En los primeros 6 meses de 2022, las tres grandes tipologías de delitos que se presentaron en Nueva Esparta corresponden a hurtos, robos y lesiones personales, esto de acuerdo a los datos oficiales a los que ha tenido acceso el equipo de estadísticas del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV).
El hurto es el tipo de delito más frecuente con 46,3% del total de 376 procedimientos en el primer semestre en la entidad, seguido por el robo con 22,1% y las lesiones personales con 18,1%.
En cuanto al hurto —que sumado al robo da un considerable porcentaje de 68,4%—, tenemos que continúa la tendencia de 2021, cuando se observó que constituye un delito generalizado, con presencia en calles, zonas comerciales, instituciones educativas, hoteles, transporte público y en todas las áreas de actividad de los 11 municipios, evidenciando la falta de protección ciudadana y la débil seguridad jurídica en la entidad insular.
La zozobra en gran parte de la población ante el incremento de hurtos y robos es real y cotidiana. Se viene dando, especialmente, el aumento del desvalijamiento por parte de los llamados “chatarreros”, personas que sustraen materiales como aluminio, cobre y otros metales en las calles para su comercialización y procesamiento, actividad delictiva que en todas sus fases está cada vez más organizada.
Estos actos vandálicos, igualmente, se dan con frecuencia en escuelas y canchas deportivas, donde se despoja a las instalaciones del material ferroso que se encuentra en cables, pupitres, puertas, tuberías. Para el inicio del año escolar 2021-2022, sindicatos ligados a la educación en Nueva Esparta ya venían denunciando que 90% de los 348 planteles en la entidad, lo que equivale a 313 centros públicos de enseñanza —incluidos centros de educación inicial, escuelas y liceos— habían sido destruidos por los delincuentes.
En marzo, vecinos del sector Bella Vista, en Porlamar, denunciaron a través de los medios, el desmantelamiento del estadio del sector por parte de los “chatarreros”, quienes han sustraído prácticamente todas las piezas metálicas del lugar, afectando la práctica deportiva de más de 200 niños de esta popular comunidad del municipio Mariño. El entrenador Luis Ángel Franco, quien trabaja en el referido estadio, exhortó públicamente a la Alcaldía de Mariño y a la Gobernación, a poner control a la venta de chatarra.
Desde los primeros meses del año también se ha visto un aumento en las detenciones de niños y adolescentes en flagrancia, por los delitos de hurto y robo, entre otras cosas por estar involucrados en hechos de desvalijamiento de locales comerciales, deportivos e instituciones educativas.
Muchas veces estos niños y adolescentes son utilizados por delincuentes adultos para sacar mercancía de los establecimientos, a través de perforaciones en paredes, vidrieras rotas y rejas violentadas por donde ellos logran entrar más fácilmente. Igualmente, realizan la fractura de vidrios de los automóviles para sustraer compras y artículos de valor.
En este sentido, se ha visto al servicio de policía comunal de diversos organismos de seguridad, realizar charlas en centros educativos de la entidad para informar sobre las responsabilidades penales que pueden acarrear distintos delitos cometidos por adolescentes, como indicaron fuentes policiales en junio al medio digital Crónica Uno.
La emergencia humanitaria compleja que atraviesa el país y produce la pérdida del poder adquisitivo de las familias, así como la deserción escolar, sería un factor que incide en la integración de los niños y adolescentes a bandas delincuenciales. La miseria es aprovechada por los cabecillas de estas organizaciones delictivas a fin de atraer y reclutar a los más jóvenes, quienes se convierten en presas fáciles a causa de las múltiples necesidades materiales y los vacíos familiares y sociales.
Agresiones ocupan tercer lugar
En cuanto al delito de agresiones o lesiones personales, este va dirigido principalmente contra las mujeres, perpetrado por parejas, familiares o personas cercanas.
Entre los delitos de agresión que más conmocionaron a la población insular durante el primer semestre de 2022, está el caso de una niña de 6 años, quien regularmente era atada a la pata de una cama con una cadena de hierro por su madre y su padrastro. Eso sucedió durante meses. La niña no recibía suficiente alimentación y se encontraba en medio de un entorno insalubre.
Además se registró un femicidio contra una ciudadana de 69 años, quien fue apuñalada por su esposo de 74 años, hecho que conmocionó a los vecinos de Los Robles (Maneiro) y a toda la colectividad insular.
En líneas generales, de acuerdo con las estadísticas, los espacios abiertos son los sitios predominantes de los delitos (38%), sin embargo encontramos que el hogar, aunque en menor proporción dentro de la totalidad, continúa siendo, paradójicamente, el escenario más importante de la violencia contra mujeres, niños y adolescentes.
Equipo OVV Nueva Esparta