Prensa OVV Sucre

Durante siete días, la docente Wendy Ramos, de 38 años, luchó por su vida en el Hospital Universitario Antonio Patricio de Alcalá (Huapa) de Cumaná, tras recibir un impacto de bala en el pecho, propinado por su esposo César Ávila, de 49 años. El hecho ocurrió el 6 de septiembre, en la casa de ambos ubicada en la capital sucrense. Lamentablemente, Ramos falleció y su esposo -quien se desempeñaba como alguacil del Circuito Judicial Penal del estado Sucre- también, debido a que luego de herirla de gravedad, se suicidó.

Otro episodio similar había ocurrido unos días antes, también en Cumaná, cuando un hombre le disparó a su ex pareja en medio de una discusión. Eva Angelina Cuárez, de 28 años, era funcionaria de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), y falleció luego de ser trasladada a la emergencia del Huapa, producto de las heridas provocadas por impactos de bala que recibió en el rostro. Su ex pareja, el comisionado de la PNB, Antonio José Cova, de 53 años, se suicidó de un disparo en la cabeza.

Ambos hechos conmocionaron a la opinión pública sucrense y ponen en evidencia una situación que en muchos casos no se refleja en los medios de comunicación, pero que son recurrentes, según la opinión de algunos especialistas.

De acuerdo a la percepción del equipo de investigación del Observatorio Venezolano de Violencia en Sucre (OVV Sucre), los feminicidios no son una constante en los delitos registrados en el estado y las denuncias sobre violencia contra la mujer pocas veces salen a la luz pública, posiblemente para resguardar la identidad de las víctimas o por el temor a las represalias que puedan tomar los victimarios en su contra.

Durante el primer semestre de 2021, en el monitoreo a la prensa regional realizado por el OVV Sucre, apenas se identificaron 2 víctimas de feminicidio.

Desde la óptica especializada

El hermetismo ha rodeado históricamente la publicación en los medios de comunicación de los casos de suicidios registrados en la entidad oriental. Por un lado, por respeto a las víctimas y sus familiares; por otro, por temor a que este tipo de hechos se repitan en el diario acontecer, tal como ha sido confirmado por especialistas en comportamiento humano.

En lo que ha transcurrido del año 2021, el OVV Sucre ha monitoreado a través de su Observatorio de Prensa (OP), 4 suicidios.

Sin embargo, frente al registro de los 2 casos mencionados de feminicidio y posteriores suicidios ocurridos en menos de cuatro días, desde el OVV Sucre se consultó al psiquiatra Carlos Tineo, miembro de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría y de la organización Médicos Unidos de Venezuela, quien explicó que los casos de ansiedad, depresión, suicidios y violencia en general, también son una consecuencia de la situación país.

“Sin profundizar en las razones que provocaron cada uno de los hechos ocurridos durante el mes de septiembre en Cumaná, podemos advertir que los venezolanos estamos viviendo en pérdidas por las limitaciones a nivel de condiciones de vida: acceso a la comida, a la salud, a la educación y a los servicios, que traen como consecuencia cuadros de depresión, pero, además, está confirmado que las propias condiciones de vida, desde hace muchos años, terminan en violencia, porque se trata de un tema de supervivencia”, señaló el especialista.

En opinión del profesional de la psiquiatría, la violencia en el interior de los hogares está generada, a su vez, por la violencia externa. “Cuando hay unas condiciones de vida que te ponen en una situación general de riesgo, también te predisponen a ser más susceptible a un conflicto de pareja o familiar y, en general, a todos los tipos de violencia, porque tenemos un país que se ha convertido en un hervidero de generación de violencia, es decir, vivimos sometidos a niveles de violencia permanente”, aseveró.

Al consultarlo sobre la posibilidad que un caso de feminicidio y posterior suicidio haya servido de ejemplo o referencia para la ocurrencia del siguiente hecho, Tineo explicó que las conductas repetidas son posibles y están contempladas en la psicología social.

Por otro lado, el psiquiatra también lamentó que en Venezuela no haya políticas de prevención del suicidio. “Cuando empezó la pandemia, a través de Médicos Unidos de Venezuela, hicimos una serie de investigaciones, videos y escritos sobre su prevención y nos alarmamos por los hallazgos en ansiedad, depresión y suicidio que encontramos”, explicó.

El especialista confirmó que países como Argentina, Chile, Ecuador, Paraguay y Uruguay, cuentan con una serie de políticas de prevención; es decir, programas estatales de atención al público -vía telefónica y presencial- para llevarles terapias y medicamentos a las personas afectadas. “Nosotros propusimos aplicar un sistema similar de atención masiva en Venezuela, pero las recomendaciones no fueron tomadas en cuenta por el Estado, sino que implementamos iniciativas de la sociedad civil organizada a menor escala”, dijo.

Tanto el especialista consultado, como el equipo de investigación del OVV Sucre, coincidieron en señalar que se requieren políticas públicas que garanticen la calidad de vida de la población, y eso incluye prestar atención a las señales de alarma en torno a la ansiedad y la depresión de la población sucrense y venezolana en general.