Prensa OVV Mérida

En lo que va del año 2023 se ha confirmado la tendencia de aumento de casos de violencia autoinfligida, entre los que destaca, por su dramatismo, las muertes por suicidio. En este contexto, en el caso de la entidad merideña resalta el protagonismo del método de lanzarse desde lugares elevados, un hecho que los investigadores del OVV Mérida asocian al llamado “efecto imitación” que probablemente está siendo motivado por el intenso uso de las redes sociales y, en algunos casos, por prácticas informativas que contravienen recomendaciones de la OMS.

Una tendencia inquietante se viene asomando con insistencia en los datos que recoge el Observatorio Venezolano de Violencia en Mérida (OVV Mérida) a partir del monitoreo de medios para determinar los casos de violencia autoinfligida, específicamente en el período que abarca desde el mes enero al 26 de agosto del año en curso, 2023.

Durante el referido lapso de tiempo se registró en suelo merideño un total de 39 casos de presuntas muertes por suicidio y 18 intentos de suicidio. Pero no es sólo la cantidad en sí misma lo que preocupa a los investigadores, sino el aspecto referido al método empleado para consumar los suicidios: si bien de la primera totalidad indicada (39 personas) en 59,5% de los casos se empleó el ahorcamiento, hubo un 27,0% de los suicidas que emplearon el fatídico método de lanzarse desde un lugar elevado, lo que equivale a 10 personas que usaron ese procedimiento.

La novedad radica en el hecho de que es la primera vez en los registros del OVV Mérida -llevados desde el año 2020 a partir de la revisión de medios de comunicación- que el método de lanzarse al vacío se ubica en el segundo lugar en la entidad y desplaza al tercer puesto al envenenamiento, con 10,8%. En cuarto lugar se posiciona el dispararse con un arma de fuego con 2,7%.

En una secuencia cronológica referida exclusivamente a los hechos registrados a partir del método de lanzarse desde un lugar elevado (que incluye 10 suicidios y 15 intentos), los investigadores identificaron en Mérida los siguientes casos en lo que va de 2023:

Enero: un intento de una adolescente en un edificio ubicado en el municipio Alberto Adriani.

Marzo: un suicidio de un hombre al lanzarse desde el viaducto Miranda y un intento de un joven en el viaducto Sucre, ambos casos en el municipio Libertador.

Abril: un estudiante se lanzó del viaducto Sucre, y 2 sexagenarios y un joven se lanzaron del viaducto Miranda. En lo que concierne a intentos hubo este mes un caso de un joven en el viaducto Miranda, todos en el municipio Libertador.

Mayo: un hombre se lanzó del viaducto Miranda y otro se lanzó al vacío por un precipicio en el sector El Vallecito, además ocurrió un intento de un joven en el viaducto Miranda. Los tres casos se corresponden con el municipio Libertador.

Junio: un intento de una joven en el viaducto Miranda, municipio Libertador.

Julio: 2 intentos, uno de un joven y otro de un hombre en un puente sobre el río Chama, ambos en el municipio Campo Elías. Un intento de un adolescente en una posada de dos pisos en el municipio Miranda y 2 intentos, se trató de una mujer y un joven en el viaducto Sucre, municipio Libertador.

Agosto: 2 suicidios, un septuagenario y un sexagenario en el viaducto Miranda (municipio Libertador) y un octogenario en un puente sobre el río Chama -en el sector El Cambio- también perteneciente al municipio Libertador. Un intento de una adolescente sobre el río Santo Domingo en el municipio Cardenal Quintero, uno de una mujer en el viaducto Sucre (municipio Libertador), otro de un hombre en un puente sobre el río Chama, municipio Alberto Adriani, y dos intentos más -un hombre y una mujer- en el viaducto Miranda, municipio Libertador.

