Prensa OVV Táchira

Desde el Observatorio Venezolano de Violencia en Táchira (OVV Táchira), a través del monitoreo de prensa del “Diario La Nación”, se obtuvo que el delito con mayor incidencia en el mes de septiembre fue el robo, con un 42,9% de los casos de violencia interpersonal en la entidad andina.

De acuerdo a los testimonios de las víctimas, éstas son interceptadas por motorizados en las primeras horas del día, en día de semana (35,7%), y en plena vía pública (28,6%), cuando deben trasladarse a sus trabajos caminando, por la ausencia de transporte público. La carencia de este servicio ha dejado a los ciudadanos a merced de la delincuencia, especialmente porque no existe patrullaje policial en las mañanas y los victimarios logran perpetrar el delito, con armas de fuego, y portando cascos que no permiten reconocer sus rostros.

Por otra parte, los robos se han visto acompañados de la extorsión, que tuvo una incidencia de un 21,4%. El carácter peculiar de esta fusión delictiva se halla en el hecho de que los victimarios deciden robar pertenencias de valor, como motocicletas, y posteriormente extorsionan a sus víctimas para la entrega, constriñéndoles a pagar sumas en divisas, y en caso de negativa, amenazan con que esos artículos serán vendidos en Norte de Santander Colombia. Otros robos se han perpetrado junto al secuestro (7,1%), sustrayendo a las víctimas de sus hogares por los ladrones.

Las zonas afectadas por este delito son la capital del estado, el municipio San Cristóbal (83,33%), y el municipio fronterizo García de Hevia (16,66%).

Para Anna María Rondón Trejo, criminóloga y coordinadora del OVV en la región, “los datos advierten que nuevamente la curva de robo y otros delitos comunes está en aumento como en años anteriores, y esto puede explicarse por el desplazamiento del delito que ha devenido, producto de los distintos movimientos migratorios de delincuentes, tanto dentro del país (buscando la cercanía con la frontera), como desde el extranjero hacia Venezuela, por las complicaciones en los países de acogida frente a la pandemia global por el Coronavirus, y que en su retorno se han asentado en el estado Táchira. Por otra parte, tal y como revelan los datos, la falta de controles formales e informales también ocasiona el acrecentamiento de esta clase de delitos, aumentando sostenidamente la impunidad, y con ella, la percepción de anarquía que se pudiera generar en un contexto “abandonado” por los cuerpos de seguridad, aniquilando el efecto disuasivo que tiene en sí, la aplicación de la ley per se, fomentándose con esto un círculo vicioso de delincuencia y violencia. Queda observar la actuación de los otros subsistemas de justicia penal para poder establecer proyecciones de reducción o aumento de la delincuencia común”.