Prensa OVV Sucre
Con una tasa de 26 muertes violentas por cada 100 mil habitantes, el estado Sucre ocupó el décimo noveno lugar en el ranking de violencia nacional durante el año 2022, de acuerdo al Informe Anual Regional de Violencia realizado por el Observatorio Venezolano de Violencia en Sucre (OVV Sucre).
La entidad oriental se encuentra entre las 20 entidades más violentas del país y pasó del décimo lugar en el año 2021, al décimo noveno en 2022.
Las razones de la disminución de la violencia en la entidad, de acuerdo al análisis del OVV Sucre podrían estar conectadas entre otros aspectos, con el proceso migratorio de venezolanos que afecta la densidad poblacional de todo el país.
De acuerdo a la información suministrada por el equipo de investigación del OVV Sucre, durante 2022, la tasa de homicidios fue de 12 muertes por cada 100 mil habitantes, la de muertes por intervención policial (MIP), fue de cuatro y muertes en averiguación ocho por cada 100 mil habitantes, respectivamente.
El municipio más violento fue Sucre (Cumaná), con una tasa de 88 muertes violentas por cada 100 mil habitantes, seguido de Bermúdez (Carúpano) con 24, en tercer lugar Montes (Cumanacoa) y Ribero (Cariaco), con 14 cada uno. Finalmente Arismendi (Río Caribe) y Valdez (Güiria), con 11 muertes violentas por cada 100 mil habitantes, respectivamente.
Cabe destacar que dentro de las variables estudiadas durante 2022, el municipio Sucre fue el más alto en homicidios (35) seguido de Bermúdez (14) y Montes (10).
Las muertes por intervención policial se registraron con mayor frecuencia en el municipio Sucre (19), Bermúdez (9) y Montes (2).
Mientras que las muertes en averiguación ocurrieron con mayor frecuencia en las jurisdicciones de Sucre (34), Bermúdez (14) y Ribero (8).
“Esta situación expresa que en Sucre por ser la capital del estado la situación sea de mayor índice, Bermúdez es la segunda ciudad económicamente activa del estado Sucre y eso implica que poblaciones cercanas se desplacen hacia ellas en busca de mejoras” indicó la coordinadora del OVV Sucre, Carmen Julia Amundarain.
Mientras que los municipios Montes y Ribero son fronterizos con el estado Monagas (troncales 1 y 10), donde operan Grupos Armados No Estatales (GANE).
Por otro lado, los municipios con baja tasa de muertes violentas (en un rango entre seis y cero) fueron: Mariño (6), Cajigal (5), Cruz Salmerón Acosta (4), Bolívar (4), Mejía (4), Libertador (3), Andrés Eloy Blanco (2), Andrés Mata y Benítez (0), respectivamente.
Esta baja frecuencia pudiera estar determinada por el poco registro o denuncias que en la actualidad se llevan a cabo en el estado Sucre y en la medida que estos municipios se alejan de las zonas de mayor población y con actividades comerciales dinámicas, son pocos los registros de violencia que pueden obtenerse.
Con relación a las parroquias con mayor tasa van en correspondencia con los datos anteriores, es decir, en el municipio Sucre: Altagracia (12), Santa Inés (8) y Valentín Valiente (7); en Bermúdez las parroquias que más destacan son Santa Catalina (8), Bolívar (5); y en el Municipio Arismendi, la que más sobresale es Río Caribe (8).
Con respecto a las Muertes por Intervención Policial (MIP), en el municipio Sucre resalta la parroquia Altagracia con siete muertes por cada 100 mil habitantes, Santa Inés (6) y la parroquia foránea de San Juan (4). Mientras que en el municipio Bermúdez, la parroquia Santa Rosa (4); y en el municipio Andrés Eloy Blanco, la parroquia Rómulo Gallegos (4).
En torno a las muertes en averiguación: en el municipio Sucre destacan la parroquia Altagracia (14) y Santa Inés (10) del área urbana y Raúl Leoni (6) del área foránea. En el municipio Bermúdez resaltan la parroquia Santa Catalina (8); y en el municipio Ribero la parroquia capital Cariaco (6).
La descripción parroquial a través de los municipios con mayor ocurrencia en muertes en averiguación, permite entender que el homicidio es el delito de violencia interpersonal de mayor gravedad y máxima expresión.
El OVV Sucre evidenció que más del 70% de estos sectores se corresponden con poblaciones y hogares que presentan condiciones socioeconómicas desfavorables y con alta densidad poblacional que sirven de caldo de cultivo para que se produzcan sucesos violentos.
Observatorio de Prensa
Con respecto al monitoreo de las víctimas de delitos, el homicidio intencional arrojó el porcentaje más alto con 53%, seguido de la tentativa de homicidio intencional 34%, agresión (incluye lesiones graves o leves, etc.) 10%, amenaza de muerte/agresión 3%, violación sexual y robo 1% cada una.
Dentro del tipo de homicidio intencional, el asesinato fue el de mayor ocurrencia en 67%, seguido de agresión grave mortal 26% y otros 3%.
Las víctimas de sexo masculino fueron 82% y las femeninas 18%. Cabe destacar que el grupo de edad productiva sigue siendo el más afectado entre los 23 y 27 a 29 años en 53,9% de los casos, seguido de los rangos 24-26 y 31-38 en 46% de los hechos registrados.
Por otro lado, el tipo de arma más utilizada en los delitos de 2022, fue el objeto cortante o punzante con 36%, seguido de las armas de fuego en 34%, la fuerza física 26%, y otras 4% de los casos registrados.
En el móvil de los hechos ocurridos en 2022 destacó el ajuste de cuentas (30), otra motivación (25), conflicto interpersonal (20), basado en el género (12), prejuicio y problema intrafamiliar (9), cada uno.
La mayor parte de los delitos sucedieron durante día de la semana en el día en 42% de los casos; día de la semana en la noche 20%, fin de semana en la noche 19%, fin de semana en el día 15% y día de la semana en la madrugada 4%.
De acuerdo al análisis del OVV Sucre, todo este panorama está inmerso en la situación de empobrecimiento generalizado y destrucción o parálisis de la actividad económica en la entidad sucrense y en el país, junto a la dolarización de algunos productos o servicios, lo que ha traído como consecuencia que la tendencia se refleje a una baja comparada con los anteriores años.
El OVV Sucre ratificó que el fenómeno de la violencia es un problema de salud pública y su influencia no sólo produce lesiones y defunciones, sino en el deterioro del entramado social.