Para el profesor Gustavo Páez, coordinador del OVV Mérida, lo que sucede en esta entidad no dista mucho de los estudios internacionales emprendidos por entes como la Organización Mundial de la Salud (OMS), que dan cuenta del hecho de que en todo el mundo lanzarse desde un lugar elevado (edificios, puentes y viaductos) “es uno de los principales métodos empleados por las personas para atentar contra su vida, después del ahorcamiento, el envenenamiento y dispararse con armas de fuego, en ese orden de importancia, mismo patrón que se observa en Venezuela, en función de los estudios realizados”.

Adicionalmente, a partir de esta llamativa tendencia de los casos de violencia autoinfligida en Mérida, otra particularidad -que coincide con una investigación presentada en 2021 y que elaboró la OMS tomando como área de estudio el continente americano- es que cuando se trata de suicidios empleando el método de lanzarse de un lugar elevado, el sexo femenino muestra un valor más elevado que el masculino dentro de la totalidad de casos que se registran dentro de cada sexo. “En Mérida se observa esa tendencia: 40% mujeres versus 25% hombres, respectivamente”, apuntó Páez sobre este revelador dato.

Variantes en el ámbito merideño

Si bien, como ya indicó, el OVV Mérida ha corroborado que en esta entidad andina se siguen los mismos principales métodos empleados para consumar el acto suicida (los ya mencionados: ahorcamiento, envenenamiento, dispararse con armas de fuego y lanzarse de lugares elevados) “a lo interno del estado, se aprecian variantes”.

Al respecto, Gustavo Páez aclaró que “en un buen número de municipios rurales de Mérida se utiliza más el método del envenenamiento por medio de la ingesta de agroquímicos, mientras que en los municipios urbanos tiende a dominar más el ahorcamiento. Las armas de fuego se ubican en el tercer puesto, pero sus valores están muy alejados de aquellos dos primeros métodos”.

Más en detalle, en el municipio Libertador -donde se asienta la capital de la entidad-, según un estudio realizado en 2020 por el OVV Mérida, en los dos primeros lugares se posicionan el ahorcamiento y el envenenamiento pero en este caso con fármacos y sustancias químicas de distinto tipo (ambos métodos se utilizan en más del 85% de los casos). En tercer lugar aparece el método de lanzase de un lugar elevado y Libertador resulta ser el único municipio de los 23 que conforman la entidad andina, donde resalta este método. En las demás entidades municipales, en tercer lugar aparece la acción de dispararse con un arma de fuego.

En opinión de los investigadores, la razón lógica que explica ese hecho es que en la capital merideña se construyeron tres viaductos que conectan a la ciudad de este a oeste. Se trata del Campo Elías, el Miranda y el Sucre, cada estructura con una altura máxima superior a 25 metros en su parte central. Además, así como en cualquiera de los restantes municipios, también se construyeron puentes de distinto tipo pero con elevaciones menores. También destacan que los viaductos, desde su construcción, siempre han sido espacios para atentar contra la vida y que existen algunos estudios que indican la incidencia de los viaductos en el historial suicida en esta entidad.

Para el coordinador del OVV Mérida lo cierto es que, en definitiva, “no es algo nuevo el hecho de que los viaductos sean lugares escogidos por las personas para atentar contra sus vidas, así como tampoco es novedoso que en ciertos momentos ocurran varios casos continuos de suicidios o de intentos de suicidio en estas infraestructuras”. Otra razón que explica la situación de Libertador, es que es el municipio con mayor desarrollo de construcción vertical de la región merideña (edificio de diferentes alturas), de allí que sean utilizadas por las personas para suicidarse.

Sin embargo, estos sucesos no deben verse como algo normal o natural, como sucesos que siempre han ocurrido y que seguirán ocurriendo. Tal y como el OVV Mérida ha insistido en varias oportunidades, “cada muerte por suicidio cuenta, cada intento de suicidio cuenta, cada suceso es importante, y hay que verlos y analizarlos con la importancia que merecen”.

