Prensa OVV Región Capital
Durante los meses de enero, febrero y marzo de 2024, los homicidios acapararon el mayor porcentaje de la violencia interpersonal en el Área Metropolitana de Caracas, seguidos por delitos como el robo y las agresiones. El perfil de la criminalidad sigue una constante: hombres jóvenes asesinados mayormente por personas de su entorno familiar.
El inicio de 2024 mantuvo las tendencias delictivas observadas en el Área Metropolitana de Caracas (AMC) durante 2023. Entre enero y marzo de este año, el Observatorio de Prensa (OP) del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) Región Capital registró 49 eventos delictivos en los que hubo 78 víctimas y en los que destaca la preponderancia de los homicidios, robos y agresiones como los tipos de delitos más frecuentes.
De los 49 eventos delictivos registrados, 63% de los casos correspondieron a eventos de homicidio; a estos le siguieron los hechos de robo y agresión, con 14% y 10%, respectivamente. El OP también registró sucesos de secuestro, tentativa de homicidio, explotación sexual y amenazas de muerte o agresión, aunque estos tuvieron frecuencias más bajas en comparación con los tres tipos de delitos mencionados al inicio.
Por otra parte, el OP contabilizó 13 casos de Muertes por Intervención Policial en los que hubo 16 víctimas. La Policía Nacional Bolivariana (PNB) aparece como el organismo con más intervenciones, con 67% de los casos, seguida por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), con 25%. La totalidad de las víctimas de estos eventos fueron hombres y en su mayoría fueron jóvenes de 15 a 29 años, lo que sigue siendo una constante en las acciones emprendidas por los cuerpos de seguridad de Estado.
La violencia y sus víctimas en casi todas las edades
En el análisis demográfico de las víctimas de los delitos es llamativo ver que hubo víctimas en todos los grupos etarios a partir de los 15 años. Entre estos, los datos del OP en este primer trimestre señalan tres grupos de edades cuyas víctimas tuvieron las frecuencias más elevadas: el de 20 a 24 años y el de 30 a 34, que concentró cada uno 16% de los registros; y, en particular el de 45 a 49 años, que también reunió 13% de los casos.
Otros aspectos que configuran este análisis demográfico son el sexo y las ocupaciones de las víctimas. En este sentido, el monitoreo de prensa arrojó que 77% de las víctimas de los delitos eran hombres; 95% eran civiles y 88% trabajaban; en la mayoría de los casos como trabajadores del sector servicios, albañilería y oficios mecánicos.
En cuanto al perfil de los victimarios es inquietante el predominio de los delitos cometidos por los familiares y conocidos de las víctimas. Este tipo de victimario fue responsable de 41% de los sucesos registrados, superando en más de 15 puntos porcentuales a la delincuencia común, que concentró 25% de los casos analizados por el OP.
Al analizar el tipo de relación entre la víctima y victimario en ese 41% de eventos, se encontró que en seis de cada 10 casos se trató de la expareja o pareja de la víctima. Al profundizar en el contexto situacional de los delitos, una proporción importante fueron los hechos que resultaron en homicidio, como lo evidencia 28% de los casos que estuvieron vinculados con la violencia propinada por la pareja o un familiar. Este fenómeno viene siendo una de las expresiones de violencia más reiteradas en el AMC y es protagonizado tanto por hombres como por mujeres.
El impacto de la violencia familiar y con personas cercanas, en sus distintas manifestaciones, se ha ido generalizando sobre una trama de relaciones personales y familiares que ha permitido se sigan amparando y provocando actitudes y conductas negativas, en las que se aplica un poder abusivo que atenta contra el otro, algunas veces sin que se pueda evidenciar el detrimento o el daño ocasionado, pero que en muchos casos tiene como resultado lesiones graves o la muerte.
En opinión del equipo del OVV Región Capital, insistimos que la violencia interpersonal en todas sus formas debe ser atendida, identificando sus causas y factores que influyen, a fin de diseñar, implementar y evaluar programas de prevención en el AMC, que aseguren el bienestar para todos los grupos de edad y, cada vez sean menos las personas afectadas.