “que serían los paramilitares rurales”.
  • El “pranato carcelario” o “la república de los pranes”.
  • Seudosindicatos de la construcción y los seudosindicatos mineros.
  • Incidencia de extranjeros en Venezuela: Farc, ELN, paramilitares, garimpeiros y disidentes de cualquiera de estos grupos.
  • Holding de la corrupción.
  • Holding del tráfico ilegal de drogas y legitimación de capitales.

“Es decir, hipotéticamente, todos los días hay 100.000 personas que salen a las calles a cometer un delito, ya sean violentos (secuestro, robo, homicidio), o delitos de astucia (estafa, fraudes, apropiaciones indebidas, corrupción). Como lo dijo Eduardo Galeano: ‘La impunidad le hace propaganda al delito. La impunidad le hace publicidad al delincuente’. Y eso es lo que ha pasado en Venezuela, un país donde de cada 100 delitos, solo logran castigo casi el 6 %”, explicó Mármol.

Informes del OVV explican que el incremento de la violencia en el año 2015 ha acompañado el deterioro general de las condiciones de vida de la población venezolana: el empobrecimiento, la escasez, la inflación, el deterioro de las condiciones laborales de los trabajadores y asalariados, la disminución de la disponibilidad y variedad de alimentos y medicamentos, la debilidad creciente de los servicios de salud y educación, el incremento del miedo y la pérdida del espacio público.

MEGABANDAS CRIMINALES

A juicio del criminólogo Fermín Mármol García, las megabandas son un “hecho reciente” en el país: “Las megabandas están, de alguna manera, presentes luego del año 2009-2010. Las caracteriza el número de hombres y el poder logístico que tienen. Estamos hablando de estructuras de más de 80 integrantes… con armas cortas, largas y artefactos explosivos; la otra característica es que operan en varios estados simultáneamente”.

En el concepto de megabandas también se involucran las extorsiones, secuestros y tráfico de drogas. “Se fortalecieron producto de la impunidad, de malas políticas públicas, por ejemplo, en el campo penitenciario, y fueron estructuras que se terminaron de estimular con un plan nefasto, que se puso en vigencia en 2015, que fue el Plan de Pacificación. Esto falló en Centroamérica, pero se empeñaron en traerlo a Venezuela y también fracasó”.

Planes de seguridad

En el año 2015 estuvieron vigentes cuatro planes de seguridad: Patrullaje Inteligente, “un plan con éxito en Colombia, que fue llevado de Reino Unido”; la Operación de Liberación del Pueblo (OLP), “que se aplicó en las favelas de Brasil, pero aquí solo se tomaron capítulos iniciales”; el Plan Desarme, “un plan brasileño, que tuvo éxito allá pero aquí no”; y el Plan Pacificación, “que fue un plan fracasado en Centroamérica… Cuatro planes de seguridad y no pudieron hacer retroceder el homicidio, el secuestro, el tráfico ilegal de drogas y la corrupción”.

Con esos cuatro planes se suman un total de 23, entre regionales y nacionales, desarrollados por el chavismo en 17 años “a la cabeza de 15 ministros de Interior y Justicia. Esto ya es un mal síntoma… Ninguna empresa es exitosa si usted cambia a la junta directiva una vez al año y eso es lo que ha pasado en seguridad ciudadana. ¿15 ministros en 17 años desarrollando 23 planes de seguridad? Eso no tiene sentido”.

Para Mármol, la cantidad de planes y la poca efectividad en ellos es una muestra de que el país ha improvisado, “no le hemos dado continuidad a los programas, y es notorio que lo que impulsa un ministro es desechado por otro. Por ejemplo, el trabajo de la Conarepol (Comisión Nacional de Reforma Policial). Un ministro impulsó un gran trabajo con esta comisión, pero el ministro siguiente dijo: ‘Ese es un trabajo de derecha’, y lo desechó. Esa ha sido la gran tragedia en Venezuela”.

En Venezuela hemos tenido dos ley desarme y ninguna se ha cumplido
“Cómo es posible que un país que no está en guerra con sus vecinos ni con ningún imperio, el gasto militar sea el doble que el de seguridad ciudadana desde el año 2002 y nadie corrija esa situación… Los mejores hombres y mujeres no han estado en frente de las instituciones. Sin lugar a dudas tenemos un problema de políticas públicas”, sostuvo Mármol a Sumarium.

“Un arma menos, un homicidio menos”, fue el eslogan de Brasil cuando impulsó el Plan Desarme. Cuando se ejecutó en Venezuela, no tuvo el mismo éxito. “La excusa del desarme voluntario es montar una campaña masiva, invasiva, en radio y televisión, por tres años seguidos, para rescatar valores ciudadanos, buenas costumbres, y cumplimiento de la ley. Pero en Venezuela hemos tenido dos ley desarme y ninguna se ha cumplido”.

Mármol asegura que no existe el Plan Desarme en Venezuela, a pesar de ser una ley de la República. “Cuando se empiezan a deshilachar los planes, te das cuenta de que no tienen apoyo gubernamental. ¿Por qué no funciona el plan OLP? Porque usted mueve 700 efectivos a una zona determinada, y cuando se hace ese gran despliegue, las bandas criminales migran a otras partes. ¿Para qué sirve la OLP? Para rescatar unidades habitacionales de la Misión Vivienda; golpear a la delincuencia primitiva que opera en la zona; recuperar vehículos robados o hurtados. Para más nada sirve la OLP porque esos funcionarios duran 6 u 8 horas en la zona y después se van, y a los días vuelve la estructura criminal a apropiarse del lugar. ¿Qué debió haberse hecho? Que los funcionarios no se retiraran del lugar”.

Corrupción policial

“La buena noticia es que los países no mueren, solo se transforman”.

En Venezuela, el deterioro social ha hecho que se corrompa el banquero, el empresario, el docente, el médico, y hasta el policía. “No en vano Venezuela es el noveno país más corrupto o menos transparente de todo el planeta, según Transparencia Internacional. Es decir, el venezolano se alejó de los valores éticos, religiosos, del respeto a la autoridad y del cumplimiento a la ley”.

“Yo sí creo que hace falta que el Ejecutivo nacional saque la bandera de respeto, de convivencia ciudadana, y de mano firme contra el crimen. Pero si los subalternos ven que los jefes son unos bandidos, eso emulará. Sí hace falta rescatar la meritocracia… Es necesario que se le demuestre a la sociedad que no hay intocables ni por su poder político, ni económico, ni criminal”, puntualizó Mármol García.

El abogado fue enfático en esclarecer que el policía venezolano de hoy no sabe a quién se enfrenta: “Si detienen a determinada persona, le dicen que lo suelte porque es miembro de un colectivo, o de la FBL, o es protegido de algún diputado. Así no se puede trabajar, sin saber cuál es tu enemigo. Eso le está pasando al policía, al fiscal, al juez, que está cansado del telefonazo, del padrino, eso es lo que hay que acabar”.

Pero la buena noticia es que, como lo detalló el criminalista, los países no mueren, “solo se transforman; esta enfermedad se puede curar. Es lo que ha pasado con países vecinos, como lo está haciendo Colombia o Brasil. Producto de la calidad de vida hemos perdido nuestro gentilicio, nos hemos deteriorado, pero es una tarea que queda pendiente”.

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