Advierten los investigadores que si bien existe, en el caso de Mérida, una singularidad que comenzó a configurarse entre los años 60 y 70, la entidad no es la misma que en décadas pasadas. “Hay que entender que el aumento de las muertes por suicidio en Mérida no es consecuencia en su totalidad necesariamente de esa singularidad que se gestó desde hace más de sesenta años”.

Sobre este punto Páez explicó que el aumento en los casos de violencia autoinfligida en Mérida en realidad “es una tendencia que se observa en la mayoría de las entidades de Venezuela”. Esta circunstancia ha sido estudiada por el OVV Mérida haciendo uso de sólidos procedimientos metodológicos “que dejan en evidencia que en todo el país aumentó la tasa de suicidios”.

Puentes: fatal atracción

El OVV Mérida, con base en evidencias científicas recabadas durante casi siete años (2017-2023) de estudio social del suicidio en Mérida y en toda Venezuela, señala que existen en la entidad y en el país tres grandes grupos de personas que están atentando contra su vida.

Sobre estos grupos, se explica que un primer conjunto de individuos son los que se ven invadidos e influenciados por diferentes factores de riesgo asociados a comportamientos suicidas, los cuales están relacionados directa o indirectamente con la emergencia humanitaria compleja. Luego, un segundo grupo estaría afectado por factores que no están conectados con la emergencia pero que por su parte generan fuertes tensiones sobre las personas y conducen a un buen número a atentar contra su vida. Finalmente, un tercer grupo surge de la combinación de los dos anteriores.

A propósito de esta caracterización, el coordinador del OVV Mérida comentó que “cualquier persona -merideño- que se encuentre invadido por un número dado de factores de riesgo asociados a conductas suicidas -que pertenezca a cualquiera de esos tres grupos descritos- y que por ello presente un nivel de vulnerabilidad en los actuales momentos con ideación suicida o con un plan suicida, o que haya intentado previamente suicidarse o que en un momento dado sufra un episodio de impulsividad; sería un individuo con una probabilidad relativamente elevada de verse sugestionado a utilizar el método de lanzarse desde un lugar elevado”. Esto dejaría el escenario servido para que los lugares elevados, sobre todo los icónicos y accesibles viaductos de la ciudad de Mérida, aparezcan como una marcada opción en los planes suicidas de esos grupos vulnerables. No obstante, existe un factor adicional que estaría obrando en favor del aumento de esta modalidad suicida: los medios de comunicación y la intensa exposición del tema en las redes social.

El efecto “imitación”

Para el OVV Mérida la sugestión social que ejercen los viaductos y otros espacios elevados como opción de método suicida, “es el resultado de la influencia que podrían ejercer, por un lado, los medios de comunicación reseñando noticias de suicidios e intentos sin estar apegados a recomendaciones internacionales para el tratamiento correcto del tema y para la comunicación acertada y responsable del mismo y, por otro lado, debido a la información que publican múltiples personas usuarios de las redes sociales a través del uso masivo de los teléfonos inteligentes”.

Es importante resaltar que según la OMS, diversos estudios en el mundo han demostrado la influencia que pueden llegar a tener los medios si no tratan el tema del suicidio con responsabilidad, siendo el error más común en los medios de Mérida, y de toda Venezuela, el dar detalles sobre el método suicida empleado por las personas. En este punto, salta a relucir la exposición mediática que tienen los viaductos merideños.

“La situación se empeora aún más -detalló Gustavo Páez- con los comentarios que realizan las personas por redes sociales al momento de ocurrir un hecho suicida o reenviando la noticia cuantas veces gusten, o publicando fotos y videos -en las redes- tomados con teléfonos inteligentes cuando una persona está a punto de lanzarse por un viaducto o puente. Entonces, no solo llega a los teléfonos inteligentes de las personas vulnerables la información que se publica en los medios de comunicación -la inmensa mayoría en formato digital- sino que también les llega directamente a sus teléfonos aquellas fotos y videos”.

