Prensa OVV Táchira
Los datos obtenidos mediante el monitoreo de prensa del Observatorio Venezolano de Violencia en Táchira (OVV Táchira) indican que, en el mes de abril, la violencia intrafamiliar se convirtió en una situación recurrente en los hogares de las familias tachirenses, en el marco del confinamiento originado por el decreto de cuarentena, como medida preventiva del Coronavirus.
Aunque en los primeros meses de 2020 no se registraron casos de este tenor, en el cuarto mes del año el 12% de los sucesos están caracterizados por tratos crueles, maltrato físico, verbal, psicológico y abuso sexual en los hogares, que dejan como víctimas a siete menores de edad, con edades comprendidas entre los 20 meses de nacido, hasta los 11 años; mientras que los victimarios son padres jóvenes, de sexo masculino, cuyas edades oscilan entre los 20 y 34 años.
Según Anna María Rondón Trejo, coordinadora del OVV Táchira, “el hogar está dejando de ser el lugar más seguro para los menores de edad durante el confinamiento en el Táchira. Es la familia el principal núcleo de protección y amor, y paradójicamente es allí donde las mujeres y los niños, niñas y adolescentes se están convirtiendo en objetos de violencia. Ellos son las víctimas más propensas en esta situación, pues carecen de fuerza física ante sus progenitores y/o parejas, además que, en medio de la relación de poder, existe la creencia de que son ellos quienes deben mantener una actitud de sumisión dentro del hogar”.
También arguye que “el acrecentamiento de la crisis económica, asociada al confinamiento, es el principal detonante de la violencia intrafamiliar, que al no encontrar satisfechas las necesidades básicas de alimentación produce frustración en el grupo familiar, especialmente en los padres, quienes son los principales responsables de la manutención. Por otra parte, la convivencia permanente, en el mismo espacio, sin herramientas apropiadas para la distracción de los menores, ocasiona que se den en ellos episodios de rebeldía, intranquilidad e irritabilidad, actitudes propias de su desarrollo”, concluye la experta.
La gravedad de esta situación ha encendido alarmas entre los vecinos que integran las comunidades de los municipios Guásimos e Independencia del estado Táchira, donde este tipo violencia se ha hecho presente, al ser los encargados de hacer las denuncias ante los cuerpos de seguridad del Estado, pues la mayoría de las víctimas temen muchas veces por sus vidas y deciden callar, elevándose, con ello, el riesgo exponencial de seguir sufriendo este tipo de abusos y maltratos.