Prensa OVV Trujillo
La mayoría de las víctimas fueron hombres, los que representó el 67% de las víctimas, mientras que las mujeres 33%. Mayo fue el mes con mayor número de casos.
El Observatorio Venezolano de Violencia en Trujillo (OVV Trujillo), ha registrado 15 casos de suicidio y 2 intentos en lo que va de 2023, colocando a la entidad andina en el sexto lugar en el ranking nacional en términos de tasa de suicidios.
Trujillo -hasta el 10 de julio- presenta una tasa de suicidios de 6,7 por cada 100 mil habitantes. Los estados que lo preceden son Mérida (13,8), Aragua (9,4), Zulia (8,0), Portuguesa (7,6) y Barina (7,1).
En la región trujillana, la mayoría de las víctimas fueron hombres, representando el 67%, mientras que las mujeres un 33%. Las edades comprendían entre los 16 y 62 años. Un 20% (3) adolescentes, 20% (3) jóvenes adultos y 53% (8) adultos entre los 48 y 62 años.
Según el monitoreo a la prensa regional, la asfixia mecánica por ahorcamiento fue el método más utilizado para llevar a cabo los suicidios, representando un preocupante 86,6% de los casos registrados. Otros métodos, como el envenenamiento y otros, representaron un 6,6% cada uno. La depresión se identificó como la principal causa subyacente detrás de la mayoría de los casos de suicidio en Trujillo, representando el 53% de los casos reportados.
En cuanto a la distribución geográfica de los casos, Boconó aparece con 5, Urdaneta 4, Valera 3, Carache 2 y Escuque 1. Con relación a los intentos de suicidios, Valera (1) y Trujillo (1).
Según el Informe Anual de Violencia Autoinfligida en Venezuela 2022, entre los factores que conducen a las personas a atentar contra su vida se encuentran el elevado índice de pobreza y el incremento de la desigualdad social, ambas situaciones derivadas de la Emergencia Humanitaria Compleja (EHC) que vive el país. A esto se le suma el aumento de casos de depresión y ansiedad; desesperanza; disfuncionalidad y desestructuración familiar; violencia doméstica, sexual, de género y contra niños, niñas y adolescentes (NNA) entre otros.
Para el equipo del OVV Trujillo es imperante abordar el flagelo de la depresión no sólo como una patología individual, sino con una visión multifactorial que la ubica como un fenómeno social. En el 2022 algunos expertos en salud pública señalaban que la pandemia del COVID-19 había traído muchos cambios en las vidas de los venezolanos, generando sentimientos de desesperanza que incidían en el aumento de los casos de depresión. El tema es que, una vez que Venezuela volvió a su cotidianidad y superada la pandemia, los casos de depresión siguen creciendo. Sólo en el lapso comprendido entre el 01 de enero y el 15 de julio del 2023, la entidad trujillana contabilizó más del 50% de las muertes autoinfligidas causadas por la depresión y aunque los suicidios no se producen por una única razón, ese porcentaje es preocupante.
Los datos del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) revelan que, durante el primer trimestre de 2023, la actividad económica ya registraba una caída de 8,3% en comparación con el período anterior, y acumuló un 100,8 % de inflación en el primer semestre de 2023. Esta situación es un factor a considerar en el aumento progresivo de la depresión, considerando la alta inflación, los bajos ingresos para adquirir alimentos y medicinas, la caída de los ingresos petroleros y la devaluación de la moneda, entre otros factores que afectan la economía venezolana y mantienen una situación de crisis en todo el país que ha afectado la salud mental de los trujillanos que decidieron poner fin a sus vidas.
Tal como lo viene señalando en equipo del OVV, esta situación incide en el estrés emocional de los andinos, quienes presentan las más altas tasas de depresión en Venezuela. Este es un problema que ha afectado gravemente cotidianidad de los trujillanos. En la región existe poco personal especializado en la prevención de suicidios, así como falta de inversión, capacitación y apoyo de los entes gubernamentales para atender este tipo de situaciones.
Para el OVV Trujillo, es fundamental invertir en la formación de profesionales de la salud mental, como psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales, lo cual coadyuvará en gran medida, en la prevención y atención del suicidio, brindando apoyo y recursos adecuados para prevenir futuros sucesos.