A partir de esta realidad, desde el OVV Mérida consideran que la ola de casos de suicidio y de intento de suicidio suscitada en este año 2023 en Mérida, usando el método de lanzarse desde un lugar elevado, es el resultado de una “imitación” suicida (conocido también como efecto Werther) de parte de personas vulnerables que están siendo invadidas por diferentes combinaciones de factores de riesgo: diagnóstico de una enfermedad, duelo no superado por un familiar que falleció o que migró del país, crisis económica en el hogar, orientación sexual no reconocida por la persona o por familiares y amigos, problemas y conflictos familiares o sentimentales o de parejas, intentos de suicidio previos, familias con antecedentes suicidas, incluso los medios cuando transmiten casos de suicidio o de intento de forma no responsable, reconocido por la OMS como un factor de riesgo suicida.

Es necesario destacar que el efecto Werther se refiere a aquel fenómeno mediante el cual la observación o notificación del suicidio de una persona -por los medios de comunicación o por cuentas privadas de redes sociales de personas- conduce a otra (u otras) a intentar imitar dicha muerte. Según algunas investigaciones se trata de un problema que ha llegado a convertirse en epidémico en algunos casos, conduciendo a suicidios masivos.

Páez consideró, además, que “estamos ante una conducta de imitación que suele darse en población de riesgo (vulnerable) que ve el suicidio como forma de liberarse del sufrimiento que esté padeciendo en un momento dado y que ante la observación de uno o varios casos con características semejantes a los propios pueden llegar a pensar en quitarse la vida”. Por tanto, los investigadores no descartan que se esté idealizando la figura del suicida o del acto del suicidio en sí en un buen número de individuos -de diferentes edades y bajo situación de riesgo- al enterarse de personas que están atentando contra su vida por el método analizado, o que la información disponible de los casos que llegan a ser conocidos por la sociedad -a través de los medios y redes sociales- hagan pensar en este como una vía de actuación.

Es importante destacar que la imitación suele darse no sólo en el hecho de suicidarse sino también en la metodología empleada, y es precisamente lo que se está viendo en Mérida en estos actuales momentos. También el nivel de detalle e información respecto a los casos conocidos y la explicación de los métodos empleados parecen facilitar más intentos de imitación por parte de otras personas, situación también que se aprecia en esta entidad andina.

Tres recomendaciones

Para el OVV Mérida, la particular situación de violencia autoinflingida en esta entidad andina debe verse como un llamado de auxilio que invoca la sociedad -no sólo la merideña sino la venezolana en general- frente a la tendencia de aumento de las muertes por suicidio.

En ese sentido, esta organización plantea tres recomendaciones para ser aplicadas con la urgencia del caso: la primera, dirigida a las autoridades de gobierno -tanto locales, regionales como nacionales- en el sentido de buscar la manera de generar un diálogo abierto sobre este tema y diseñar políticas públicas integrales de prevención/mitigación y de preparación/respuesta que inicialmente frenen y más adelante reviertan la situación.

Una segunda recomendación, para toda la sociedad, apunta a hablar de forma responsable sobre el tema del suicidio. “El problema no se arreglará evitando, evadiendo o censurando la discusión pública, sino asumiéndola de manera responsable”, indica el OVV Mérida.

Una tercera recomendación va dirigida específicamente a los medios de comunicación y a los periodistas a quienes se exhorta a poner en práctica las recomendaciones que de manera conjunta ofrecen la OMS y la OPS, establecidas en su folleto sobre “Prevención del Suicidio: un recurso para los profesionales de los medios de comunicación”, y que está disponible en la página de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), específicamente en: https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/49121/OPSNMH180021spa.pdf. A propósito de este último aspecto, el OVV Mérida se encuentra planificando un taller que se dictará a mediados del mes de septiembre a los periodistas interesados en acceder a orientaciones que mejoren la cobertura de noticias vinculas con la violencia autoinfligida.